Editorial

 

Tabula Rasa continúa constituyéndose como un espacio para el libre intercambio de las ideas del pensamiento social contemporáneo. Desde su primera aparición en 2003, y con un acervo ya consolidado de artículos en ocho números de publicación continua, nuestra revista se ha materializado como una apuesta política, académica y editorial guiada por la voluntad de difundir abierta e irrestrictamente el conocimiento. La necesidad de afirmarse como una alternativa a las lógicas y dinámicas actuales de producción y circulación del conocimiento, tendientes a su mercantilización, tiene sentido en virtud de la reivindicación de dos convicciones en torno a la valoración del saber académico: como un medio de comprensión de la realidad en aras de su transformación y, en este sentido, como un derecho y no como un privilegio.

El «libre intercambio», credo tan preciado del actual sistema político y económico, opera, justamente, en contradicción con su sentido genuino. Las exigencias para participar en el juego, para obtener la membresía del grupo selecto, son tan altas que, inexorablemente, se traducen en situaciones asimétricas entre los que pueden acceder y los que quedan excluidos. En el caso del conocimiento académico, considerado como una mercancía más en el circuito de producción de capital, ello se evidencia en la existencia de bases de datos privadas y en los extravagantes costos que supone la política del copyright. Resulta entonces paradójico, por decir lo menos, que el «libre intercambio» se haya configurado históricamente mediante mecanismos que, justamente, previenen su realización. Precisamente, la apuesta política de nuestra revista está en restaurar las posibilidades originales de esta noción: la comunicación extensiva, abierta y no excluyente del pensamiento.

La construcción de redes de conocimiento es uno de los mayores desafíos que presenta el proceso heterogéneo de la globalización a los países que presencian el avance de modelos hegemónicos de pensamiento y acción en la academia. Desde el lugar que nos pertenece, porque desde él pensamos y nos comprometemos cotidianamente con nuestras posiciones, buscamos diferentes medios para superar los provincialismos localistas y universalistas que generan grandes islotes de conocimiento aislados sin comunicación. El esfuerzo por crear y mantener un espacio abierto para el debate, la confrontación y la articulación de las ideas, responde al deseo de contribuir a la formación y consolidación de una comunidad académica, crítica y reflexiva, desde Latinoamérica. La ausencia de un diálogo activo y permanente entre quienes participan de la producción de conocimiento regional hace de esta empresa no una opción sino un imperativo; se trata de convertirnos en interlocutores legítimos para nosotros mismos y para el mundo, de volver la mirada hacia los escritos e investigaciones de nuestros coterráneos. Afortunadamente, cada vez surgen más iniciativas encauzadas por este camino. Bases de datos como Redalyc (Red de revistas de América Latina, El Caribe, España y Portugal) y DOAJ (Directory Open Acces Journal), o proyectos como PKP (public knowledge project) son muestra de ello.

Este número presenta nuevamente sus habituales secciones con el firme propósito de avanzar en la tarea de construir fraternidad académica y de estimular el debate crítico con otras regiones, países e intelectuales del mundo. En Contra el olvido tenemos el artículo de los profesores Carlos del Cairo y Jefferson Jaramillo dedicado a la obra de Clifford Geertz y sus implicaciones para el ejercicio de la antropología contemporánea. Desde el ático trae una serie de propuestas y reflexiones sobre teoría social contemporánea que aportan nuevas interpretaciones e iluminan otros sentidos en relación con temas tan diversos como el lugar de la raza y la discriminación en la tradición antropológica (Alejandro Grimson); la crítica benjaminiana al historicismo y su propuesta política (Alex Betancourt); la ponderación de los estudios de criminología y género en términos de sus vacíos, aportes y posibilidades (Norma Fuller); la exploración metodológica de los conceptos, hasta ahora desatendidos, de eventualización y problematización en la obra de Michel Foucault (Eduardo Restrepo); y el análisis de la especificidad política de los estudios culturales a través de los textos de Stuart Hall (Roberto Almanza-Hernández).

En la sección Claroscuros se incluyen resultados de investigaciones empíricas en el campo de las ciencias sociales y humanas. Inicialmente presentamos dos estudios históricos sobre distintos momentos del periodo colonial en América Latina. El primero de ellos, de Robert Ojeda Pérez, explora las condiciones del mercado santafereño en los años que precedieron a la revuelta del 20 de julio de 1810, ubicando como caso de análisis la tienda de José González Llorente. El segundo artículo, de Catalina Restrepo, reconstruye las representaciones de la alteridad indígena y de la identidad española en el texto de Carlos de Sigüenza y Góngora, Alboroto y motín de los indios de México. A continuación, Yuri Romero Picón y Yuri Chávez Plazas examinan la situación de niños y niñas en el conflicto armado colombiano y ofrecen alternativas para atender esta problemática. Por último, Martha Arana reflexiona sobre la formación de la responsabilidad social, a partir del enfoque de los estudios de ciencia, tecnología y sociedad, entre los estudiantes de Trabajo Social.

Finalmente, Palestra, nuestra sección dedicada a la discusión de la producción de conocimiento, de la posibilidad de epistemologías políticas y de la posición de la academia en el mundo contemporáneo, presenta, como entrega especial, parte del debate que tuvo lugar en el seminario «El pensamiento descolonial y el surgimiento de los indígenas como nuevo sujeto político en América Latina», realizado en El Escorial (España) entre el 24 y el 28 de Julio de 2006. Walter Mignolo, uno de los representantes más destacados del programa de investigación modernidad/colonialidad latinoamericano, inicia la discusión exponiendo su propuesta en torno a la comprensión de la opción y el pensamiento de-colonial. Para ello, Mignolo traza una necesaria genealogía del pensamiento fronterizo, destacando figuras como Felipe Waman Puma de Ayala y Otabbah Cugoano, y señala su potencial transformador en oposición a la tradición eurocentrada y colonial. Pablo Iglesias Turrión, Jesús Espasandín López e Iñigo Errejón Galván se detienen críticamente en la idea de Mignolo sobre una ruptura radical entre los movimientos antisistémicos occidentales y la opción descolonial para insistir, por el contrario, en la necesidad de articular las distintas subalternidades oprimidas, creadas en el marco del sistema-mundo moderno/colonial, reconociendo también el potencial crítico de corrientes emergentes de la oposición europea al sistema hegemónico. Mignolo responde recopilando nuevamente su propuesta para aclarar los supuestos y ejes analíticos en los que se apoya la visión que plantea. Cierra la sección el artículo de David Slater, quien analiza geopolíticamente la consolidación de elementos críticos en el pensamiento del Sur global contrahegemónico.

Vanessa Gómez Pereira, Héctor García Botero Equipo Editorial Tabula Rasa