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Menores basculando entre continentes. Cartografías de las opresiones de género en las migraciones de niñas africanas hacia España 1
Minors swinging between continents. Cartographies of gender oppression among African girls migrating to Spain
Menores basculhando entre continentes. Cartografias das opressões de género nas migrações de meninas africanas na Espanha
Menores basculando entre continentes. Cartografías de las opresiones de género en las migraciones de niñas africanas hacia España 1
Tabula Rasa, núm. 23, 2015
UNIVERSIDAD COLEGIO MAYOR DE CUNDINAMARCA
Recepción: 17 Marzo 2015
Aprobación: 06 Agosto 2015
Resumen: Las diferencias de género que se dan en las migraciones de personas que entran de forma irregular en España procedentes de África se producen tanto en origen, como en trayecto o destino. En el caso de las migraciones de menores que viajan sin el acompañamiento de un tutor legal, tienen una estrecha vinculación con las redes de tráfico y trata de seres humanos. Son migraciones donde los fuertes controles a su movilidad y los castigos de género constituyen una eficaz y lucrativa escuela de desigualdad migratoria. A través de esos castigos (que buscan la ejemplaridad, el desempoderamiento y la sumisión) mayoritariamente de centralidad sexual, traficantes y proxenetas obtienen importantes beneficios. Son una útil herramienta que funcionará a la perfección, mediante una ajustada selección de la víctima (mujer, joven, pobre e irregular) y un uso continuo de las violencias.
Palabras claves: Género, menores no acompañados, irregularidad, migraciones, invisibilidad, tráfico y trata de seres humanos.
Abstract: Gender differences as observed in migrants entering irregularly in Spain from Africa, occur at origin, but also during the journey and at destination. In the case of migrant minors who travel unaccompanied by a legal guardian, they are closely linked to human traffic networks. These are migrations where the stringent controls on mobility and gendered punishments are an effective and profitable school on migrating inequality. Through those punishments (intended to be exemplary, and force upon disempowerment and submission), which are mainly of sexual nature, traffickers and pimps get significant profits. They are a useful tool that will work perfectly, through a close-fitting selection of victims (young, poor and irregular women) and the ongoing use of violence.
Keywords: Gender, unaccompanied minors, irregularity, migration, invisibility, trafficking and human smuggling.
Resumo: As diferenças de gênero das migrações de pessoas que entram de forma irregular na Espanha procedentes da África são produzidas tanto na origem como no trajeto ou destino. No caso das migrações de menores que viajam sem o acompanhamento de um tutor legal, existe um vínculo estreito com as redes de tráfico de pessoas. São migrações em que os fortes controles da mobilidade e as punições de género, constituem uma eficaz e lucrativa escola de desigualdade migratória. Mediante essas punições (que buscam a exemplaridade, o desempoderamento e a submissão), principalmente de teor sexual, traficantes e proxenetas obtém importantes benefícios. As punições são, portanto, uma ferramenta útil que funciona perfeitamente mediante uma seleção ajustada da vítima (mulher, jovem, pobre e irregular) e um contínuo uso das violências.
Palavras-chave: Género, menores desacompanhados, irregularidade, migrações, invisibilidade, tráfico de pessoas.
Introducción
Las migraciones de menores extranjeros no acompañados (MENA, en adelante) constituyó un fenómeno novedoso en España en las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI. Específicamente en Canarias, frontera sur intercontinental entre .frica y Europa, se comenzó a observar a partir del año 1996, fecha exacta en la fue interceptada una "patera" con un menor de origen marroquí a bordo. *** Aunque en sus inicios los protagonistas de estos flujos eran mayoritariamente varones jóvenes del norte del Magreb, **** en la actualidad los perfiles de procedencia y género han ido variando, y comienza a detectarse menores de origen subsahariano, con una mínima presencia de mujeres jóvenes y niñas. A pesar de compartir características comunes con las migraciones de MENA en otros territorios de España, en Canarias se observan marcadas diferencias; estas migraciones son mayoritariamente de origen africano (en otros territorios hay presencia de flujos procedentes del Este) paterizadas y con una estrecha vinculación con las redes de tráfico y trata de seres humanos, sin las cuales no podr.an superar la peligrosa travesía del Atlántico (Torrado y González, 2009).
Desde ese año significativo en el que se interceptó la primera patera con un MENA a bordo hasta la actualidad, la variabilidad en número y perfiles ha venido auspiciada, entre otros, por las diferencias de estándares de vida, la proximidad territorial de las costas, la influencia de las redes migratorias y las TIC, así como las restrictivas leyes migratorias europeas que (mediante una fuerte vigilancia fronteriza) han limitado el acceso de personas adultas al territorio Shengen. ***** Pero a pesar de que estas condiciones de desigualdad son mayores en mujeres y niñas migrantes (tanto en origen como en destino) su presencia es minoritaria en España, debido a los fuertes controles a su movilidad que existen en sus sociedades, donde la influencia patriarcal en normas y tradiciones es importante. No obstante, es preciso enfatizar el hecho de que a pesar de ser migraciones minoritarias, presentan importantes novedades en los patrones y estrategias de movilidad, que son escasamente estudiadas. El desconocimiento se debe no sólo a la escasa representación estadística sobre el conjunto de las migraciones, sino también a los espacios de vulnerabilidad e invisibilidad donde se gestan y a la escasa tradición de investigar con perspectiva de género. Por ello la invisibilidad no es sólo resultado de esa condición de migrante clandestino y del propio género, sino también de la tendencia dominante en el estudio de las migraciones a externalizar resultados de mayorías significativas (y evidentemente las jóvenes y niñas MENA no lo son). También la escasa tendencia a aplicar en investigación perspectiva de género, produce déficits en el conocimiento de las migraciones, que se alejan de los patrones tradicionales migratorios. Estos se pueden observar de forma tangible en el contexto español, cuando se consultan fuentes secundarias de estudio, donde a pesar de proliferar los estudios sobre MENA en España, es escasa y limitada la información sobre las singularidades de mujeres jóvenes y niñas. ******
Por estas razones es especialmente relevante analizar estas singularidades de las niñas entre fronteras desde la perspectiva de género, puesto que aun sin ser representativas, deben ser consideradas conforme al artículo 3 del Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire (Jefatura del Estado, 2000) no sólo menores en riesgo (por no estar acompañadas de tutor legal y ser irregulares), sino víctimas del tráfico de personas por ser trasladadas e introducidas en un país de forma irregular y sobre todo niñas tratadas por su forzado destino, a saber, la explotación sexual y laboral mayoritariamente. En ese sentido, este artículo, como producto de la investigación con menores que entran de forma irregular a España sin un tutor que les acompañe, esas diferencias de género en origen, trayecto y destino, y la inexorable vinculación de las niñas al tráfico, pero sobre todo a la trata, donde los fuertes controles a su movilidad y autónoma constituyen una eficaz y lucrativa escuela de desigualdad migratoria y donde a través de castigos de género, en su mayoría de carácter sexual (matrimonios forzados, de honor, violaciones individuales o colectivas, obligación a prostituirse, abortos clandestinos y mutilaciones genitales femeninas) se conforma la perversa, pero útil herramienta para los traficantes de personas, con importantes resultados de desempoderamiento y sumisión de sus víctimas y una repercusión no sólo en su dignidad como mujeres y en sus derechos y libertades, sino también en los costos y resultados migratorios (Torrado, 2012).
Nuevas migraciones en nuevos escenarios de la inmigración: intersección de perfiles y visibilización de género
Uno de los cimientos iniciales en los se fundamentó este trabajo procede del estudio sobre Menores extranjeros no acompañados en Canarias (Barroso et al., 2006) realizado por un equipo de investigadores/as de la Universidad de la Laguna bajo encargo técnico del Gobierno de Canarias en plena Crisis de los Cayucos del 2006 en Canaria. Ese año constituyó un antes y un después en la realidad social de Canarias, pues obligó a las administraciones gubernamentales a improvisar un sistema de gestión y atención de migrantes procedentes de .frica que produjo un cierto temor social desproporcionado a una "supuesta invasión" y "generó en Canarias una situación de emergencia humanitaria de jóvenes subsaharianos principalmente que dejaron sus vidas en el mar debido a los naufragios causados por la conjunción entre la fragilidad de las embarcaciones, el mal tiempo y las traicioneras corrientes" (Guerra, 2013). Un importante número de menores quedaron bajo la tutela de las instituciones de protección, lo cual facilitó la localización para su estudio de un colectivo que generalmente planteaba dificultad por su alta movilidad y su condición de clandestinidad. Por ello el trabajo de campo se realizó mediante entrevistas a menores residentes en los centros de acogida de Canarias, ******* para conocer sus perfiles sociodemográficos, sus proyectos migratorios y de acogida, así como las expectativas de futuro, con lo que se pudo cuantificar y caracterizar a los MENA interceptados por el sistema de protección de menores y contrastar las diferencias con los de otros territorios de España. Tras el desarrollo de ese trabajo y la emisión del precitado informe, el equipo investigador observó la escasez de datos e informaciones sobre las niñas MENA. Esta escasa representación no sólo generaba invisibilidad en su estudio, sino incluso desigualdades en el establecimiento de recursos para su protección, que se reflejan en la carencia de centros especializados para su atención y mayores déficits en la recogida de datos sociodemográficos; ******** esto dificultaba más aún su caracterización y conocimiento. ********* Ante esto, se planteó continuar realizando prospecciones sociales, eso sí, esta vez exclusivamente a jóvenes y niñas MENA con perspectiva de género y aunque se encontraran fuera de los circuitos de protección. Las múltiples dificultades para acceder a las propias MENA, con una alta incidencia en fugas y dispersión en centros generalistas de acogida, hizo que se recurriera a mediadores o facilitadores para el contacto con mujeres de origen subsahariano (por ser mayoría en los flujos de niñas MENA en Canarias) y que arribaron al archipiélago siendo menores, pero que o bien no fueron interceptadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o se fugaron de los Centros de menores o cumplieron la mayoría de edad. Estas entrevistas se realizaron dentro de los proyectos I+D "Poblaciones y Mercancías: Tráfico de mujeres y niñas en España" (López et al., 2007) y "Justicia, ciudadanía y género: la feminización de las migraciones" (Guerra et al., 2013) permitiendo establecer un marco interpretativo de diferencias inéditas.
Amarres enunciativos en migraciones vinculadas al tráfico y la trata de seres humanos
En el desarrollo del trabajo de campo con MENA en Canarias, y la consulta de fuentes secundarias, se observaron similitudes y homogenización de perfiles, con cierta saturación de información en los discursos. Casi el 100% de los menores eran varones, africanos y con escasas diferencias en cuanto a la edad. Una de las diferencias se dio en los/as MENA de origen subsahariano, que en el momento de su interceptación iban acompañados de un adulto que declaraba ser familiar. Estos hechos han sido denunciados públicamente por diversas ONG como Médicos sin Frontera, Cruz Roja, que consideran una nueva estrategia de penetración fronteriza utilizada por las redes de tráfico y trata de seres humanos (Coordinadora de Barrios et al., 2005) para vulnerar el sistema de protección y detección de menores solos. Constituye un resquicio permeable de tráfico de migrantes africanos/as que se hacen pasar por familiares cuando en realidad son pasantes o tratantes. Otra tipología de MENA son los originarios del Magreb, que si bien inicialmente son captados por redes de tráfico para su traslado, no se constata que sean objeto de trata antes o durante la travesía, lo que no les exime de que en destino y por las precarias condiciones de vida acaben corriendo el riesgo de ser objeto de explotación laboral e incluso sexual. Estos menores buscan mayoritariamente incorporarse al mercado laboral (aunque sea de forma irregular) y reagruparse con familiares residentes en España o Europa. Cuando son interceptados declaran ir sin compañía de tutor legal (aunque con frecuencia viajan con primos, paisanos o grupos de iguales) y habitualmente se declaran menores de edad (lo sean o no) para evitar la repatriación, teniéndose que enfrentar a las dudosas pruebas de determinación de la edad, mediante el test oseométrico, ********** el cual determinar. su posibilidad de permanecer en el territorio bajo la tutela del Estado, si se confirma esa minoría de edad, que en España está determinada hasta el cumplimiento de los 18 años.
Sobre las condiciones de los trayectos y el viaje suele haber escasa información, pero la disponible nos revela que son originarios del Magreb y que suelen partir rumbo a Canarias desde el Aaiún en peque.as embarcaciones de no más de veinte personas. Con cierta frecuencia recurren a la estrategia de declararse saharauis, con el objeto de recibir un trato especial como asilados y refugiados políticos (aunque en la mayoría de los casos son hijos de colonos marroqu.es). Generalmente suelen desconocer el lugar desembarco y el tiempo de travesía, aunque la media (si no existen complicaciones) es de veinticuatro a treintais.is horas. A este tiempo debe añadirse, para el caso de los migrantes del Sahel, el que se emplea en atravesar las fronteras interiores del continente africano y el de estancia precaria en los campamentos fronterizos de Marruecos. Para la mayoría, Canarias es sinónimo de Madrid, Barcelona, Sevilla o cualquier gran ciudad, y Europa representa la vida de la gran ciudad. Pero al desembarcar en las costas canarias perciben que las islas están a más de 3000 kilómetros de ese objetivo y que aquél está separado además por una segunda frontera administrativa y geográfica, la del peligroso Océano Atlántico y la necesidad de identificación para acceder al territorio peninsular español, lo que les genera una situación de shock.
De aquellos escasos menores que reconocen haber pagado a las redes para su traslado a España y se atreven a dar información, afirman que entregaron a los traficantes unos 2.176 dírham marroqu.es (unos 200 euros) aunque persiste el tabú de aportar este tipo de datos sobre formas de contacto e información de las redes de tráfico. En el caso de los migrantes subsaharianos, nos consta que al ser más largas las rutas se incrementan los costos, por lo que se puede establecer un precio en metálico, en especie (como en el caso de las mujeres obligadas a prostituirse) o bajo aval de propiedades de las familias, que supera en muchos casos los 20.000 euros y que puede incluso ir incrementándose en funci.n de los intereses marcados por los prestamistas. En cualquier caso, existen reticencias en aportar información sobre cuestiones referentes a los pagos y las redes, ya sea por miedo a las represalias o por precaución para no aportar información en muchos casos sobre vecinos y familiares que pueden estar implicados dentro de ellas. Al contrario, no se observa reticencia a aportar información sobre sus expectativas y proyectos migratorios, mayoritariamente de centralidad económica y que se gestan con el consentimiento familiar (lo que les hace depositarios de las esperanzas de mejorar su calidad de vida). En cuanto a la naturaleza de los proyectos de acogida e inclusión que ofrecen las instituciones, los MENA suelen presentar un importante desconocimiento a pesar de que su futura integración está en juego (González y Torrado, 2008). Las instituciones de protección suelen orientar sus intervenciones al cuidado personal y la formación reglada, lo que no se ajusta a las expectativas de los MENA y de sus familias, que desean obtener ingresos para mejorar su calidad de vida, máxime cuando han arriesgado sus propias vida para ello o el escaso patrimonio familiar (Barranco et al., 2007).
Nos obligan a estudiar porque no tenemos edad española para trabajar. Cuando tenemos la edad no nos dan papeles para poder trabajar, esto es un mal sueño. EM4-2 (Entrevista realizada a MENA hombre del Magreb).
Las expectativas de futuro son las de conseguir un empleo a corto plazo, ahorrar dinero y mandar remesas a la familia, y no se plantea un retorno definitivo a su país de origen. El discurso generalizado de estos menores está articulado en el fracaso y el miedo al futuro, por no haber podido cumplir sus expectativas migratorias, además de la carga psicológica que supone ser testigo de experiencias muy traumáticas antes y durante su trayecto migratorio, así como de los futuros escenarios de vulnerabilidad a los que están expuestos tras abandonar los centros de acogida con el objeto de evitar la expulsión al cumplir la mayoría de edad (González y Torrado, 2008).
Después de cuatro años aquí, saldrá sin nada, sólo a esperar que la policía me eche de aquí. EM4-2 (Entrevista realizada a MENA hombre del Magreb).
Junto al peso de las duras condiciones y experiencias migratorias, está el de ser portadores de las esperanzas de mejora de la calidad de vida de sus familias y los efectos de las malas prácticas e incumplimientos del sistema de protección. Ello les situar. en un inexorable escenario de riesgo, sea en solitario o como consecuencia de la relación con las redes de tráfico y trata, relegándolos a espacios y actividades clandestinas. En teoría, la minoría de edad constituye una ventaja para acometer los proyectos migratorios con cierto éxito, dado que existen menores posibilidades de su expulsión del país, pero en la práctica, la minoría de edad se torna en un factor de vulnerabilidad y exclusión. La imposibilidad de cumplir sus expectativas migratorias, los relega al círculo de la pobreza y la falta de oportunidades. La preocupación de las instituciones por impedir el efecto llamada, utilizando prácticas de gestión dilatorias, les aboca a la fuga de los centros antes de la mayoría de edad, en condiciones de clandestinidad.
En Canarias por esas especiales condiciones geográficas, definidas por la fragmentación y la insularidad de su territorio, los menores que ingresan de forma clandestina deben hacerlo por rutas marítimas controladas por redes de tráfico y trata. Aquí la improvisación y la autónoma son imposibles, dado que es preciso contar con apoyo económico e infraestructura para acometer con cierto éxito el proyecto migratorio, por lo que existe una alta probabilidad de que el menor se incorpore en el destino a las estructuras mafiosas de las redes y a sus actividades ilegales, si fracasa en la consecución de sus expectativas migratorias.
Visibilizando la realidad de las niñas MENA: La necesidad de incorporar la perspectiva de género en los análisis de las migraciones clandestinas
En el estudio de las migraciones de niñas solas a través de fronteras transnacionales, aparecen tres elementos claves para su (re)conocimiento: la escasa representación en estudios cuantitativos, que no contemplan las interseccionalidades de género, la invisibilidad de los espacios donde se las mantiene y el androcentrismo en la ciencia y las políticas sociales. Estos elementos, así como las múltiples opresiones de las que son objeto, producen un vapuleo a sus derechos humanos "como humanas", que influirán en su estudio y las intervenciones de los agentes y agencias de control migratorio, con lo cual se lleva a la máxima expresión el dicho de lo que no se ve, no existe y por tanto no constituye un problema. Por ello, la invisibilidad constituye uno de los mayores problemas en su estudio; no solo cuantitativo, sino también de sus intersecciones. Su escaso peso estadístico en la generalidad de los movimientos migratorios de MENA y la ausencia de una perspectiva de género en los estudios de las migraciones internacionales clandestinas, les confiere una indefensión añadida, que genera nuevas brechas de género en sus empresas migratorias, con menos posibilidades de éxito y con más violencia. Es preciso resaltar que de los MENA interceptados en Canarias en el año 2006 el 9% eran niñas; de ellas el 67% eran del Sahel *********** (Barroso et al., 2006).
Como se ha apuntado con anterioridad, existen otras dificultades para su estudio, que derivan del déficit de datos de las niñas interceptadas por los sistemas de protección, así como de la recogida de información en los instrumentos de las instituciones gubernamentales, que en su mayoría desconocía en el 18% de los casos, el lugar y fecha de llegada y en el 82%, la generalidad de los datos necesarios para el conocimiento de sus perfiles sociodemográficos (Barroso et al., 2006). Con respecto a la invisibilidad de las niñas, derivada de los espacios donde son relegadas, se observó que a pesar de ser mayoritariamente del Sahel y con rasgos etnorraciales visibles, ocupaban nulos espacios de visibilidad pública a su llegada a las islas. Esta escasa presencia en espacios públicos, así como la inexistencia de recursos especializados para su atención, marca diferencias con respecto a los niños MENA. Las niñas cuando son interceptadas, se integran en centros de protección generalistas, suelen ser de dependencia privada e incluso religiosa y conviven con menores con problemáticas variadas. La inexistencia de centros especializados para ellas podría constituir una cierta vulneración a los derechos de igualdad, derivados de una inversión en recursos diferencial con respecto a los varones MENA. ************
Las edades de las niñas migrantes que viajan solas, cuando son interceptadas por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en frontera, oscila entre los 16 y los 18 años (ligeramente superior a los MENA hombres). Este dato tiene relación con el origen, mayoritariamente del Sahel, lo que implica que aunque abandonan sus aldeas a edades más tempranas, tienen que recorrer largas y múltiples fronteras interiores (a veces a pie) hasta el punto de embarque con destino a Europa, de manera que invierten una media de entre uno (en el mejor de los casos) y tres años. Otra diferencia con respecto a los niños es las opresiones de género y las violencias de las que son objeto en los trayectos, pues se las somete con mayor frecuencia a retenciones contra su voluntad y a múltiples tipos de violencia, tanto por parte de los miembros de las redes como de sus compañeros de viaje. Estas violencias en forma de castigos de género son parte de una ideología del desempoderamiento y la sumisión que, mediante el miedo, consigue garantizar la mercancía y los beneficios (mayoritariamente del negocio de la prostitución):
Sal. de mi aldea con 13 años acompañada de un amigo de mi familia que prometió buscarme trabajo en Europa. Atravesamos juntos dos países a cambio de favores sexuales. Llegué a los campamentos de Marruecos con 15 años. Allí otro hombre ocupó su lugar y me dijo que le llamara pap., Después de obligarme a prostituirme y pegarme violentamente si me negaba. Al llegar a Canarias mi padre y yo fuimos detenidos y tras pasar por un centro, nos expulsaron sin papeles. Ahora es mi jefe en esto de la prostitución, aunque mi familia no sabe nada. EMA5-1 (Entrevista realizada a MENA mujer del Sahel).
En las migraciones de estas mujeres hacia Canarias, se observa nuevas estrategias de las redes de tráfico y trata y que, en el caso de las niñas MENA, constituyen elementos adicionales de invisibilidad y vulnerabilidad (por ser menor, mujer y clandestina). Ésta consiste en la suplementación de roles, donde los adultos que las acompa.an se hacen pasar como padres, hermanos o incluso parejas de la futura mujer embarazada o de sus niños/as de temprana edad (en muchos casos como resultado de violaciones en los trayectos). Con esta estrategia evaden los controles de las instituciones de protección al menor o aminoran el mismo, de manera que se las reconoce como MENA, pero no como víctimas de trata o mujeres acompañadas. Esto podría dejar de ser "la tubería que gotea" con la realización de pruebas genéticas y medios profesionales necesarios en frontera, que eviten la exposición de estas menores a esa doble desprotección muy relacionada con la trata, pues al no ser declaradas como MENA (por estar acompañadas de adultos o supuestas parejas) se las deja en manos de tratantes o explotadores que nunca van a cumplir con el objetivo de la protección de esa menor. ************* Ello debe llevar a las instituciones y profesionales a plantearse la propia (re)construcción de la desprotección y sus protocolos de actuación, actualmente centrados en la minoría de edad y en el no acompañamiento de tutor legal en el momento de su interceptación, y que no contemplan el hecho de que ese "supuesto acompañamiento" no es garantía de derechos y dista mucho del ideal de protección de la infancia. Lo cierto es que, sean MENA o niñas acompañadas de forma inadecuada, son objetivo primordial para ejercer la violencia (mayoritariamente sexual), por sus condiciones de vulnerabilidad que a su vez generarán múltiples espacios de desprotección en el destino.
Otro aspecto novedoso en el análisis es el referido a la diversificación de espacios donde son conferidas, que tienen relación con la procedencia y la etnorracialidad. Habitualmente el destino de las mujeres jóvenes y MENA del Magreb suele ser la reagrupación familiar, el trabajo domástico o los matrimonios concertados. Presentan diferencias con respecto a las procedentes del Sahel, ya que suelen ser objeto de menor violencia, puesto que son conferidas a espacios de menor vulnerabilidad, sus trayectos son más cortos y gozan de cierta protección de las redes de tráfico y los patrones de las embarcaciones, que en muchos casos son paisanos (Torrado, 2012).
Las mujeres marroqu.es son pocas en las barcas, pero a ellas se las respeta más porque los dueños son paisanos, son blancas y vienen a España a casarse o a limpiar. EMA5-2 (Entrevista realizada a MENA mujer del Sahel).
Esta diversificación de espacios que tienen relación con la procedencia y la etnorracialidad se refleja el IV Informe del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (2011), donde la policía alertaba de la situación de las niñas subsaharianas, que con frecuencia se destinaban a la explotación sexual, debido a las condiciones de vulnerabilidad, edad, características físicas y étnicas y a la demanda de los prostituidores:
en relación con las mujeres en las que se han detectado signos de trata, el 44% contaban entre 26 y 35 años, siendo Nigeria uno de los principales países de origen de dichas mujeres. En el 57% de las 199 denuncias realizadas, las posibles víctimas ten.an entre 18 y 25 años, y 13 se corresponden a posibles víctimas menores de edad (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2011).
En cualquier caso, sean conferidas a espacios domásticos o de explotación laboral o sexual, estas jóvenes permanecen en ellos con escasas posibilidades de interacción con el medio, de información sobre sus derechos y bajo la tutela y control de un varón (sea pareja, proxeneta o ambos a la vez). Por ello sus condiciones en las migraciones clandestinas son de mayor riesgo y precariedad, al estar en contacto con las redes internacionales de tráfico y trata de seres humanos, que ejercen un fuerte control en origen, garantizando una mercancía docilizada mediante la selección de niñas en extrema necesidad y el ejercicio de la violencia. Esto, junto a los factores que propician la doble vulnerabilidad (ser menores y traficados), garantiza la proliferación y los beneficios de esta práctica criminal.
Circunscribiéndonos a las Islas Canarias, la existencia de una indisoluble relación entre migraciones africanas irregulares y el negocio del tráfico y la trata de seres humanos no sólo tiene que ver con las políticas de control fronterizo o de cercanía de costas, sino además con la selección de migrantes vulnerables como mercancía altamente rentable -y los menores lo son y mucho -. El aumento en las sociedades occidentales de la demanda de mercancía joven y vulnerable con destino a la explotación sexual ofrece un buen caldo de cultivo para la proliferación de este complejo entramado internacional. Sin embargo, el abordaje sociológico, criminológico, normativo y de intervención social resulta proporcionalmente más complejo, precisamente por esas circunstancias de mayor vulnerabilidad que le rodean: son menores de edad y objeto de un estatus especial de protección y su irregularidad lo circunscribe a medidas legales y sociales que hacen más complejas sus realidades.
Cuando salí de mi aldea era una niña. Todo el viaje lo tienes que hacer acompañada de un hombre y tienes que elegir entre ser agredida por los pasantes o por los propios compañeros. Ninguna mujer puede viajar sin compañía. EMA5-5 (Entrevista realizada a MENA mujer del Sahel).
Por ello es necesario identificar y conocer el impacto de esta práctica criminal del tráfico y la trata a las niñas. El actual marco legal de protección y sus protocolos de intervención no las contemplan prioritariamente como víctimas de trata, sino como MENA, por lo que es necesario ampliar y trascender esa conceptualización de la protección de los menores solos o inadecuadamente acompañados, ya que los actuales procedimientos están más centrados en la identificación del menor y su tutela que en el tratamiento de las consecuencias de ser víctima de trata siendo menor y su protección (exista o no denuncia), ya que en el caso de las niñas, sus vulnerabilidades y las violencias de las que son objeto se diluyen en sus situaciones de clandestinidad, incluso como se ha mencionado, en el caso de las subsaharianas, que a pesar de esos visibles rasgos etnorraciales, la minoría de edad y la situación de irregularidad, resultan más impermeables a los controles fronterizos y a su interceptación como víctimas de trata.
Entró por Canarias, tras un viaje de tres años. Ahora me encuentro en Andalucía y cuando pague mi deuda quiero ir a Francia, donde tengo familia. Estuve en un centro donde cuidaron de m. y mi hijo. En poco tiempo volví con mis paisanos a hacer lo que tenía que hacer (EMA5-5, entrevista a mujer MENA del Sahel).
La actividad delictiva de la trata no solo se genera en las fronteras europeas, sino en las africanas, donde las razones para el tráfico de menores son mucho más variadas y donde los procesos de clandestinidad y el hecho de que se produzcan en el seno de las propias familias hacen más imperceptible el problema. Las estadísticas suelen nutrirse de la información de los sistemas policiales o de protección de cada país, por lo que el acceso a la información dependerá del grado de corrupción de los propios sistemas y de la efectividad de los controles fronterizos, que pueden estar centrados en la protección a la víctima y la persecución de las mafias o en la lucha y la disuasión de la migración clandestina. También, como se apuntó con anterioridad, la invisibilidad estadística y el desconocimiento del fenómeno dificultan el diseño de estrategias de denuncia y abordaje de la problemática específica de las niñas MENA. De hecho, en el caso de España y particularmente en Canarias, el protocolo de actuación para los/as MENA produce otros efectos negativos que deber.an ser tomados en consideración, ya que a pesar de ser interceptados en la frontera entrando de forma irregular mediante su traslado (muchas veces forzado), no prima el procedimiento de la consideración prioritaria de ser víctima de trata por encima de la de MENA, que les garantizará su permanencia en España hasta la mayoría de edad, pero que les hará seguir siendo objetivo del control de las mafias, por no tener un estatus especial de protección. Esto junto a las especiales y diferentes condiciones en las que viajan con respecto a los adultos, los hace estar mucho más expuestos a situaciones de vulnerabilidad. Los/as protagonistas cruzarán, desde un primer momento, fronteras interiores y exteriores sin acompañamiento de un tutor legal o con un adulto que puede ser pasante o proxeneta, en situaciones de extrema dureza física y emocional. Muchos de ellos han sido forzados a prostituirse, mendigar o cometer delitos, como denunció la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE, 2008) que estimaron la existencia de 20.000 menores en España que eran víctimas de explotación, así como el progresivo incremento del fenómeno en los últimos años. También es cierto que algunos/ as estudiosos/as del tema, recomienda no vincular estas migraciones clandestinas con el fenómeno de la trata de mujeres, puesto que no todas las personas traficadas están destinadas a la explotación sexual (Mena y González, 2008), aunque en el caso de las niñas subsaharianas, todo apunta a ello, ya que el género, la edad y la procedencia, constituyen factores de vulnerabilidad determinantes, siendo una de las actividades que más crece en la Unión Europea, siendo la mayoría de las víctimas mujeres y de ellas el 50% niñas.
Cartografiando los proyectos migratorios de las niñas migrantes irregulares entre fronteras intercontinentales
En el desarrollo de los proyectos y expectativas migratorias de las niñas, las interseccionalidades convergentes constituyen a su vez múltiples elementos de vulnerabilidad que van a influir negativamente en la consecución de sus objetivos. así, los costes migratorios son mayores que en los niños, tanto en lo material como en lo personal. En sus trayectos migratorios y a través de castigos de género, se llevarán a cabo la instrumentalización de todo tipo de actos de control y violencia con miras a producir sumisión e indefensión. Estos castigos de género se articulan fundamentalmente en el ejercicio de la violencia físicasexual ejemplarizante, y se justifican culturalmente en el necesario control a la movilidad de las mujeres que deben ejercer sociedades altamente patriarcales, máxime en las migraciones, donde las mujeres han tenido un papel secundario y subordinado a los proyectos de los hombres y la familia. En el caso de las migraciones transnacionales, el protagonismo ha sido masculino, y las mujeres eran relegadas a proyectos de reagrupación o matrimonio. Por ello las que migran en solitario, ya sea de forma voluntaria (con proyectos de autonomía o de huida de las leyes patriarcales) o de forma forzada, se alejan del paradigma tradicional de "la buena mujer". También en comunidades tradicionales las migraciones de niñas, a pesar de constituir una estrategia de supervivencia de las propias familias, no cuentan con el benepl.cito de la comunidad y se las castiga por ello, ya sea en los trayectos, como en los países de destino o si se produce la repatriación o retorno, en cuyo caso es prácticamente imposible la aceptación de su comunidad y de su propia familia, que lo considerar. un deshonor:
Es el precio que tenemos que pagar por no hacer lo que le corresponde a una mujer. EMA5-3 (Entrevista realizada a MENA mujer del Sahel).
Cada circunstancia a la que deben enfrentarse las niñas, debido a su posición en la estructura social, se añade a la de afrontar la migración o la incorporación a un mercado laboral desconocido. Es habitual ignorar estas situaciones problemáticas a las que se enfrenta la población migrante en general y las niñas en particular, y la consideración prioritaria de su condición de víctimas de las redes y objeto de múltiples violencias:
Al llegar a España nadie me pregunto por qué estaba embarazada o que había pasado. Me cuidaron a m. y mi hijo y nada más. EMA5-2 (Entrevista realizada a MENA mujer del Sahel).
Estas interseccionalidades ayudan a visibilizar las múltiples opresiones que modelan las relaciones sociales en las niñas, tales como el racismo, la etnicidad, el género, la nacionalidad, la religión o la propia clase social (Hill Collins, 1990: 92; Crenshaw, 1991). Estos sistemas de opresión social act.an de forma interrelacionada, donde la discriminación, como se ha ido viendo, no solo procede de la pobreza, sino de la condición de mujer, menor e irregular, condición que es acumulativa en el origen, el trayecto y el destino, y por tanto afecta la consecución de sus expectativas migratorias (Gimeno, 2013). así, mientras en los niños varones, las expectativas son mayoritariamente económicas, en las niñas aparece con mayor frecuencia la centralidad de la "agencia", con elementos de autonomía y oposición a los mandatos patriarcales de sus sociedades de origen (matrimonios de honor, ablación).
Salí por mi voluntad. No quería casarme con un viejo amigo de mi tío. En el camino encontró un hombre que se ofreció a acompañarme y hacer de protector. La realidad fue otra. Me golpeaba si no quería tener relaciones con más hombres o no le hacía la comida a él y su grupo. EMA5-3 (Entrevista realizada a MENA mujer del Sahel).
En el estudio de las múltiples formas de opresión de las que son objeto y la intensidad con la que se percibe esa opresión, se ha observado en los menores varones de origen marroquí una menor percepción de la opresión, posiblemente derivada de ser objeto de menor violencia en los trayectos, no permanecer bajo situaciones de trata en los destinos y de un contar con mayor apoyo social y familiar. De hecho cuando verbalizan sus temores y peligros, éstos se circunscriben al viaje a bordo de la embarcación (hacinamiento, mareas, interceptación policial) o al futuro (por no poder cumplir con sus objetivos y las exigencias familiares:
Mis padres me ayudaron económicamente y depositaron sus [esperanzas] en mí. Hice lo que tiene que hacer un hombre, ayudar a los suyos. El trayecto fue duro y el trabajo duro pero lo peor el viaje en barco, vómitos, frío, calor y muerte. EMA4-1 (Entrevista realizada a MENA hombre del Magreb).
Sin embargo en las niñas (mayoritariamente de origen subsahariano), la sensación de miedo es percibida antes, durante y posteriormente a su traslado, es decir, en todo el proceso migratorio, y tiene relación con las violencias que se ejercen contra ellas (mayoritariamente física y sexual) más que con las condiciones del traslado o el futuro. Es cierto que habitualmente los niños cuentan con apoyo social y familiar a través de recursos afectivos y económicos. Ellos han sido elegidos por criterios tribales: son hombres, jóvenes, sanos y con mayores posibilidades de éxito, de modo que su travesía constituye un novedoso rito hacia la adultez, y además no son objeto de tantas y tan múltiples violencias como en el caso de las niñas, con opresiones expresadas en un continuum de violencias contra ellas.
Hacia la necesaria identificación de las niñas migrantes no acompañadas como víctimas del tráfico y la trata: factores que dificultan su detección
No es una cuestión baladí decir que el tráfico y trata de niñas existe en Canarias, pero lo difícil es identificarlo y organizar la protección de sus víctimas. Estos niños y niñas son prácticamente invisibles para los Estados, a pesar de que se estima que alrededor de 1,2 millones cada año en el mundo son objeto de explotación sexual (Save the Children, 2008). Una de las mayores dificultades para dimensionar el problema (mayoritariamente en las niñas) es la diversificación de la demanda y la oferta de la mercancía. Las mafias han pasado a adquirir un nivel de versatilidad tan amplio que manejan prácticas muy diversas para vulnerar los controles fronterizos; También la tardía incorporación de España a los procesos de migración transnacional (pasando de ser un país de emisión y tránsito de la migración a ser un país de destino), así como su escasa experiencia en la gestión de estos procesos ha dificultado la propia identificación del fenómeno (Informe de la Embajada de Estados Unidos en España, 2009).
Algunos menores (especialmente los niños) viajan clandestinamente en "pateras" hacia Canarias, ya sea por propia voluntad o con el apoyo de familiares, lo que no conlleva a situación de trata, pero s. de tráfico. Por ello cuando llegan al destino, pueden disfrutar de cierta autonomía con respecto a las redes, a no ser que debido a las circunstancias de exclusión sean nuevamente captados por ellas e incorporados a sus actividades ilegales. Otros menores (especialmente las niñas) aunque viajen por propia voluntad y tengan el apoyo de sus familias e incluso documentación "legal", al llegar al destino son objeto de trata con fines de explotación sexual. Por tanto las niñas y jóvenes tienen mayor riesgo de someterse a la trata y son más impermeables a los controles fronterizos, las cuales en muchos casos, interceptadas por fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, no suelen identificarlas como víctimas de trata o las propias víctimas no suelen denunciar por miedo a las consecuencias para ellas y sus familias y a la escasa confianza que les genera nuestro sistema de protección. Por otro lado, la escasez de recursos especializados de tipo técnico, material y humano y las inadecuadas intervenciones jurídico-administrativas y asistenciales dificultan su abordaje desde la perspectiva de género y los derechos humanos. También la falta de cooperación de las propias víctimas en ofrecer información genera nuevas estructuras de indefensión y vulneración de sus derechos, al invisibilizar una realidad cada vez mayor por clasificaciones erróneas o incompletas. Por otra parte en la gestación y el desarrollo de este fenómeno existen convergencias entre las distintas categor.as de menores migrantes, especialmente en las víctimas de trata y tráfico. Muchos de los/as menores inician su viaje en una categoría y acaban siendo víctimas de otra. Es el caso de los/as menores del Sahel y en especial de las niñas que pueden ser traficadas simplemente y convertirse en tratadas y forzadas a la esclavitud y servidumbre, para poder pagar el elevado precio del traslado hasta España:
Desde que sal. de mi pueblo no sólo tuve que trabajar en cocinar y limpiar, sino prostituirme para poder afrontar los gastos de los pasantes. Dejó de pasar miedo en el momento que sub. en la barca. Allí no podía sufrir más (EMA5-3, entrevista a mujer MENA del Sahel).
Se trata de un viaje costoso en cuanto a esfuerzos, tiempo e incertidumbres y en muchos casos y a pesar de la financiación de la familia, el dinero resulta insuficiente, por lo cual tienen que completarlo con otras fuentes de financiación. Es ahí donde entra el "juego" de la trata en personas que aparentemente no han sido obligadas a migrar. Muchas de las niñas y mujeres jóvenes temen denunciar la explotación que sufren por miedo a ser arrestadas o deportadas a sus países de origen, dado que la vuelta puede conllevar a ser objeto de daños irreversibles sobre ellas o sus familias mediante el ejercicio de la violencia, el vudú u otras formas de coerción psicológica o social:
S. que nunca podrá regresar a mi pueblo. Sal. siendo una niña y por rechazar lo que me estaba predestinado. Eso en mi cultura significa estar muerta. Negarme a ello e irme es una deshonra (EMA5-3 entrevista a mujer MENA del Sahel).
La aplicación inmediata de la ley del menor cuando son interceptadas y su tutela, así como el excesivo celo en la protección de sus datos, genera que la información se diluya en la generalidad de las estadísticas migratorias; así, pues, resulta complejo establecer una cifra fiable de personas traficadas y tratadas que cruzan nuestras fronteras, pierden la vida en ellas o se quedan atrapadas, así como las circunstancias en las que se producen estos traslados y el fin de los mismos:
Entré embarazada a España, como consecuencia de violaciones múltiples. Tuve un niño al que acabó queriendo. Me amenazaron con robármelo si no hacía lo que ellos querían (EMA5-4, entrevista a mujer MENA del Sahel).
A pesar de las múltiples dificultades de carácter metodológico y la oposición de algunos estudiosos, resulta difícil en el caso que nos ocupa no vincular este tipo de migraciones al tráfico y la trata de seres humanos. Así, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los/as Refugiados (2007) estimó que este tipo de migraciones se incrementó en un 145% del año 2002 al 2007, donde la mayoría de los desplazados fueron mujeres y niñas en condiciones de extrema vulnerabilidad, derivadas de la pobreza, la guerra y las persecuciones étnicas, religiosas o de género en sus países de origen. Otras organizaciones, como Save the Children (2008), denunciaron la situación de desprotección de los/as menores, afirmando que entre 40.000 y 50.000 de ellos, eran objeto de trata para la explotación sexual. También UNICEF (2005), en su campaña contra el tráfico de seres humanos, afirmó que la mayoría de las víctimas eran niñas. Las múltiples discriminaciones de que son objeto les acarrean graves riesgos de sufrir abusos, violencias y explotación sexual. Las estimaciones que se hacen sobre .frica son especialmente alarmantes: "Muchísimos niños y niñas son víctimas del tráfico en .frica del Oeste y Central, principalmente, para trabajo domástico pero También para la explotación sexual, para trabajar en tiendas o granjas, etc. Casi el 90% son niñas" (UNICEF, 2010). La invisibilización mediática y jurídica, el neoliberalismo transnacional que santifica la ley de oferta y demanda (y que en el caso de los migrantes se centra en su vulnerabilidad) son algunas razones para que se produzca, especialmente en el caso de las niñas. También la estrecha relación con los procesos de globalización, la influencia de las TIC y el incremento de la presión fronteriza en otros territorios, los diferentes estándares de vida entre continentes y la lucha por la supervivencia de los/as más vulnerables del planeta con el desarrollo de múltiples estrategias.
Conclusiones
En este artículo y partiendo del conocimiento general de las migraciones de MENA, se ha analizado desde la perspectiva de género las opresiones de las niñas africanas que migran hacia Canarias. Estas menores ofrecen importantes diferencias tanto en los proyectos migratorios, como en sus resultados, lo que constituye un nuevo perfil de migraciones de menores (principalmente del Sahel africano) con la aparición de casos cuyos proyectos migratorios son de centralidad emancipadora o de huida de las estrictas normas patriarcales, además de los habitualmente económicos.
Aunque este tipo de migraciones son minoritarias y la visión androcéntrica de la ciencia las ha obviado, presentan novedades muy relevantes que conviene analizar. Estas menores son sometidas desde el inicio de sus trayectos migratorios a condiciones de mayor dureza y violencia, fundamentalmente por el hecho de ser mujeres y trasgredir la norma patriarcal de la movilidad transmigrante. Por ello se aplicarán marcados castigos de género, cuyo fin será adoctrinarlas y desempoderarlas. Estos castigos físicos y sexuales buscarán la ejemplaridad colectiva. Las niñas con proyectos migratorios variados obtienen los mismos resultados -violencia y captación de las redes de tráfico y trata-, mediante engaño y coacción. Sin embargo, aunque niñas y niños están en condiciones de vulnerabilidad, las posibilidades de éxito de las primeras son menores debido a una mayor intensidad y frecuencia de la violencia y del control sobre su movilidad. Aunque uno de los objetivos de estos menores es el de la supervivencia mediante la obtención de medios económicos y autonomía, en las niñas opera la resignación ante un destino lleno de violencias y sumisión, como consecuencia del adoctrinamiento iniciado en origen y de los trayectos con resultados de desempoderamiento. Por ello es importante desarrollar mecanismos de detección y atención a las víctimas, más all. de su consideración de menor no acompañado, que incorporen los elementos de vulnerabilidad y violencia añadida por el hecho de ser mujeres, e intervenciones coordinadas de los diversos agentes, estrechando los niveles de cooperación con el fin de ofrecer la visualización de realidades que actualmente se tienden a naturalizar y neutralizar como si de algo ajeno y excepcional se tratara, lo que constituye uno de los errores más frecuentes de los Estados, que con sus intervenciones parciales y asistencialistas no abordan el "nudo gordiano" y contribuyen a incrementar los espacios de vulnerabilidad y desprotección social de sus víctimas.
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Notas