LAS FOTOGRAFÍAS DE PRENSA SOBRE EL 9 DE ABRIL DE 1948 ENTRE EL RECUERDO Y EL OLVIDO1

 

(Press Photography About April 9, 1948 - Between Remembrance and Oblivion)

 

MARÍA ISABEL ZAPATA V.2

Pontificia Universidad Javeriana (Colombia) mizapata@javeriana.edu.co

Artículo de reflexión Recibido: 07 de julio de 2006 Aceptado: 25 de agosto de 2006


 

Resumen

La vida de los colombianos con el transcurrir de los años se ha ido constituyendo identitariamente por medio de lugares y fechas comunes. Una de esas fechas es el 9 de abril de 1948. Pero esta investigación, más allá de centrarse en los pormenores de la vida del líder liberal que falleció ese fatídico día, Jorge Eliécer Gaitán, y las consecuencias de su muerte como tal, se detiene en la forma gráfica en que el periódico El Siglo, El Tiempo y la revista Cromos se refirieron a los hechos ocurridos entorno a la muerte del líder, y cómo fue cambiando con el transcurrir de los años la propuesta fotográfica presentada en estos, entre 1948 y 1973.

Palabras claves: 9 de abril de 1948, historia de la fotografía, historia cultural, estudios culturales.


 

Abstract:

The life of Colombians has established itself throughout the years in an identitarian way through common places and important dates. One of those dates is the 9th of April of 1948. But this investigation, more than just concentrating on the details of the life of the liberal leader who died on this fateful day, Jorge Eliecer Gaitan, and the consequences of his death in itself, pauses and reflects on the graphic form in which the newspapers El Siglo and El Tiempo and the magazine Cromos have presented the death of this leader and the surrounding circumstances; and how between 1948 and 1973 photographic presentations have changed in those publications.

Key words: April 9, 1948; history of photography, cultural history, cultural studies.


 

La imagen y la fuente histórica

El texto que a continuación se presenta tiene como objeto reflexionar sobre la fotografía como fuente histórica a través de un caso concreto. La historia, por su afán de declararse ciencia, y los historiadores en su búsqueda de objetividad, metodológicamente han amarrado la construcción de la historia al uso de fuentes como prueba y evidencia de los hechos del pasado. En esa medida la historia casi que se ha venido definiendo por el oficio, el quehacer, y principalmente por el trabajo con las fuentes de archivo. En esa medida no es común encontrarnos con estudios que desarrollen problemas basados en la búsqueda de fuentes no escritas y menos que no se encuentren en un archivo. Pero por otro lado las sociedades han ido cambiando y es imposible no reconocer que la forma de comunicarnos también. El historiador actual debe entender que los colegas del siglo XIX respondían a una sociedad diferente a la nuestra, y que si nos vamos a comunicar con el pasado a través de las nuevas fuentes que cotidianamente han venido apareciendo, hay que aprender a usarlas, y no simplemente trasladar las técnicas que se utilizaban para analizar textos jurídicos del siglo XVII a las nuevas fuentes como las fotografías, los programas de televisión, las caricaturas, la prensa, etc.

En este sentido para estudiar la fotografía como fuente histórica, es necesario tener en cuenta un sinnúmero de factores que van a permitir observar cuál era el sentido que quería transmitir. Por esto para observar la imagen es importante ver la prefiguración, el escenario y la imagen focalizada. No se puede seguir pensando en el concepto del «ojo inocente» (Gaskell, 2003:234). La cámara, el fotógrafo y luego el personal que la edita, siempre tendrán una presencia indiscreta en la forma en que se presenta el hecho a través de la fotografía.

La presente investigación en cuanto al análisis de las fotografías y las funciones que estas cumplen dentro de la narración de la prensa y las revistas, parte de la propuesta hecha por Lorenzo Vilches en su texto Teoría de la imagen periodística (Vilches, 1990). En esta propuesta el lenguaje de la visión se complementa con el lenguaje de la imagen (Gutiérrez, 1979:141). Entendemos que la imagen se propone como un texto coherente a leer, comprendido por elementos de expresión (sintaxis) y elementos de contenido (semántico). Estos elementos siempre estarán en interrelación unos de los otros.

Como fuente primaria se escogieron los periódicos El Tiempo y El Siglo y la Revista Cromos. Estas publicaciones se analizaran porque tienen diferentes filiaciones políticas, y porque algunas de ellas además de ser muy importantes para la época, se destacaron en el uso de la fotografía. Se harán cortes transversales de un mes cada uno, ya que sería interminable considerar ver las tres publicaciones durante cuarenta años. Los cortes serán:

• 10 de abril al 10 de mayo de 1948.

• 9 de abril al 9 de mayo de 1953. 5 años.

• 9 de abril al 9 de mayo de 1958. 10 años.

• 9 de abril al 9 de mayo de 1963. 15 años.

• 9 de abril al 9 de mayo de 1968. 20 años.

• 9 de abril al 9 de mayo de 1973. 25 años

Para el filósofo alemán Walter Benjamin, el historiador no trabaja desde un tiempo vacío, lo hace desde una época, una vida y una obra que debe hacer estallar el continuum de la historia (Benjamin, 1973). En Benjamín vemos como el presente es el director de la obra pero, el pasado es la matriz del porvenir. En esta medida la historia se alimenta de los antecesores esclavizados y de su sufrimiento, y no del ideal de los descendientes que vivirán la libertad. Por esto sugiere:

En el materialista histórico tienen que contar con un espectador distanciado. Ya que los bienes culturales que abarca con la mirada, tienen todos y cada uno un origen que no podrá considerar sin horror. Deben su existencia no sólo al esfuerzo de los grandes genios que los han creado, sino también a la servidumbre anónima de sus contemporáneos. Jamás se da un documento de cultura sin que lo sea a la vez de la barbarie. E igual que él mismo no está libre de barbarie, tampoco lo está el proceso de transmisión en el que pasa de uno a otro. Por eso el materialista histórico se distancia de él en la medida de lo posible. Considera cometido suyo pasarle a la historia el cepillo a contrapelo (Benjamin, 1973:182).

Para lograr pasarle a la historia el cepillo a contra pelo, Susan Sontag en su libro Ante el dolor de los demás (Sontag, 2003) reflexiona entorno a las fotografías que tienen como tema la muerte de seres humanos, y en especial las fotografías de guerra que se encuentran entre la memoria y el olvido. Hacemos referencia a esta reflexión, debido a que dentro de nuestro objeto de estudio encontraremos muchas fotografías que nos hablan de la muerte y si no de la guerra directamente, si hablan del dolor causado por la muerte y por el deseo de venganza. En primera instancia, Sontag ve que existe una fuerte dualidad en cuanto a los efectos que producen las fotografías de guerra. Por lo general, se han asociado a las imágenes reproducidas por medios técnicos como productos de la realidad, como mero reflejo de ella y por lo tanto como verdad. En este caso la foto es un modo ágil de comprensión y de memorización de lo que sucede de manera condensada. En ocasiones se asegura que es la fiel copia de la realidad, e incluso que «la fotografía es como una cita, una máxima o un proverbio» (Sontag, 2003:31). Pero cuando las fotos confirman las atrocidades de un bando en especial, sus partícipes las tachan de embusteras y de pertenecer a montajes. Por otro lado, cuando con estas imágenes se desea acercar a los que no han visto las atrocidades de la guerra, se pueden producir pronunciamientos en contra del conflicto bélico (Sontag, 2003:21). Como se ve, el uso de la fotografía es múltiple, y podemos con ella construir un relato que genere un llamado a la paz o un grito de combate.

Sontag afirma: «El conocimiento de determinadas fotografías erige nuestro sentido del presente y del pasado inmediato» (2003:99). Igualmente las fotografías ayudan a reconstruir nuestro sentido del pasado más lejano, gracias a las conmociones que se entretejen por la circulación de fotografías hasta entonces desconocidas. Las fotografías que todos reconocemos son en la actualidad parte constitutiva de lo que la sociedad ha elegido para reflexionar. Es en este lugar donde Sontag y los planteamientos de Walter Benjamin se encuentran, ya que los dos plantean que las fotografías son pequeñas imágenes que ayudan a recordar el pasado, son activadoras de la memoria. Una memoria en constante reflexión y conmoción. Esa memoria se construye desde la escogencia de las fotografías, bien sea para conmemorar o para distanciarse de dicha conmemoración. En este sentido por un lado tenemos las ideologías que crean archivos probatorios de imágenes como el viaje a la luna o el hongo de la bomba atómica y se convierten en tan conmemorativas como las estampillas de correo. Por otro lado tenemos fotografías que van apareciendo, mostrando nuevas posiciones que crean puntos de distancia con esas conmemoraciones.

Discurso gráfico sobre el 9 de abril de 1948 en El Siglo, El Tiempo y la revista Cromos

Con respecto al desarrollo de la fotografía en nuestro país, fue en la década de los cuarenta que comenzaron a aparecer los fotógrafos especializados en la reportería gráfica, vinculados a las principales publicaciones seriadas. Entre ellos encontramos a: Ignacio Gaitán, Luis B. Gaitán (Lunga), Sady González, Carlos Caicedo y Leo Matíz. En el 9 de abril de 1948 Luis B. Gaitán trabajaba para el periódico Jornada perteneciente al movimiento de Jorge Eliécer Gaitán. El oficio comenzó a tener tanta demanda que incluso algunos de ellos ya habían abierto agencias donde trabajaban varios fotógrafos, como se usaba desde ya hacia varios años en otros países. Las agencias más destacadas en esta década fueron Foto Sady, Foto Gaitán de Ignacio Gaitán y Foto Express de Carlos Jiménez (González, 1997:21). De esta manera se fue consolidando el oficio hasta el punto en que se creó la Unión de Reporteros Gráficos fundada por Ignacio Gaitán.

El Siglo

Fue fundado por Laureano Gómez y José De la Vega, el primero de febrero de 1936. Fue desde sus orígenes un periódico eminentemente político y desde allí tuvo el objetivo de comunicarse con los simpatizantes del partido Conservador. Dentro de sus directores encontramos personajes como Álvaro Gómez Hurtado, Hernando Uribe Cualla, Gabriel Carreño Mallarino, Joaquín Estrada Monsalve, Belisario Betancourt y Arturo Abella, entre otros.

El periódico El Siglo, al igual que los demás periódicos de la prensa nacional, sufrió los embates de un ambiente de conflicto bipartidista. En los hechos ocurridos durante el 9 de abril de 1948 la edificación del periódico, al igual que otros edificios en dicha fecha, sufrió grandes destrozos debido al saqueo y al incendio que tuvo que soportar. Igualmente en el periodo de la Dictadura del General Rojas Pinilla, El Siglo fue sancionado y obligado a suspender sus labores desde el 23 de septiembre de 1953. Solo se publicó de nuevo hasta el 11 de mayo de 1957.

Desde el comienzo el periódico fue de tamaño universal y contenía doce páginas. Obtenía los servicios universales de la agencia de noticias Hava. En sus inicios se ubicó en la carrera 8 con calle 13. Luego se pasó a una casa de estilo colonial, ubicada en la calle 15 con carrera 13. En ella, además estaban el apartamento de la familia Gómez Hurtado y el salón Azul para conferencias y reuniones.

En el lugar del incendio luego del 9 de abril, se construyó un moderno edificio de cuatro pisos inaugurado en 1950. Para estrenar el nuevo edificio compraron la Rotativa Goss Headliner, que permitía imprimir en cuatro tintas. Cuando el diario fue cerrado por el General Gustavo Rojas Pinilla, el periódico conservador se sustituyó por el Diario Gráfico e Información.

La influencia del periodismo norteamericano en el diario fue clara, debido a la formación de Álvaro Gómez en dicho país. De allí surgieron las «juntas de Redacción», las cuales consistían en reuniones al medio día para conversar con los redactores, cronistas, comentaristas y demás colaboradores, para analizar los productos de sus competidores y adjudicar las tareas pendientes para la siguiente publicación. El Siglo desde 1958 fue muy ordenado y en la extensión y profundidad de las noticias tenía varias diferencias con El Tiempo. No contaba con propagandas pequeñas, siempre eran grandes y procuraban no poner más de una por página. Todas las páginas desde 1958, tenían un pequeño título en la parte superior de la hoja y muy pocas veces cambiaban de lugar. Dichas páginas eran: La página económica, Información General, la página editorial, Cine, televisión y radio, información política. Hasta aquí va la primera sección, luego van: internacional, trans-clasificados, sociedad, deportes, departamentos y por último de nuevo información general. Desde 1948 el periódico mantuvo esta organización por secciones y páginas. El color fue muy importante para el periódico, desde que adquirió la tecnología necesaria para publicar en cuatro tintas. Durante 1958 en algunas ocasiones, se publicaron imágenes a color, sobre todo las relacionadas con la semana santa. Pero desde 1963 el color se comenzó a utilizar para resaltar ciertos títulos y algunas notas. Lo más interesante de este asunto fueron los colores escogidos: el azul y el rojo. Como sabemos en la época nos encontrábamos en la construcción del Frente Nacional. Los colores aquí significaban el trabajo por el entendimiento. Lo que continuó hasta 1973.

El Tiempo

Este medio de comunicación fue fundado el 30 de enero de 1911, por Alfonso Villegas Restrepo, con un préstamo de trescientos pesos solicitado a don Clímaco Mejía. En ese mismo año, se vinculó al periódico Eduardo Santos con sus escritos desde Europa, quién se convertiría luego en el cuñado de Alfonso Villegas. Eduardo Santos sería su dueño desde 1913, debido a que Villegas decidió trasladarse a Europa, luego de la muerte de su madre y de padecer una enfermedad. Como los demás diarios de nuestro país, El Tiempo fue creado como soporte de una corriente política. Por eso en el editorial del día de su fundación se declaró como seguidor de las ideas del Republicanismo. Pero con la compra por parte de Eduardo Santos se le adjudicó otra tarea más, no solo que se auto financiara, sino que lograra el sustento de sus propietarios. Santos siempre estuvo muy orgulloso de que en el primer mes se hubiera obtenido una ganancia de 16 pesos y que en el segundo hubiera podido vivir de lo que producía el periódico (Santos, 1989). Las primeras 130 ediciones fueron en formato tabloide y a partir de la edición 131 se pasó al formato universal. En 1918 se adquirió el linotipo y en 1925 se compró la primera rotativa. Han llegado a ser sus directores Alfonso Villegas, Eduardo Santos, Roberto García Peña (1936-1981) y Hernando Santos, entre otros. Las interrupciones de este diario se debieron a los conflictos políticos que vivió la sociedad colombiana en la segunda mitad del siglo XX. Luego del 9 de abril de 1948, solo pudo reaparecer el 12 de abril; y el 6 de septiembre de 1952 fue quemado en un episodio de exaltación antiliberal, durante la designación presidencial de Rafael Urdaneta. Este episodio no fue contra el diario El Tiempo únicamente, también atacaron la Casa Liberal, y las residencias de los liberales Alfonso López Pumarejo, Carlos Lleras Restrepo y las instalaciones del Espectador. El 4 de agosto de 1955 fue cerrado por orden de la dictadura del General Gustavo Rojas Pinilla (Jaimes, 1989:35). Durante este lapso de tiempo su director decidió continuar con la publicación y lo nombró El Intermedio. A finales de la década de los cincuenta, ya era el diario más consultado y sus ediciones oscilaban entre 28 y 42 páginas y circulaban más de doscientos mil ejemplares entre semana y el doble el domingo (Cacua Prada, 1968:323).

Vemos reflejado en el testimonio de Jaime González Parra cómo el discurso defensivo única y exclusivamente de unos ideales de partido se fueron trasladando a una necesidad de satisfacer al consumidor. Ya no se pensaba únicamente en llegar al hombre del partido liberal: «Afortunadamente, El Tiempo no es para el hombre de la calle un periódico más. Es su Periódico» (González, 1983:38).

El Tiempo no tenía la lógica libresca que contenía El Siglo en 1948. El Tiempo sólo tenía la continuidad de la página editorial y de la página Cosas del día, que sólo en casos muy excepcionales cambiaba de página, pero siempre salían en la 4 y la 5 respectivamente. Por el contrario las otras páginas no tenían continuidad. En 1948 el periódico tenía la página Editorial, Cosas del Día, Información General Cablegráfica de nuestros corresponsales en el interior, Vida Social y eventualmente salían Comercio y Finanzas, Tierras y Ganados, la democracia y la política, y Construcción y urbanismo. En 1953 la página que para ese año se llamaba Información especial de nuestros corresponsales de todo el país, en ocasiones se trasladó de la página sexta a la octava para darle espacio a la página Información especial cablegráfica de la United Press y la France Press. Además, en este año en ocasiones los jueves salía una página para niños con literatura infantil, teatro, historia y concursos para niños. Como vemos, desde 1953 el diario estaba buscando nuevos lectores e innovando con los temas. En 1958 apareció una sección nueva que se llamaba Bogotá D.E. No tenía la intención de reemplazar la de construcción y urbanismo, ya que esta siempre trataba estos temas en Bogotá, sino que se trabajaban temas sociales de la ciudad. En 1973 apareció en El Tiempo la Segunda Sección y se publicó una especie de índice que se llamaba En páginas interiores.

Igualmente, en un comienzo El Tiempo sólo contaba con la página de las colaboraciones internacionales, pero poco a poca fue incluyendo más información del extranjero. Suelen anotarse varias anécdotas a este respecto. En un comienzo era tal el grado de desinformación, que incluso Eduardo Santos comentaba que cuando se dio la Revolución Rusa, en El Tiempo pensaban que era un conflicto entre un General de apellido Menchevique y otro de apellido Bolchevique (Santos, 1989:122).

Durante el Frente Nacional, los diarios comenzaron una etapa de profesionalización. Poco a poco fueron dejando de lado las pasiones partidistas, en unos casos más que en otros, lo que coincidió con un periodo además de avance técnico, en el que los periódicos competían más como empresas comerciales y se consolidaban como industrias. Dentro de este proceso, se fueron incorporando cada vez más pautas periodísticas de las democracias occidentales, por esto se incorporaron las pautas de independencia económica e ideológica. Dentro de este proceso fue también muy importante la competencia que significaron para los medios de comunicación escrita bien sean semanarios o diarios, la televisión y la radio. La radio desde la década del treinta y la televisión en la segunda mitad de la década de los cincuenta, fueron medios de comunicación muy importantes para el proceso de modernización del país.

Al ver las páginas editoriales de El Tiempo, se puede observar cómo poco a poco la figura de Gaitán comenzó a ser relacionada con el origen de la división del partido liberal por enfrentarse, como candidato a la presidencia, a su compañero de banderas Gabriel Turbay. Desde 1945 le hicieron ataques a sus actuaciones, se asemejaron sus métodos con los de Mussolini y Hitler, y luego en 1947 se le pasó a mostrar como simpatizante del comunismo. El 18 de marzo fue promulgado el triunfo de Jorge Eliécer Gaitán por sus seguidores en las elecciones al congreso, y tres meses después fue elegido director del Partido Liberal. Desde ese momento hasta su muerte, vemos que las referencias a Gaitán en el periódico El Tiempo fueron pocas.

Revista Cromos.

Esta revista semanal ilustrada, circuló en la capital de nuestro país por primera vez el 15 de enero de 1916 y fue fundada por Gustavo Arboleda y Miguel Santiago Valencia -Arboleda & Valencia- (Santos, 1989:118). Su contenido era de 16 páginas en un octavo y su soporte era papel satinado. Su formato desde ese momento no ha variado. Desde 1953 su portada se tornó más atractiva y por lo general incluía los temas de mayor interés del momento. En 1919 la compraron los hermanos Rafael, Luis y Joaquín Tamayo. Y en 1953 estos se la vendieron a Jaime, Guillermo y Gabriel Restrepo. En la actualidad hace parte del grupo Santodomingo (Silva-Colmenares, 2004:111). Sus temas han sido muy variados y ha pasado por periodos en los cuales el enfoque se centró en la cultura y otros en que la atención estuvo más dirigida hacia la política. Su circulación solo se vio interrumpida con ocasión del 9 de abril de 1948 y con la caída del General Gustavo Rojas Pinilla, el 10 de mayo de 1957. El gobierno del presidente Guillermo León Valencia le otorgó la Cruz de Boyacá, cuando cumplió 50 años de funcionamiento.

En sus inicios la Revista Cromos, se nutría de un periodismo incipiente y poco atractivo para los ojos de los lectores actuales. Podemos encontrar un diseño propio de esta revista, desde su inauguración hasta 1930, como vemos en la primera portada. Este se caracterizaba porque en ella, no publicaban periodistas de oficio, sino profesionales de otros ramos que escribían artículos sobre temas especializados en lenguaje denso y términos recargados y técnicos. Las secciones más constantes de este primer periodo fueron: elegancias, cartas desde Nueva York y De todo y todas partes. En cuanto a su diagramación la revista también era muy distinta. Por ejemplo, la relación entre fotografía y texto no era tan evidente como es actualmente.

Luego de la década de los 30, la revista en su conjunto, vivió muchos cambios. En el ámbito internacional, la revista pasó del aislamiento, a una visión mucho más variada. Ya no sólo se incluía información de Estados Unidos y Francia, también había referencias sobre Japón e Inglaterra. El lenguaje varió, se hizo menos denso, más trivial y los temas eran menos especializados. Los cambios se vieron igualmente reflejados en las secciones, cuando aparecieron el editorial como sección permanente y los informes sobre lugares históricos y ciudades. La publicidad comenzó a ser más numerosa y se publicaban muchas fotos, haciendo que la diagramación estuviera más recargada de elementos (Bayona, 1990).

Hubo un episodio que marcó la historia de la revista durante ese periodo, y fue la Segunda Guerra Mundial. Durante ésta, el número total de páginas decayó, debido a las dificultades que enfrentaban los corresponsales. Durante esta época, la diagramación también se vio afectada, debido a que algunas secciones fueron reemplazadas por páginas enteras, compuestas por fotografías a blanco y negro que cubrían el conflicto bélico. Las fotografías en ese momento fueron parte fundamental de la revista, ya que constituían el 70 % de la publicación.

Otro periodo de cambio fue la década de los sesenta, donde los temas que preocupan a la sociedad, eran el ingreso de la juventud dentro de la sociedad de consumo a través del hipismo y las drogas sicoactivas, la inclusión de la mujer dentro de la sociedad de consumo y el mercado laboral y la planificación familiar entre otros.

El periodismo visto en la revista durante esta época, es más definido en su quehacer, más profesionalizado y especializado. Se abordaban temas económicos, culturales, políticos y sociales. Aparecieron columnas de opinión que se dedicaban a temas políticos en forma de chisme. Su distribución era en dos páginas a cuatro columnas con pocas fotografías. Entre ellas encontramos: «La política tras el telón», «En gran síntesis» y «A quien pueda interesarle». Donde más se usaban las fotografías en esta época, era en la página social y en los reportajes de ciudades y del mundo. Por el costo del uso del color en la época, se utilizaban fotografías a blanco y negro en un 90 % de la revista, solo la carátula, las dos primeras y últimas páginas incluían color. Durante esta década el reportaje y las columnas fueron los géneros más utilizados. Pero finalizando la década se comenzó a imponer la entrevista. Sobretodo fueron muy famosas las de Oriana Fallaci a Bob Kennedy, publicadas antes y después de su muerte (Ospina, 1990).

Temas más destacados sobre el 9 de abril de 1948

A lo largo de las tres publicaciones y los cinco cortes revisados durante veinticinco años, se vio que con respecto a la información publicada sobre los eventos del 9 de abril de 1948, aparecieron reiterativamente fotografías relacionadas con seis temas específicos: Destrucción, Cadáveres, Personajes de la época del asesinato, Orden Público, Entierro y Actualidad.

El Siglo

En el periódico El Siglo observamos que el tema de la muerte del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán no fue tratado con fluidez, y menos lo fueron las consecuencias que trajo para la ciudad y en general para la política del país, los hechos que sucedieron el 9 de abril de 1948. Recordemos que Laureano Gómez no estuvo del todo de acuerdo con las conversaciones entre los liberales y el presidente Mariano Ospina Pérez, de las cuales surgió la idea de crear un gabinete ministerial de Unidad Nacional. Debido a esto, los temas relacionados con el 9 de abril y los liberales, no se publicaban frecuentemente en el periódico. Por lo general cuando se tocaba el tema del 9 de abril, se hacia mediante referencias relacionadas con los actos que se efectuaron contra los conservadores en esta fecha, y con las actividades que realizó el Ejército Nacional para mantener controlada la situación.

Durante 1958 se publicaron solamente cinco fotografías, de las cuales dos eran sobre la actualidad, una sobre la destrucción de las instalaciones del periódico y dos de personajes de la época. Por otro lado en 1963 salieron solo dos fotografías, una de un tranvía en llamas y otra de un homenaje que se realizó a Jorge Eliécer Gaitán.

En 1968 el número de fotografías aumentó hasta un total de quince. Una sobre la destrucción del edificio del periódico El Siglo. Luego aparecieron dos fotografías referentes al cadáver de Jorge Eliécer Gaitán, una de ellas es de las fotografías con mayor redundancia de nuestro estudio. Igualmente se publicaron cinco fotografías de personajes cercanos a Gaitán, tomadas en la época de su asesinato, dentro de las que también se encontraba la fotografía con mayor recurrencia de nuestro estudio. Esta fue la fotografía que apuntaba a la turba que iba con los líderes del liberalismo colombiano, en la cual se resaltaba con un círculo blanco a Carlos Lleras Restrepo. Además están, la fotografía de Gloria Gaitán antes de casarse, la de Bertha Hernández, la de Gaitán y su familia una tarde de toros en la Santamaría, la fotografía de Jorge Eliécer Gaitán y el Tesorero del Movimiento Restauración Moral, Del Veccio. Por último aparecen siete fotografías tomadas en el momento de realizarse los reportajes.

Un tema que no fue muy relevante en el periódico El Siglo fue el orden público, pero si lo fue en la Revista Cromos y en el periódico El Tiempo. En 1948 sólo salió una foto de la ayuda en alimentos, que prestaron desde el extranjero luego de lo sucedido el 9 de abril. Dentro de este tema, también se utilizó como en otros medios, la formula de la comparación desde 1953. Para mostrar el espíritu de fortaleza, se hizo una comparación de ciertos lugares que quedaron destrozados y al lado se publicó una fotografía en la actualidad, donde se resaltaba la reconstrucción. Los recuerdos en El Siglo sobre los amotinamientos y el regreso a la calma no aparecen.

En las fotografías de los dos homenajes realizados en 1963 y 1968, se destaca la poca asistencia a los eventos organizados para conmemorar la muerte de Gaitán. Y en 1973 se destacan tres fotografías del lugar donde se hospedó Fidel Castro con Rafael Del Pino.

Por lo que acabamos de ver, podemos afirmar que El Siglo a medida que pasaba el tiempo, se lanzó a publicar más fotografías referentes al 9 de abril, en un ambiente que sabía más propicio, no solo por las circunstancias del Frente Nacional, sino también porque los dueños del periódico, no eran en estos instantes los Gómez, sino Álvaro Caicedo González, siendo su accionista mayoritario entre 1966 y 1975. Es además importante, ver que el tema más destacado de las fotografías sobre el 9 de abril, no fueron fotografías antiguas sobre la época en que ocurrieron los hechos, sino referentes a personajes de la actualidad, principalmente políticos que luego de mucho tiempo se atrevieron a dar su versión pública de los hechos.

Descripción temática de El Tiempo

De los medios de comunicación que analizamos en esta investigación, el que más fotografías publicó sobre los hechos ocurridos el 9 de abril de 1948 en Bogotá, fue el periódico El Tiempo. Si bien es cierto que la relación entre el periódico y Gaitán en cierto momento fue tensa como lo afirmamos anteriormente, la relación de amistad con Roberto Posada García Peña, y el hecho de que Gaitán fuera el jefe del partido Liberal, hicieron que en 1948 el acontecimiento atrajera toda la atención del periódico, como vemos en la siguiente gráfica.

En esta gráfica observamos que el número de fotografías publicadas en el periódico, está relacionado con el ambiente de violencia bipartidista que vivía el país. En la medida en que se vislumbraba la posibilidad de un ambiente de reconciliación, y se establecía el camino para fijar un acuerdo bipartidista que posibilitara el fin del enfrentamiento entre los dos partidos, el número de fotografías sobre el 9 de abril aumentaba. Esto lo observamos en la caída del número de las fotografías en el periodo de 1953, su recuperación en 1958 cuando se dan los acuerdos del Frente Nacional, su descenso en 1963 y por último de nuevo su ascenso entre el 68 y 73.

A continuación se aprecia detalladamente cuáles son los temas en que se dividen dichas tendencias:

En 1948 el tema más relevante fue el de la destrucción de Bogotá, seguido por los personajes políticos de la época y el orden público. Pero ¿por qué se destacaron estos temas? En el caso de la destrucción, el subtema sobre el que más se publicó fue sobre el incendio y la destrucción de edificios destinados al comercio, seguido de los edificios pertenecientes al manejo de lo público. Dentro de esta destrucción encontramos el edificio destrozado de la Revista Cromos y el periódico El Siglo. Muchos hoteles que se ubicaban en el centro de la capital fueron destrozados, al igual que varios edificios que contenían en su planta baja ferreterías, ya que a ellas los amotinados recurrieron para conseguir armas y machetes. Como es sabido, la hipótesis de los liberales dentro del ambiente de conflicto bipartidista, era que a Jorge Eliécer Gaitán lo habían asesinado los conservadores que se encontraban en el poder, este fue el rumor que disparó las acciones en contra de los símbolos del gobierno conservador y de la iglesia que apoyaba el gobierno de Mariano Ospina Pérez. En esta medida con el paso del tiempo, las imágenes sobre la destrucción fueron disminuyendo, debido a que ya no era necesario seguir apuntando en dirección hacia los supuestos responsables que se encontraban en el poder.

En esta gráfica también vemos cómo las fotografías publicadas sobre los cadáveres producidos por el levantamiento del 9 de abril no son muchas, a pesar de que encontramos testimonios en los cuales se narra cómo en los trabajos de la reconstrucción de la ciudad luego de un mes, aún salían cadáveres de debajo de las ruinas de los edificios. Incluso se comentaba que las personas que vivían en el centro de la ciudad y que tenían medios económicos se vieron obligadas a trasladar sus hogares para huir del olor fétido de los cadáveres (ver Aprile, 1983).

Es muy diciente que teniendo testimonios de la permanencia de los cadáveres en el centro de la ciudad y de la cantidad, no se encuentren muchas fotografías de estas en el periódico. Los cadáveres con el paso de los años se van olvidando. En un comienzo son tan importantes los muertos desconocidos, como Gaitán, pero a medida que pasa el tiempo los muertos desconocidos se van olvidando y dejan de ser principalmente abandonadas al olvido las imágenes de las víctimas.

Se puede observar en el siguiente cuadro, que los subtemas más relevantes en 1948 de la categoría personajes de la época, fueron Gaitán vivo realizando sus actividades políticas, pero poco a poco estos fueron disminuyendo, manteniéndose en 1973 las fotografías referentes a las actividades de Gaitán como las más importantes. Y los personajes políticos en general superaron en 1973 a los personajes del partido liberal, ya que en esta fecha se comenzaron a incluir en el periódico El Tiempo fotos de conservadores e incluso de Fidel Castro y Rafael del Pino, los cuales en 1948 no habían sido reconocidos por el periódico3.

En 1948 los temas de orden público fueron abordados, pero luego se dejaron de lado. En un comienzo se hizo énfasis en las acciones de la cruz roja en la entrega de víveres, las acciones del ejercito en cuanto a requisas, la recuperación de objetos robados en el barrio La Perseverancia y en el barrio Ricaurte, y el retorno del transito y los transeúntes a las calles bogotanas.

En cuanto al tema del entierro sólo fue tratado por el periódico El Tiempo en 1948, y es por esto que en ocasiones la gente no sabe en la actualidad que Gaitán tuvo un entierro simbólico en el Parque Nacional y que en el comedor de su casa yacían los restos de Gaitán, hasta que su hija Gloria Gaitán decidió trasladarlos en 1983 al jardín del monumento.

Al analizar las fotografías publicadas sobre los homenajes que se realizaban a Gaitán, se observa que estas se concentraban en fechas en que se agudizaba la violencia política, y lo que se buscaba realmente era resaltar el presente incluso por sobre la conmemoración del hecho mismo.

Descripción temática Revista Cromos

La revista Cromos dejó ver que los años en que más fotos se publicaron fueron 1948, 1958, 1968 y 1973; lo mismo que sucedió en los otros dos medios que se utilizaron en esta investigación.

Si se observa el cuadro, se podrá ver que en la Revista Cromos todos los temas fueron disminuyendo en número de fotos. El único que aumentó fue la columna titulada actualidad. Si se analizan los diferentes subtemas, se ve que el aumento se encuentra en las 9 fotografías de personajes políticos y una de personajes de la familia de Gaitán, y contrariamente a lo que se podría pensar, estas fotografías de personajes políticos son de Mariano Ospina Pérez y su esposa Bertha Hernández de Ospina. Todas salen como acompañamiento a sendos reportajes dedicados a su participación en los hechos sucesivos al 9 de abril de 1948. Pero no sólo esto es diciente y el número de fotos nos muestra la relevancia de dichos testimonios para la época, sino que esto también nos es corroborado con la resonancia que tuvo esto en el público. En la sección del correo del 7 de mayo de 1973, todavía se sacaban cartas de lectores de la revista y respuestas sobre la polémica que surgió en torno a los reportajes.

Redundancia y contexto

Cuando se pregunta por el 9 de abril de 1948, siempre llegan a la memoria ciertas imágenes que no se recuerda de donde han salido. Estas imágenes se han ido quedando guardas en nuestra memoria a fuerza de repetición (Augé, 1998). Si bien es cierto que hay temas sobre los que se ha publicado más fotografías, también hay fotografías que se han venido repitiendo en diversos medios. Este es el caso en su gran mayoría, de las fotos publicadas en la edición de la Revista Cromos del 8 de mayo de 1948, ya que como mencionamos con anterioridad Foto Sady no solo la vendía fotos a El Tiempo sino también a Cromos. Por esto muchas de sus fotografías, fueron publicadas en los dos medios en esa misma fecha. E igualmente el fotógrafo Lunga que trabajaba en el periódico Jornada de Jorge Eliécer Gaitán, también publicó una separata de sus fotos en El Tiempo.

Una de las fotografías con mayor redundancia, fue publicada por primera vez el jueves 15 de 1948 en El Tiempo. Esta fotografía hacía referencia al grupo de líderes liberales que se dirigía al palacio presidencial a conversar con Mariano Ospina Pérez, y frente a los cuales se encontraba arengando el liberal Alfonso Araujo quién fue el centro de esta. La segunda vez que salió también fue en el mismo diario e igualmente en página impar, pero esta vez se la agregó un círculo blanco para resaltar a Carlos Lleras Restrepo. Como se verá a continuación también fue publicada en 1968, con el círculo en El Tiempo. Y en el periódico El Siglo se publicó igual, pero esta vez en página par y con un pie de foto que pone «al lado del machete revolucionario»4 al entonces Presidente de la República, Carlos Lleras Restrepo. Igualmente fue publicada en 1973 en las Lecturas Dominicales de El Tiempo.

Por otro lado, se encuentran algunas fotografías que en la recurrencia de los temas no parecían muy relevantes, pero en cuanto a su resonancia si lo son. Se hace referencia al tema de los cadáveres y sus subtemas tanto las de Gaitán, como la de Roa Sierra y de las demás víctimas. Las dos fotografías que se repitieron del cadáver de Gaitán fueron: donde sale acompañado por un grupo de personas en la Clínica Central luego de su muerte y la otra donde fue volteado para que la cámara pudiera registrar los agujeros por donde salieron las balas como prueba real de su deceso.

Las fotos de Roa Sierra, fueron publicadas sólo en El Tiempo. En la edición de 1948 y de 1973, salió la foto del cadáver de Roa Sierra, cuando fue exhumado del cementerio para el reconocimiento. Y aunque no se ubicó en un lugar de mucha relevancia la foto donde se ve a dos emboladores arrastrando por la carrera séptima el cadáver de Roa Sierra, esta se publicó en tres oportunidades en El Tiempo, en 1958, 1968 y 1973.

El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán tomó por sorpresa a todos los colombianos. El país se encontraba interesado en los detalles que rodeaban la instalación de la IX Conferencia Panamericana. Desde el treinta de Marzo los periódicos se inundaron de noticias sobre dicho acontecimiento, desde la llegada de las delegaciones hasta los más mínimos discursos. Todos los días El Tiempo giraba en torno a este acontecimiento y la Revista Cromos publicaba reportajes sobre las obras arquitectónicas realizadas por el comité encabezado por el ministro de relaciones exteriores, Laureano Gómez (Sanclemente, 1948).

En 1953, un periodo en el cual no salen muchas fotografías ya que los hechos aún son muy recientes y el ambiente político no es muy favorable, el tema más destacado era la posible candidatura de Mariano Ospina Pérez. En este año Mariano Ospina Pérez, ofreció una misa en memoria de los conservadores muertos y los miembros caídos del ejército. Es de destacar que uno de los asistentes principales fue el General Gustavo Rojas Pinilla5. Luego de esta misa en la iglesia La Veracruz se la ofreció a Mariano Ospina Pérez una comida donde se anunciaría su candidatura. Pero en este momento es clara la división no sólo entre los dos partidos sino también entre la facción Ospinista y Laureanista, y por esta fecha el presidente Ospina comenzó a ser atacado por Laureano Gómez desde los editoriales del periódico El Siglo recordándole precisamente que fue a su parecer, un descalabro la política de Unión Nacional luego del 9 de abril. La polémica cada día aumentaba por las fuertes críticas de El Siglo contra la candidatura de Ospina y el ambiente de violencia que vivía el país cada vez era peor. Los jueces no paraban de denunciar amenazas de muerte por las investigaciones que cursaban. Incluso el 19 de abril de 1953 se estrenó una ruta comercial de aviación entre Colombia y Alemania. Primer viaje en el que el General Gustavo Rojas Pinilla era el invitado de honor. Pero precisamente por motivos de orden público decidió cancelar su viaje estando ya listo para abordar en el aeródromo de Techo. Esta situación fue tan relavarte que mereció fotografía en la portada del periódico El Tiempo en tamaño grande.6

La situación en 1958 era evidente, no había más atención que para las negociaciones que se venían gestando entorno al Frente Nacional, por tanto no tuvo mucho énfasis un hecho como el 9 de abril en donde la duda sobre las actuaciones de violencia recaían en los dos partidos por reconciliar. Todos los días salían posibles candidatos presidenciales del Frente Nacional para las Elecciones pero al otro día era noticia de primera plana el rechazo de dicho nombre. Así fue hasta que se concretó la propuesta de Alberto Lleras Camargo como candidato. Esto nos lo muestra esta propaganda que fue usual durante esta semana del 17 de abril de 1958, en donde varias industrias se unieron publicando propaganda de páginas completas en la prensa nacional, alrededor de la campaña del Frente Nacional representada en la figura de Alberto Lleras Camargo.

Los periodos más interesantes para ver la ausencia o el aumento de fotografías fueron, el 63 por la ausencia y el 73 por el aumento. En sus contextos es claro que está la respuesta a la mucha o poca publicación. El contexto histórico que atravesaba el país en 1963 se ve en la diagramación de la portada de la edición del periódico El Tiempo del día 9 de abril. Por un lado tenemos la fuerte crisis ministerial que atravesaba el gobierno de Guillermo León Valencia, por otro lado tenemos la dramática situación que se presentaba con el invierno en el país reflejado en el desbordamiento de la quebrada «la Chapa» en el municipio de Paz del Río Boyacá. Pero por otro lado y uno de los aspectos más importantes para tener en cuenta, es que el Partido Liberal se encontraba dividido y había pujas para que el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) se integrara de una vez; y fue aquí precisamente donde Carlos Lleras Restrepo como dirigente del Partido Liberal evocó las banderas del Gaitanismo como símbolo de unión liberal:

«Creo que el movimiento Gaitanista va a continuar la obra del doctor Jorge Eliécer Gaitán, quién a la hora de su muerte entregó el partido unido».7

Es claro que la política nacional vivía momentos difíciles de división, al igual que el Partido Liberal. Pero además de estos temas que rodeaban la vida nacional, durante ese momento el país vivía un periodo de violencia profundo como nos lo deja ver la noticia de la conformación de un Comité de Paz para el Departamento del Tolima.8

En cuanto a 1973, no solo las fotografías aumentaron, sino también los eventos que se hicieron entorno a la conmemoración, sucesos que fueron anunciados desde el 3 de abril de 1973. Por el contexto en que se dieron dichas conmemoraciones y publicaciones, los partidos tanto conservador como liberal, no tenían interés de seguir en pugna y más bien se preparaban para ingresar a una contienda electoral fuera del Frente Nacional. Igualmente se había pasado de la violencia bipartidista a la guerrillera de influencia socialista y comunista. En dicho contexto empezaron los discursos sobre las enseñanzas de la historia del 9 de abril.9 A continuación tenemos el extracto de un editorial del Director del periódico El Tiempo, Roberto Posada García Peña, en donde se nos ejemplifica cómo comenzó a consolidarse en 1973, una visión del 9 de abril como un episodio que no invita a resaltar el odio bipartidista, sino que su principal enseñanza se encuentra en que fue un periodo ya superado de un pasado que no retornará. Es por esto además que a medida que nos acercamos a 1973, las fotos de muertos y cadáveres comienzan a decaer, para darle paso al aumento del número de fotos de personalidades actuales de la vida nacional.

«Fenómeno que no tuvo otra explicación que el propósito partidista de un gobierno minoritario, de asegurarse en el poder mediante la sistemática eliminación de las mayorías. Más no queremos extendemos en esta aciaga, historia por no abrir heridas que luego fueron cerradas, después de la última de tres dictaduras, la de Rojas Pinilla, cuando la arbitrariedad se generalizó y extendió en forma de tal autocrática, que obligó al entendimiento de los dos partidos, entendimiento que en los acuerdos de Benidorm y Sitges -convenidos y suscritos por Alberto Lleras y Laureano Gómez- dieron a la luz la salvadora coalición del Frente Nacional, momento estelar de nuestra existencia civil y civilizada, que en 20 -años -los 16 de la alternación y los cuatro que ahora concluyen del bien llamado “gobierno puente” - le cambiaron a Colombia su aterradora faz de devastación y de muerte. Hoy, con ya mejor perspectiva histórica, se observa el pasado con vergüenza y espanto, y es dado tomar conciencia de la imposibilidad de que tales etapas de disolución y anarquía hayan de volver, si hemos de mantener entre las dos grandes fuerzas política el sensato equilibrio del pleno e inmodificable ejercicio de una democracia autentica».10

Otro aspecto importante para resaltar, es que la primera generación que vio nacer el periódico El Tiempo como su fundador y su hermano Enrique Santos Montejo, Calibán, fallecieron el 27 de marzo de 1974 y el 28 de septiembre de 1971, respectivamente. 1973 no solamente significó la finalización del Frente Nacional, a pesar de que no fue del todo la culminación de la violencia, si simbolizó la finalización de un periodo de violencia Bipartidista que se reafirmó por medio de las conmemoraciones del 9 de abril de 1948, a través de las cuales se resaltaban las enseñanzas de la historia. Esta posición como ya vimos se veía reflejada tanto en los editoriales del Periódico El Tiempo, como también en discursos del presidente Misael Pastrana Borrero: “al renovarle el testimonio de reconocimiento de la democracia colombiana por su proceder heroico del 9 de abril de 1948, formulo a la vez fervientes votos porque Colombia frente a las inquietudes del próximo debate electoral, encuentre los senderos de concordia que respondan al anhelo que se percibe en el alma nacional, y sus partidos puedan mantener la unidad para fijar, a la patria un futuro de paz y justicia”11

Conclusiones

El 9 de abril. Entre el recuerdo y el olvido

Según el recorrido que hemos hecho, es claro que el discurso sobre el 9 de abril de 1948 en las publicaciones que se analizaron fue cambiando, y que los temas que se privilegiaron de distintas formas también; bien sea por la redundancia de los temas, por el tamaño, por la repetición de las fotografías, o por los pies de foto que destacaban en determinado momento y lugar, un aspecto relacionado con una fotografía en particular. Pero sería estéril quedarse sólo en la observación de ese cambio. Es relevante resaltar, que en estos cambios lo que se hace evidente es que el discurso del cual se nutre la historia de nuestro país, es un discurso que surge del tejido de un sin número de hilos que se trenzan, los cuales en determinado momento se sueltan o vuelven a reunirse, como la metáfora utilizada por Walter Benjamin en sus Tesis de filosofía de la historia. Es decir, hay momentos en los cuales se hace necesario recordar determinados asuntos del pasado de determinada forma.

Como toda práctica interpretativa, la historia opera a partir de condiciones materiales, sociales y responde a necesidades simbólicas que son únicamente históricas (Ortega, 2004). En esa medida tanto El Tiempo, El Siglo y la Revista Cromos se preguntaban según sus condiciones del presente, ¿qué fue lo que pasó el 9 de abril de 1948? Pareciera que lo abrupto de los acontecimientos encegueció los ojos de los espectadores, y como quién no da crédito a lo que percibe visualmente, la repetición de las imágenes a través del paso del tiempo en la prensa buscaba resignificar los acontecimientos. El Tiempo, El Siglo y la Revista Cromos desde su lógica interna de trabajo, las directrices de sus dueños y el oficio propio de sus trabajadores, buscaron darle un significado, un uso según su presente a los acontecimientos del 9 de abril de 1948, que exteriorizaron y difundieron entre otras formas, a partir del discurso fotográfico.

Cuando se habla del pasado es bueno preguntar: ¿Para qué, cuál es el objeto y el sentido de recordar? ¿Cuál es el deber de memoria o de olvido? En este orden de ideas, según los temas rescatados en las fotografías del 9 de abril de 1948, se aprecia que las selecciones hechas apuntan a resaltar que una devastación tal, una desesperación por parte del pueblo bogotano como la que se vivió el 9 de abril de 1948, no se puede volver a repetir. Las ruinas que quedaron en Bogotá están continuamente por ser levantadas. Pero el recuerdo vivo de Gaitán y su legado se fueron borrando y diluyendo al lado de otros políticos que fueron retomando no sus banderas, ni sus programas, sino sus seguidores. En este caso no se incluyeron dentro de la memoria del 9 de abril de 1948, las promesas incumplidas y los sueños por realizar. Se recordó el horror producto del desasosiego y la insensatez de la masa que se veía abandonada. No se pude «olvidar la desgracia, pero si podemos olvidar su significado respecto a su proyección en el futuro» (Aranzueque, 1997:115). En el relato fotográfico se recuerda que por un lado el desenfreno del pueblo por el asesinato de Gaitán, trajo consecuencias nefastas para la sociedad bogotana por la muerte de personas inocentes, por los incendios de edificios públicos, almacenes, vehículos, escasez de alimentos, etc. Estos temas que se analizaron, fueron recurrentes y mostrados de muchas maneras en los primeros periodos que van hasta la constitución del Frente Nacional. En este caso la repetición se convierte en un mecanismo que evita el olvido del desastre material. Pero por otro lado, lo que sí es recurrente, más por interés que por descuido en los tres relatos analizados, es el no incluir en sus relatos las ideas y las reivindicaciones que proponía el caudillo liberal, en especial el Programa que fue aprobado bajo su Dirección por el Partido Liberal del Pueblo en 1947. Los relatos sobre el 9 de abril olvidan los intereses del caudillo por sacar de la miseria a los pobres, reivindicar los derechos políticos y económicos de la mujer, sus luchas contra lo que Gaitán llamaba la oligarquía; aquel pequeño grupo que concentraba la mayoría de la riqueza del país y la utilizaba a espaldas del resto de la comunidad para satisfacer sus propios intereses. Igualmente los relatos analizados también olvidan el señalamiento de Gaitán como anti-liberal cuando se presentó a las elecciones presidenciales contra la candidatura oficial del liberal Gabriel Turbay. Se observa que los tres medios, desde distintas propuestas con sus selecciones, nos narran discursos distintos según sus contextos y sus intereses. Por un lado el periódico El Siglo a medida que pasaba el tiempo se atrevió a publicar más fotografías sobre el 9 de abril de 1948. Es muy llamativo el hecho de que en su primera aparición luego del 9 de abril de 1948, las fotografías no aparecieron. En cuanto a la muerte o el asesinato del líder poco se publicó. Por el contrario cuando comenzaron a ser publicadas fotografías sobre el tema, se hizo alusión a su carrera académica con fotos de su lugar de trabajo y se hizo alusión a su hija, de una manera presentista al igual que sucedió con la Revista Cromos. También se publicaron muchas fotografías de los políticos conservadores que vivieron la época y que publicaban su testimonio. Estos aspectos muestran que el 9 de abril de 1948 es un evento que el periódico El Siglo a pesar de hacer alusión a él, prefiere tener en el olvido. Ya que si bien es cierto en la historia es claro que el asesino material de Gaitán fue Juan Roa Sierra, en la memoria de los colombianos no se han borrado las acusaciones contra los conservadores como autores intelectuales del asesinato, por ser la colectividad que se encontraba en el poder. Las fotografías en El Siglo sobre la devastación material también aparecen, pero principalmente hacen referencia a los bienes de los conservadores, en especial a los de la familia de Laureano Gómez, incluyendo las instalaciones del mismo periódico.

Al contrario de El Siglo, en el periódico El Tiempo fue evidente que el número de fotografías publicadas no aumentó, sino decayó. Con respecto a la proporción el tema más destacado siempre fue lo ocurrido el 9 de abril de 1948 en Bogotá luego del asesinato y no la vida o la muerte del líder Jorge Eliécer Gaitán. La expresión del pueblo enardecido, materializada en la destrucción provocada por los incendios, fue reiterada año tras año. Lo que se destaca en las fotografías de El Tiempo como aspecto principal, no fue la vida y logros políticos del líder o su vil asesinato, sino la furia y la capacidad de acción del pueblo Bogotano. Sumiendo en el olvido la vida y muerte de Gaitán, El Tiempo inaugura un nuevo comienzo en 1973. Se propone una nueva etapa, marcada por el fin del Frente Nacional, donde la barbarie del pasado no puede retornar en el contexto de la paz entre liberales y conservadores. Con el paso del tiempo, el país dejó de recordar el asesinato de un líder político que a fuerza de seguidores dejó de ser opositor de la clase dirigente, para pasar a recordar reiteradamente el peligro que puede significar la masa urbana fuera de control. El miedo a esa masa retornó a la memoria cada vez que la vida de un líder político del pueblo fue truncada, como ocurrió en las décadas de los ochentas y noventas, en momentos en que el país vivía procesos tencionantes como el narcotráfico y la creación de terceros partidos provenientes de la incorporación de grupos de izquierda que se encontraban al margen de la ley. Así la masa en los relatos de los medios estudiados sobre los hechos del 9 de abril de 1948, no se recuerda como víctima, que presenció la forma en que se truncaban sus promesas y su futuro, sino se recuerda como victimario.

Es importante que continuemos promoviendo los esfuerzos por investigar nuestra historia desde las imágenes. Si esto no es así, corremos el riesgo de no poder ampliar nuestra visión del pasado. Cuestión que nos preocupa aún más, en un momento en el cual las imágenes por medio del multimedia, la televisión, el DVD e Internet, se convierten en depósitos de información que en un futuro serán entre otras, huellas a las que acceda el investigador.


1 Este artículo es producto de la investigación realizada para obtener el título de Magistra en Comunicación Social de la Pontificia Universidad Javeriana.

2 Magistra en Comunicación Social. Docente-investigador del Departamento de Historia de la Pontificia Universidad Javeriana.

3 En El Tiempo del 12 de abril de 1948 en la página 6 se publicó una nota donde referente al Congreso Estudiantil que se estaba gestando entorno a la IX Conferencia Panamericana, se dijo que ya habían llegado las delegaciones de México y Cuba para este evento pero no se hablaba de Castro. Cuestión esta que no se pone en duda luego de conocer las afirmaciones del mismo Castro, sobre su estadía en Bogotá en el momento de la muerte de Gaitán, ante los encargados de la investigación de la muerte de Gaitán (ver Alape, 2000).

4 El Siglo 9 de abril de 1968. Pág. 6.

5 El Tiempo 13 de abril de 1953. Página 3.

6 El Tiempo 19 de abril de 1953. Portada.

7 El Tiempo 9 de abril de 1963. Portada.

8 El Tiempo 9 de abril de 1963. Portada.

9 En 1973 dos editoriales hacen referencia a Gaitán como hombre de Paz. «Un hombre de Paz» El Tiempo. 8 de abril y Una fecha aciagaEl Tiempo. 9 de abril de 1973.

10 «Una fecha un hombre» El Tiempo Abril 9 de 1978 (en García Peña, 1978:233).

11 El Tiempo. 9 de abril de 1973. Pág. 9A.ada.


 

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