Paolo VIRNO
GRAMÁTICA DE LA MULTITUD. PARA UN ANÁLISIS DE LAS FORMAS DE VIDA CONTEMPORÁNEAS. Traficantes de sueños, Madrid, 2001, Pp. 141.
JORGE ELIÉCER MARTÍNEZ P.
Universidad de Manizales (Colombia)1 Jmartinezp2@gmail.com
El pueblo, el proletariado, la clase media, el campesinado, los pueblos colonizados, los disidentes y los ciudadanos disponen de diversas crónicas de sus padecimientos y epopeyas. Pero las vicisitudes de la multitud -quizás, también, el lumpenproletariado- han sido omitidas.
El libro Gramática de la multitud es la transcripción de un seminario realizado por el doctor Paolo Virno, en enero del 2001, en el Departamento de Sociología de la Universidad de Caladria, en el marco del Doctorado en investigaciones de Ciencia Tecnología y Sociedad. Es un texto dedicado al concepto de multitud, comprendido en oposición al de pueblo. Al respecto el autor dice que «como ocurre con todos los conceptos de la filosofía política, también el de «multitud» queda indeterminado mientras no se indique el polo opuesto. Considero que “multitud”, lejos de ser un colorido sinónimo de «masas» sea el contrario de “pueblo”. Si existe multitud, no hay pueblo; si existe pueblo, no hay multitud. Esta es, para bien o para mal, mi contribución».2 Multitud significa «muchos», pluralidad, conjunto de singularidades que actúan concertadamente en la esfera pública sin confiarse a ese «monopolio de la decisión política» que es el Estado –a diferencia del «pueblo», que converge en el Estado. Los «muchos» son, hoy los trabajadores postfordistas. Por lo tanto, aquellos que, al trabajar, recurren a todas las facultades genéricamente humanas, y en primer lugar, a la facultad de lenguaje. Estas facultades son comunes y compartidas. Sería un error, por lo tanto, creer que la multitud sea un torbellino de esquirlas particulares. Se trata de otra cosa. Mientras que para el pueblo la universalidad es una promesa, esto es un fin, para la multitud la universalidad es una premisa, éste es el punto de partida inmediato. Paolo Virno presenta como los muchos deben ser pensados como individuación de lo universal, de lo genérico, de lo común compartido.
Así, simétricamente, cabe concebir un Uno que, lejos de ser algo conclusivo, sea la base que autoriza la diferenciación, aquello que consiente la existencia político-social de los muchos en tanto muchos. Digo esto sólo para subrayar que una reflexión actual sobre la categoría de multitud no soporta simplificaciones extasiadas ni resúmenes audaces, sino que ha de afrontar problemas ásperos: sobre todo el problema lógico [...] de la relación uno/Muchos.2
En esta obra el autor muestra como los conceptos de pueblo y multitud cumplieron un papel relevante en la constitución de los estados modernos en el siglo XII los cuales «tiene como padres putativos a Hobbes y Spinoza. Para Spinoza, el concepto de multitud indica una pluralidad que persiste como tal en la escena pública, en la acción colectiva, en lo que respecta a los quehaceres comunes –comunitarios–, sin converger en un Uno, sin desvanecerse en un movimiento centrípeto».3 Por el contrario para Hobbes el pueblo tiene que ver con lo uno, con una única voluntad mientras que la detestada multitud es la amenaza de los muchos. Para Hobbes, la multitud es lo propio del estado de naturaleza, refractaria a la obediencia, no accede nunca al status de «persona jurídica» porque no se somete al soberano y sus pactos no son durables. La desobediencia civil representa la forma básica de acción política de la multitud. Para los apologistas del Estado del 1600, «la multitud» es el detritus que cada tanto puede amenazar la estabilidad social, es la regurgitación del estado de naturaleza en la sociedad civil. Sin embargo, para el escritor, la multitud es el último grito de la teoría social, política y filosófica.
El término «multitud» es un sujeto gramatical que necesita, al ser pensado adecuadamente, según Paolo Virno invocar varios predicados a saber:
• Principio de individuación. Los individuos son pensados, no como átomos solipsistas sino como consecuencia de un proceso de individuación. El «Individuo-social» es un oxímoron, es decir, un concepto que afirma y niega lo mismo.
• La noción foucaultiana de Biopolítica.
• Las matices emotivas que se presentan en las formas de vida de los muchos, es decir, «estar en el mundo».
• Las habladurías y la avidez de novedades, dos fenómenos ya analizados por Heidegger.
Por otra parte, nuestro pensador, aborda el término de individuación, para aclarar el de multitud. La individualización es «el paso del bagaje psicosomático genérico del animal humano a la configuración de una singularidad única». Es la categoría que, más que ninguna otra, le es inherente a la multitud. La categoría de pueblo se refiere a una miríada de individuos no individualizados, es decir, comprendidos como sustancias simples o átomos solipsistas. Justo porque constituyen un punto de partida inmediato, antes que el resultado último de un proceso lleno de imprevistos, tales individuos tienen la necesidad de la unidad/universalidad que proporciona la estructura del Estado. (está es la critica que lanza Kierkegaard contra el espíritu absoluto de Hegel) Por el contrario, si hablamos de la multitud, ponemos precisamente el acento en la individuación, o en la derivación de cada una de las «múltiples» a partir de algo unitario/universal. De ahí que Virno recoja en su propuesta dos tesis de Gilberrt Simondon sobre el principio de individualización siendo la primera: «La indivudualización no es jamas completa» y la segunda «la experiencia colectiva, la vida de grupo, no es –como suele creerse– el ámbito en el cual se atenúan o disminuyen los rasgos salientes del individuo singular, sino que, por el contrario, es el terreno de una individuación nueva más radical».
Es así, que Paolo Virno, muestra en su obra el concepto de la multitud, pero sobre todo, las relaciones de poder que se enmarcan en ésta, es claro que nadie es ajeno al poder pues hace parte de todos y crecemos bajo un contexto que determina en cierta medida lo que somos y como actuamos, se ha relacionado con las formas de producción de conocimiento llamado general intellect, el saber social devenido principalmente de una fuerza productiva, es el conjunto de los paradigmas cognoscitivos, lenguajes artificiales regidos por formas de comunicación, donde se habla de hombres y mujeres como entes que hacen parte de esa gran maquina de producción, somos los actuantes que dejamos la individualización para dar paso a la masificación presentada como un problema, sino como un fenómeno. Este fenómeno ocurre en un mundo capitalista, pues la novedad consiste en ser el mejor adaptado a los cambios culturales y en una sociedad que cambia al ritmo de la tecnología el no estar en la onda de la producción significa encontrarse en los suburbios de la producción, es decir, en condiciones precarias de vida, en un estilo de vida lleno de necesidades y si para esto hace falta vender espacios de vida, ser comprado por otros en la gran máquina de producción, no es reprochable el hacerlo, ser parte de la máquina de producción no es una decisión, se convierte en asumir la condición de seres con necesidades sociales y biológicas que se deben suplir; y el mecanismo es la producción, donde tarde o temprano se termina involucrado en un ciclo social.
El término «biopolítica» es asumido por Virno desde la filosofía de Foucault, pero es preciso partir de un concepto distinto para su comprensión: el concepto de fuerza de trabajo. El término fuerza de trabajo significa potencia para producir. Siendo la potencia cualquier facultad o capacidad, sin discriminar un tipo particular de actividad laboral, sino que se trata de tareas de cualquier tipo. Por tanto, fuerza de trabajo es «la suma de todas las aptitudes físicas e intelectuales que residen en la corporalidad».4 Al hablar de la fuerza de trabajo, se está haciendo referencia implícita a todo tipo de facultad: competencias lingüísticas, memoria, movilidad, etc.
La relación capitalista de producción está basada en la diferencia entre fuerza de trabajo y trabajo efectivo. Se trata, sin embargo, de una potencia que realza los aspectos más concretos de la mercancía. El capitalista compra la facultad de producir en cuanto tal «la suma de todas las aptitudes físicas e intelectuales que residen en la corporalidad», no una o más prestaciones determinadas. Después que la compra venta ha sido realizada, puede emplear la mercancía que ha comprado como más le guste: «el comprador de la fuerza de trabajo la consume haciendo trabajar a su vendedor. Es así que este último convierte en acto aquello que primero era potencia».5 El trabajo realmente pagado no se limita a resarcir al capitalista por el dinero que ha desembolsado con el objetivo de asegurarse la potencia de trabajar del otro, sino que continúa activo por un lapso de tiempo suplementario.
Las características paradójicas de la fuerza de trabajo –algo irreal, que sin embargo es comprado y vendido como una mercancía cualquiera– son las premisas de la biopolítica. Para percibir esto más claramente es preciso un breve rodeo argumentativo. En los Grundrisse, Marx escribe que «el valor de uso que el obrero tiene para ofrecer (en el intercambio con el capitalista) no se materializa en un producto, no existe fuera de él, ni siquiera existe en la realidad sino sólo en tanto posible, o sea como capacidad».6 Si se mira con atención, se notará cuál es el punto decisivo: allí donde se vende algo que existe sólo como posibilidad, ese algo no es separable de la persona viviente del vendedor. El cuerpo vivo del obrero es el sustrato de aquella fuerza de trabajo que, de por sí, no tiene una existencia independiente. Para concluir la biopolítica es asumida por Paolo Virno en cuando la vida irrumpe en el centro de la escena publica y el Estado la regula y la gobierna.7
1 Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud.
2 Entrevista realizada a Paolo Virno publicada en: Memoria, revista mensual de Política y Cultura. Numero 193, Marzo 2005.
3 Gramática de la multitud, p. 21.
4 Karl Marx. Das Kapital. Kritik der politischen Oekonomien, 1867, L. I, p. 195; trad. esp., El Capital. Crítica de la economía política. México: FCE, 1972, en Gramática de la multitud.
5 Marx. p. 203.
6 Marx. Grundrisse der politischen Oekonomie....L. I, pp. 244.
7 Virno. p. 84.