Editorial
En diciembre de 2003 salió de imprenta el primer número de Tabula Rasa como una apuesta política, académica y editorial, que hoy se ha consolidado. Desde entonces percibimos la importancia de una revista de acceso abierto, teniendo en cuenta lo que ello significa en cuanto a las políticas de producción del conocimiento que cada vez son más firmes en el mundo académico, no sólo nacional sino internacional. Este proyecto surge como una opción alternativa a la preeminencia de la política del copyright en la circulación del conocimiento, y por tanto apunta claramente al copyleft, a la libre reproducción, al open acces. Hoy, 4 años después de la aparición del primer número, afirmamos la importancia de esta iniciativa y continuamos trabajando para lograr la constitución de un conocimiento menos restringido. En este sentido, se plantea como una posición política que reivindica la responsabilidad social —y no empresarial— tanto de las universidades y de los investigadores e investigadoras, como de las revistas académicas, en torno a la producción del conocimiento: este no debe ser una mercancía sino un derecho de todas las personas.
En un principio pudo parecernos una tarea quijotesca, y así lo pensamos durante mucho tiempo quienes hemos estado cerca del proceso de Tabula Rasa; sin embargo, ya no lo vemos de esta forma porque no somos los únicos. En los últimos años nos hemos encontrado con apuestas similares, provenientes de diversas partes del mundo: revistas que le apuestan al open acces como Tabula Rasa o Universitas Humanística, bases de datos como Redalyc (Red de revistas de América Latina, el Caribe, España y Portugal), DOAJ (Directory Open Acces Journal) o proyectos como PKP (Public Knowledge Project). No estamos solos en este camino; algunos lo están transitando desde antes y otros están comenzando a hacerlo. Ello no significa que sea una opción editorial generalizada. No. Hay una gran cantidad de personas que siguen y perpetúan los principios de un sistema que convierte todo en mercancía....hasta las ideas y las acciones. Y el mundo académico no es ajeno a este movimiento, la universidad es una empresa, el profesorado mano de obra y las revistas, con su conocimiento, mercancía. Por ello, Tabula Rasa reafirma su compromiso con esta lucha política y se mantiene firme en el esfuerzo por construir un espacio abierto para el debate académico.
En este número tenemos nuestras habituales secciones, comenzando por Desde el ático, en la que se ponen de manifiesto las innovaciones teóricas y metodológicas que actualmente tienen lugar en el campo de las ciencias sociales y humanas; la sección Claroscuros, que ha sido dedicada a las reflexiones y discusiones en torno a resultados y prácticas concretas que genera la investigación social; y por último, Palestra en donde se presentan artículos de investigación o ensayos que quieran debatir sobre las políticas de producción de conocimiento y temas relacionados con epistemología política.
Leonardo Montenegro M.
Editor