Recepción: 12 Mayo 2016
Aprobación: 16 Febrero 2017
Resumen: «Somos petróleo» es un experimento de práctica-como-investigación creado para indagar sobre la manera como los norteamericanos conceptualizan sus relaciones con el petróleo. Durante el performance los participantes leyeron en voz alta emulaciones del testimonio diplomático Gwich'in sobre ser pueblo caribú. En las emulaciones, el texto es el mismo salvo que se reemplaza la palabra «caribú» por «petróleo». Los Gwich'in son un pueblo indígena cuyas tierras de origen se sitúan en el noreste de Alaska y el noroeste de Canadá. Durante décadas, han impedido la explotación de gas y petróleo en los terrenos donde nacen los becerros de la manada de Caribús Puercoespín (Porcupine Caribou). El rebaño los sostiene a ellos y su identidad. Este artículo se ocupa del testimonio original Gwich'in y del performance que emula su testimonio para enactúar. las relaciones petróleo-humanos en términos de las relaciones caribú-Gwich'in. El artículo y el performance usan teorías indígenas de la ley y la figuración ecológica para provocar la reflexión sobre las relaciones del petróleo como parentesco sustantivo, estructuración del orden legal y cosmología.
Palabras clave: jurisprudencia indígena, cosmología petrolera, Gwich'in, pueblo caribú, emulación en performance, práctica de performance como investigación.
Abstract: "We are Petroleum" is a practices-as-research participatory performance experiment created to research how North Americans conceptualize their relationships with petroleum. During the performance, participants read aloud emulations of Gwich'in diplomatic testimony about being caribou people. In the emulations, the text is the same except the word "caribou" has been replaced with "petroleum." The Gwich'in are an indigenous people whose homelands are in northeastern Alaska and northwestern Canada. For decades, they have been preventing oil and gas development in the calving grounds of the Porcupine Caribou herd. The herd sustains them and their identity. This paper examines the original Gwich'in testimony and the performance emulating their testimony to cast petroleum-human relations in terms of caribou-Gwich'in relations. The paper and performance use indigenous theories of law and ecological figuration to provoke considering petroleum relations as substantive kinship, structuring legal order, and a cosmology.
Keywords: indigenous jurisprudence, petroleum cosmology, Gwich'in, caribou people, performance emulation, performance practice-as-research.
Resumo: «Somos petróleo» é um experimento de prática-como-pesquisa, criado para pesquisar a forma como os americanos conceitualizam suas relações com o petróleo. Durante a performance, os participantes leram em voz alta emulações do testemunho diplomático Gwich'in sobre ser povo Caribú. Nas emulações, o texto é o mesmo, mas se diferencia porque a palavra «caribú» é substituída por «petróleo». Os Gwich'in são um povo indígena cujas terras de origem localizam-se no nordeste de Alaska e no noroeste do Canadá. Durante décadas têm impedido a exploração de gás e petróleo nos terrenos onde nascem os bezerros da manada de caribús porco-espinhos (Porcupine Caribou). O rebanho é o sustento deles e de sua identidade. O artigo ocupa-se do testemunho original Gwich'in e da performance que emula seu testemunho para promulgar as relações petróleo-humanos em termos das relações caribú-Gwich'in. O artigo e a performance usam teorias indígenas da lei e a figuração ecológica para provocar uma reflexão sobre as relações do petróleo como parentesco substantivo, estruturação da ordem legal e cosmologia.
Palavras-chave: jurisprudência indígena, cosmologia petroleira, Gwich'in, povo caribú, emulação na performance, prática de performance como pesquisa.
«Durante miles de años nuestros ancestros, los indígenas Gwich’in Athabascan del noreste de Alaska y el noroeste de Canadá, han dependido de los caribús para su subsistencia, y hoy en día siguen subsistiendo gracias al rebaño de caribús puercoespín, que es esencial para satisfacer las necesidades nutricionales, culturales y espirituales de nuestro pueblo». (Comité de dirección Gwich’in, 2004)
«Durante casi ciento veinte años nuestros ancestros han dependido del petróleo para su subsistencia y siguen hoy en día subsistiendo del petróleo crudo de todo el planeta, que es esencial para suplir las necesidades nutricionales, culturales y espirituales de nuestro pueblo». (Emulación performance Somos petróleo. Drum, 2016).
Somos petróleo. Soy petróleo. Soy un cristal de petróleo. Somos pueblo del petróleo. Estas son frases seductoras y alarmantes. La densidad de nuestras relaciones, nuestras obligaciones con el petróleo hacen difícil diferenciar nuestras vidas y cuerpos de las causas del petróleo. Estas declaraciones se inspiran en declaraciones diplomáticas indígenas como «somos ballenas» o «somos salmón» o «somos mar» o «somos caribú», que escuchamos y nos mueven (Banerjee, 2012). Imito esta sintaxis de la identidad ontológica y la cosmología para reinterpretar las relaciones fundamentales entre algunos humanos y el petróleo.
Este artículo se basa en un performance de práctica-como-investigación llamado Somos petróleo. Las prácticas-como-investigación son métodos académicos artísticos en las que se usan prácticas creativas para hacer investigación innovadora (Riley & Hunter, 2009). Durante el performance los participantes leen en voz alta emulaciones del testimonio diplomático Gwich'in sobre ser pueblo caribú. En las emulaciones, el testimonio original se copia con excepción de la palabra «caribú», que se reemplaza con «petróleo». Este es un ensayo en el sentido antiguo de prueba, de experimentar algo, de someter a prueba una idea o un sentimiento. Es una recopilación performativa y riesgosa de estudios nativo-estadounidenses y prácticas de performance como investigación. El ensayo prueba dos performances poniéndolos uno al lado del otro, a manera de parábola. Uno es un performance retórico del discurso diplomático y la defensa política del Comité Directivo Gwich'in y su portavoz Sarah James. El segundo performance, Somos petróleo, inspirado por el primero, se concibió para escribir este ensayo. Los participantes recogen y leen en voz alta las emulaciones entre sí. La participación en el performance desencadena complejos pensamientos de reflexión y sentimientos, como los que experimento yo al estudiar el enredo del petróleo norteamericano, mientras estudio el pensamiento indígena y apoyo las jurisdicciones indígenas en la justicia ambiental. Las emulaciones copian la sintaxis de la retórica diplomática Gwich'in, y a la vez funcionan como una teoría de la figuración ecológica. ¿Pueden las imitaciones retóricas de esta sintaxis y la teoría desestabilizar el sentipensamiento contemporáneo implicado en el enredo del petróleo? Imitar la retórica del Comité Directivo Gwich’in no para cuestionar la cosmología Gwich’in o la conciencia ecológica o la relación de las performances con los no humanos, sino más bien para aprender sobre mi cosmología del petróleo, la conciencia ecológica y las relaciones que me conforman.
«Nos consideramos pueblo caribú», decía Sarah James, líder del pueblo. «Nos identificamos con el rebaño. Lo hemos usado por miles de años para elaborar herramientas, vestido, techo, alimento, y seguimos usándolo». (Lee, 1991)
«Nos consideramos pueblo petróleo. Nos identificamos con el flujo de petróleo. Lo hemos usado por más de cien años para tener herramientas, vestido, techo, alimento, y seguimos usándolo». ~Emulación performance Somos Petróleo (drum, 2016)
Los Gwich’in son una comunidad indígena diseminada entre quince poblados en el noreste de Alaska y el noroeste de Canadá (Comité Directivo Gwich’in, 2005). En 1988, la gente Gwich'in se congregó para discutir los efectos de la ampliación de las exploraciones y la explotación de gas y petróleo propuestas en su territorio tradicional, también conocido como Refugio Nacional de la Vida Silvestre de Alaska (Banerjee, 2012; Bass, 2004; Comité Directivo Gwich’in, 2004; Miller, 2001). Los ancianos asumieron la dirección del encuentro y fijaron la agenda según las prácticas tradicionales. El Comité Directivo Gwich'in se conformó y lanzaron una campaña de comunicación para evitar explotaciones de gas y petróleo en «el lugar sagrado del que proviene la vida» (una posible traducción para el territorio de cría del rebaño de Caribús Puercoespín - Porcupine Caribou-).
Sarah James fue comisionada por los ancianos para transmitir la denuncia colectiva de la explotación de gas y petróleo de buena manera, para educar al mundo sobre el estilo de vida Gwich'in (Banerjee, 2012; O’Malley, 2015). Desde entonces, James ha comunicado su mensaje a los comités del congreso, periodistas y audiencias en diferentes auditorios. Sus testimonios circulan en noticias, transcripciones, libros, trabajos académicos y blogs. El argumento central es: no exploten la región Gwich'in para la exploración petrolera, porque la explotación desestabilizará y degradará a los caribús puercoespín. El pueblo Gwich'in es un pueblo caribú. Su sustento material, su identidad cultural y su vida espiritual dependen del caribú. Dañar el caribú constituye una violación tanto de los derechos indígenas Gwich'in y de los derechos humanos; los derechos humanos al alimento, a la identidad y a la religión (Comité Directivo Gwich’in, 2005). El rebaño se llama puercoespín porque en algunos periodos el humo de las hogueras Gwich'in se elevó con tal densidad en toda la planicie que parecía el lomo de un puercoespín.
Creé Somos petróleo para sentipensar por medio de las relaciones del petróleo. Se concibió para pensar por medio de enacciones de la conciencia ecológica del petróleo. Las prácticas como investigación en estudios de performance son técnicas de producción de performances como método de investigación empírica. En mis performances investigativos, introduzco a la audiencia, espectadores o participantes a mis preguntas de investigación y mis impases. Con Somos Petróleo facilito una interacción que desencadena en los participantes un vínculo con mis experiencias en la investigación de enacciones y encantamientos del petróleo junto a los estudios indígenas. Estoy generando y cultivando un modo de atención sobre el petróleo que se fije en la omnipresencia del petróleo y considere su importancia ontológica para la vida, el sentimiento y el pensamiento en Norteamérica. Un modo de atención que se activa al escuchar las declaraciones diplomáticas indígenas sobre la importancia ontológica de las relaciones fundamentales con parientes no humanos. Cuando concebí el performance inicialmente en 2015, investigaba la refinería BP de Cherry Point, una refinería petrolera construida para refinar el crudo de Alaska; los mismos campos petroleros cuya expansión amenaza los terrenos de cría del caribú.
El performance se centra en emulaciones breves de fragmentos del testimonio de la diplomática Gwich’in Sarah James ante el congreso y panfletos y declaraciones oficiales de postura preparadas por el Comité Directivo Gwich’in. Las emulaciones se generaron simplemente reemplazando «caribú» por «petróleo» y ajustando algunos de los detalles para que coincidieran con el relato de creación. Al apropiarme de la sintaxis, y los sentimientos de «somos pueblo caribú» y de su teoría de la ecología, grito, evoco «somos pueblo del petróleo». Al escuchar a Sarah James, pensé que el petróleo es para los norteamericanos lo que el caribú es a los Gwich’in. El performance escenifica una traducción en perspectiva entre ser pueblo caribú y ser pueblo del petróleo. Las relaciones petróleo-humanos podrían acercar un entendimiento de las relaciones caribús-humanos. Traducir la humanidad caribú en términos de la humanidad petróleo con la esperanza de transformar la manera como los humanos petróleo se conciben a sí mismos. La palabra en inglés para «caribú» es «petróleo».
Imprimí las emulaciones en tarjetas laminadas para que los participantes de la audiencia se leyeran en voz alta unos a otros. Los participantes se sientan sobre mantas y cojines en grupos pequeños de tres a ocho personas. Detrás de ellos hay una gran pancarta en tela con letras cosidas que dicen «somos petróleo». La hoja de respaldo de la pancarta es blanca con venas y salpicaduras al azar, una densidad mediana de garabatos o hilillos retorcidos de negro que se asemejan a chorros de petróleo o estilizadas cornamentas de caribú. Los participantes se sientan en sillas o en la variedad de cojines desparramados algo chillones en tonos naranja y amarillo rojizo opaco de flores, rayas o con motivos de cachemir. Se sientan o son rodeados por coloridas mantas de poliéster polar con fotografías impresas digitalmente de la refinería de Cherry Point de BP e imágenes de señales de alerta sobre oleoductos.
Los participantes, en grupos pequeños, se sientan en los cómodos cojines y mantas y se leen en voz alta las nueve emulaciones del petróleo entre ellos. Luego de unos veinte minutos, han leído varias veces todas las emulaciones y por lo general comienzan a discutir respondiendo a las emulaciones. En ocasiones se sumen en una sombría cavilación silenciosa. Los dejo hablar por un rato (según el performance). Finalmente, invito a los grupos a reunirse de nuevo. Leemos las frases originales Gwich’in alternando con sus emulaciones respectivas. Después de haberlas leído una o dos veces, el grupo tiene una gran discusión. Muchas veces la discusión va cobrando impulso y por lo general se interrumpe para abreviar. Muchos participantes me han dicho que siguieron la conversación los días siguientes.
Los performances son poco espectaculares de manera intencional. La actividad sutil reacciona contra los modos espectaculares del arte sobre el petróleo, en tropos dramáticos de esculturas que se derriten y aves saturadas de petróleo. Somos petróleo activa el abatimiento cotidiano del performance del petróleo. Las decoraciones del performance son kitsch. Los cojines, las mantas de poliéster polar y en especial la pancarta acolchada buscan apuntar a la estética de «sostenibilidad» de Pacific Northwest. El primer performance fue una fría puesta en escena callejera en una exhibición pública de arte en un paseo de Bellingham, Washington. Más adelante, se ha representado en aulas de clase y centros artísticos comunitarios, terrazas, prados y claros de granjas. En muchos aspectos, los grupos de número más reducido parecieron alcanzar mayor intensidad, con llantos, manifestaciones de ira y aturdimiento en los participantes.
«Y esto es lo que es para nosotros el caribú. Somos pueblo caribú y sobrevivimos hasta ahora por el caribú y somos quienes somos por el caribú. Y danzamos la danza del caribú y tenemos historias de caribús y es nuestros vestidos, es nuestro alimento. 75% de nuestro alimento es carne de animales silvestres, la mayoría de caribú». (Sarah James, 2000)
«Y esto es lo que es para nosotros el petróleo. Somos pueblo petróleo y sobrevivimos hasta ahora por el petróleo y somos quienes somos por el petróleo. Y danzamos la danza del petróleo y tenemos historias de petróleo y es nuestros vestidos, produce nuestro alimento. Todo nuestro alimento se cultiva y transporta con derivados del petróleo». ~Emulación performance Somos Petróleo (Drum, 2016)
En 1995 y nuevamente en 2011, Sarah James viajó a Washington, D.C. para rendir testimonio ante los subcomités del congreso sobre el tema de la ampliación de las concesiones de perforación petrolera y de gas en el Refugio Nacional de la Vida Silvestre en Alaska. Sarah James actúa como enviada diplomática del pueblo Gwich’in con la guía de sus Ancianos. El mensaje fue cuidadosamente redactado y consistente. James califica su nombramiento de vitalicio. (O’Malley, 2015) En su declaración, James describe la importancia del caribú y de su lugar de cría, sus terrenos de cría para los Gwich'in. Se lo llama Iizhik Gwats'an Gwandaii Goodlit —lugar sagrado donde comienza la vida. James declara que los caribús son esenciales para los Gwich'in; los Gwich'in son pueblo caribú. Muchas veces ella comienza rindiendo el testimonio que representa el Comité Directivo de los Gwich'in en lengua Gwich'in y luego habla en inglés. El testimonio de James debe considerarse como testimonio nacional en el marco jurídico de los Estados Unidos, y la diplomacia internacional entre mundos diferentes. La intervención política Gwich'in es a la vez nacional e internacional. Los Gwich'in son ciudadanos y sujetos de Estados Unidos o Canadá. Algunos Gwich'in tienen estatus legal como pueblo de las Primeras Naciones canadienses. Otros Gwich'in se consideran nativos de Alaska. Pero según el Comité Directivo, los Gwich'in se consideran una nación agrupada por la lengua y el caribú ( Sarah James: Indigenous Peoples and Climate Change, 2009). Las asambleas de pueblos Gwich'in en la década de 1980 que inauguró el Comité Directivo Gwich'in es una antigua tradición de congregación de la nación caribú. La intervención política es a la vez apoyo constituyente nacional y diplomacia entre naciones, entre mundos. Muchos estadounidenses, congresistas incluidos, son renuentes a darle a la situación un carácter internacional.
En 1995 y 2011, James menciona la dificultad de traducir conceptos entre la lengua Gwich'in y el inglés. Ella hace notar la intraducibilidad al inglés de conceptos Gwich'in, como el lugar de nacimiento sagrado, y la dificultad de traducir los procedimientos del congreso de Estados Unidos al Gwich'in para los ancianos en casa. En un discurso dado en 2009 en una conferencia, nuevamente sobre las dificultades de traducir entre el Gwich'in y el inglés, James comenta, «Hay un problema, porque el inglés es mi segunda lengua. En Gwich'in, pienso en Gwich'in, y trato de expresarlo en inglés y a veces es difícil» ( Sarah James: Indigenous Peoples and Climate Change, 2009). Pasa a describir las dificultades que enfrentan los jóvenes Gwich'in que crecen en dos mundos; en el mundo inglés colonial de Estados Unidos y en el mundo tradicional Gwich'in. Es difícil traducir entre dos cosmovisiones distintas o entre dos modos de conciencia ecológica.
En Somos Petróleo al leer en voz alta las declaraciones de los seres caribú como seres petróleo, los participantes se dejan atrapar conscientemente en la ocurrencia del encuentro entre mundos. Experimentan la inexactitud y el engaño de la diplomacia y la traducción. Diplomáticos y traductores deben siempre sacrificar algo de fidelidad a la nación y a la lengua para poder negociar con el otro mundo o la otra lengua.
Leanne Simpson describe que en la diplomacia Nishnaabeg y en la formación de tratados encuentros entre ranas y otros grupos humanos requiere la misma atenta consideración. Los humanos con cosmologías distintas pueden ser tan diferentes como humanos y otras especies. Diferentes modos de producción ponen en escena diferentes ontologías de lugar, tiempo, lo sacro y las relaciones que importan para componer identidades colectivas (Coulthard, 2014; Kulchyski, 2012). Diferentes supuestos sobre lo que es, cómo, quién es cómo, están insertos en la lengua, además de otras prácticas entre las que se cuentan el arte y la narración. Escuchar y traducir es involucrarse en la política ontológica, la política entre mundos, y quizás abrirse a un posible exceso ontológico (De la Cadena, 2015).
Petróleo es una palabra empleada para traducir ‘caribú’. Esta traducción mediante la emulación sintáctica lleva la teoría posible de las relaciones caribú-humano a las relaciones petróleo-humano. Reformula el sentipensamiento sobre el petróleo como congénere sagrado en cosubstanciación, en lugar de sustancia profana subyugada. La traducción es el trabajo de permitir que la lengua de llegada se abra a nuevas provocaciones conceptuales (Benjamin, 1968).
La teórica crítica indígena Jodi Byrd identifica, nombra y critica la tendencia a que capturas figurativas de los pueblos indígenas se conviertan en nuevas medidas para el colonialismo y el humanismo universal. Por ejemplo, las prácticas de gobierno asociadas a los decretos jurídicos indígenas en el noroeste pacífico de Norteamérica traducidos por la etnología y la antropología del ritual del potlatch se han convertido en teorías globales y universales del dar, el intercambio y la propiedad. La captura de figuras conceptuales indígenas como dispositivos de medición repite el modo original en el contacto entre el colonialismo y los pueblos y tierras indígenas: el robo. El robo es la expropiación a los pueblos de sus tierras, conocimientos, prácticas, vidas y relaciones sagradas con parientes no humanos.
El performance «Somos petróleo» señala el robo cuando llama las citas originales emuladas «fragmentos» y describe el proceso de selección como «caza furtiva». Rememora el patrón de robo o inspección (cercado) en la acción del performance y en la extracción del petróleo crudo para crear seres humanos del petróleo.
La captura se presenta como problemática en relación tanto a la traducción como a las prácticas estatales de reconocimiento, que incluyen también las formas de producción de conocimiento. La política diplomática requiere un discurso que sea lo bastante comprensible para hacer una diferencia, para impulsar el ejercicio real de la política. Podría usarse cualquier ventaja. Debe haber la tendencia a reducir la complejidad y la diferencia, aun incluso en el proceso de traducir del Gwich'in al inglés, sin hablar de la traducción de la jurisprudencia Gwich'in a un testimonio ante el congreso de Estados Unidos. Entonces, puede considerarse las declaraciones retóricas «somos caribú» como reducciones efectivas de la cosmología que terminan sacando partido de los estereotipos y tropos activos en la cultura euro-estadounidense sobre los indígenas estadounidenses. La retórica apela a una versión sentimental de «eres lo que comes». La eficacia tensa de un llamamiento ético reforzado por la posible simpatía movilizada por la historia estereotipada, el tropo, del nativo ecológico, una actualización moderna del salvaje noble. Los indígenas están más cerca de la naturaleza y los sistemas naturales, más sintonizados ecológicamente; el llamado tropo del salvaje ecológico (Hames, 2007; Smithers, 2015; TallBear, 2000). Según este tropo, los indígenas se ven amenazados tal como lo está la naturaleza. Esto podría explotar el manantial de melancolía liberal. Al describir la explotación de gas y petróleo como una posible situación apremiante de genocidio, la retórica evoca la culpa, pero también un nostálgico lamento por la desaparición de formas de vida ecológica indígenas únicas. Estas versiones de nostalgia imperialista del colono moderno (Rosaldo, 1989) se lamentan por lo que, al parecer, está siendo destruido de manera inevitable por los colonos, o debería decir, nosotros los consumidores y prosumidores. Somos Petróleo invoca de manera sutil experiencias de imposiciones coloniales de tropos indígenas cuando los participantes se desidentifican con las emulaciones orales sobre la celebración de danzas, canciones y espiritualidad del petróleo.
La retórica Gwich'in ofrece una defensa política positiva que a la vez expresa el arrepentimiento de la sociedad industrial. Al evitar la explotación de la Reserva de Vida silvestre Nacional de Alaska, usted puede salvar estas personas. El tropo de la desaparición de los indígenas añade poder afectivo al argumento sobre los derechos humanos. El indígena ecológico y el tropo de su ancestro, el noble salvaje, pueden atraer los deseos del ambientalista romántico y de los humanistas/humanitarios compasivos.
Los Gwich’in solicitan el apoyo tanto de la ciencia comprensiva como del discurso internacional sobre derechos humanos para producir una amenaza preventiva estableciendo múltiples ángulos de culpabilidad. Sin hablar del sentimiento romántico muy recurrente entre indígenas, colonos y no indígenas por igual que apela a un futuro reproductivo: «hacerlo por mis nietos». En los esfuerzos por hacer política no puede existir oposición entre la diplomacia cosmológica y la movilización de tropos coloniales. No es cuestión de controlar una serie de interpretaciones, sino de cómo tocan e interactúan con otros para obtener resultados instrumentales, para proteger las áreas de cría del caribú. Quizás habilitándose, quizás limitándose, la cosmología y los tropos coloniales convergen y se confunden. Esa convergencia también vuelve el discurso político Gwich’in más reconocible y a la vez más digerible. Ese reconocimiento está lleno de asimilación y violencia (Povinelli, 2002; A. Simpson, 2014). En Norteamérica, las formas culturales y políticas de reconocimiento multicultural tienden a operar a través de formas articuladas al despojo de las comunidades indígenas de sus derechos y de su tierra, en especial con el objeto de permitir la extracción de recursos (Coulthard, 2014). El encuentro político corre el riesgo de reducir el conocimiento Gwich'in a sólo lo que pueda traducirse fácilmente en términos legibles para la administración soberana.
La simulación, o copia, en la nueva representación del estereotipo del indígena ecológico, toma los tropos convenientes y apela a un mito de autenticidad indígena para lograr un objetivo y comunicar una inquietud política y económica (Raibmon, 2005). Este tipo de despliegue táctico de tropos coloniales lo usan con mucha frecuencia los pueblos nativos en estados colonizadores. Como se señaló anteriormente, es difícil traducir del Gwich’in al inglés. Los tropos coloniales y conceptos estereotipados ayudan a llenar los vacíos y atenuar las dificultades de la diplomacia.
El llamado a respetar sus derechos como humanos caribú se suma al debate sobre si o dónde realizar la extracción de gas y petróleo en el Refugio Nacional de la Vida Silvestre en Alaska. ¿El caribú puercoespín y el pueblo Gwich’in son externalidades prescindibles? El impacto de la diplomacia Gwich’in se torna en cuestión técnica; ¿cuánta explotación de gas y petróleo afectaría a los caribús, y, por ende, a los Gwich'in?
Aunque el debate central gira en torno a la validación científica de los efectos en el caribú, sigo intrigado por la sintaxis del enunciado «somos caribú». ¿Cuál es la diferencia entre «una gran dependencia del caribú» y «ser caribú»? Quiero suprimir este exceso, oscilar en la diferencia entre ser sostenido por el caribú y ser caribú para considerar la excesividad del ser pueblo caribú. «No creo que haya alguna palabra en inglés capaz de expresar la importancia, arrolladora, de la protección de este rebaño» (Sherry & Vuntut Gwitchin First Nation, 1999). Piénsese que podría ser el caribú hablando. El caribú, en apariencia mudo, interviene en política por medio de su instrumento de comunicación Gwich'in. De hecho, el caribú produce una articulación política, al ser capaz de comunicarse, a pesar de los estereotipos sociales divergentes sobre quién o qué puede hablar de manera inteligible. Aférrese a las posibilidades ondulantes y céntrese en la teoría ecológica aparentemente improbable. Una teoría del pueblo caribú cuestiona las concepciones normalizadas en Estados Unidos de lo que es una persona y, en general, de la evolución.
«Los Gwich’in dependemos del rebaño del caribú puercoespín para satisfacer nuestras necesidades fundamentales físicas, culturales, sociales, económicas y espirituales. El caribú ha suplido nuestras necesidades de vestido, herramientas, armas, techo, medicinas y nutrición. La nación Gwich’in está conformada por 8.000 personas aproximadamente, quienes viven en quince comunidades aisladas. La dependencia del uso tradicional y consuetudinario (ahora denominado “subsistencia”) del rebaño de caribús puercoespín es cuestión de supervivencia. Más allá de la importancia de nuestras necesidades básicas, el caribú es también central para nuestra espiritualidad tradicional. Nuestros cantos y danzas relatan la relación que tenemos con el caribú. El caribú hace parte de nosotros.
En nuestro mito de creación, se ha dicho que los Gwich’in se originaron del caribú cuando hubo una separación de humanos y animales. Se nos ha dicho que hubo un pacto entre el caribú y los Gwich’in. Desde esa época… “el Gwich’in conservaría una parte del corazón del caribú y el caribú conservaría una parte del corazón del gwich’in…”. Lo que le acontece al caribú le acontece al Gwich’in. Tenemos la obligación con nuestras generaciones futuras de mantener la integridad de nuestras creencias espirituales, así como de nuestra forma de vida ancestral que se ha transmitido de generación en generación». (Comité Directivo Gwich’in, 2004)
Los caribús-humanos, los Gwich'in, por medio de su discurso y su defensa diplomáticos intentan ejercer jurisdicción legal sobre las relaciones humano-caribú y sobre las relaciones humano-petróleo del Refugio Nacional de la Vida Silvestre en Alaska. La teórica del derecho indígena Christine F. Black describe la jurisprudencia indígena en tres órdenes concéntricos, la cosmología, la ley de las relaciones y el derecho y las responsabilidades de la gente en su orden legal específico. Para Black cada pueblo distinto con cosmologías distintas tiene su propia jurisprudencia. Las leyes de las relaciones son patrones específicos nutricios de relaciones dinámicas entre la tierra y los pueblos sentipensantes no humanos y humanos. Black redefine la jurisprudencia para dar vida tanto a la definición actual, una teoría o filosofía del derecho, y una noción... juris más antigua proto-indo-europea —una fórmula sagrada de hacer ritualmente pura (y que por ello engendra la buena salud); prudencia —la sabiduría de ver lo que es virtuoso” (2010, p. 13).
El estudioso de las leyes Val Napoleon usa «el orden legal» para diferenciar las formas legales de los pueblos indígenas descentralizados sin aparatos de estado de «sistemas legales» de los Estados-nación. La ley es la manera como se gobiernan grupos de personas. Los derechos y responsabilidades requeridos para implementar y mantener relaciones sustentadoras dentro de una cosmovisión particular. La ley es lo que la gente hace para producir una comunidad sanamente sabia. Napoleon señala que los órdenes legales son específicos de la cultura. Leanne Simpson describe el comportamiento legal de los Nishnaabeg como sujeto a pactos ceremoniales entre naciones tanto humanas como más que humanas. Simpson describe los tratados como procedimientos legales para colaborar entre pueblos humanos o no humanos a través de diferencias culturales prácticas y quizás ontológicas.
Christine. F. Black describe cómo persisten los órdenes legales indígenas a pesar de las presiones de la asimilación colonial y el genocidio, y hallan expresión a través de relatos, arte, narrativas y prácticas. El académico anishinaabe Gerald Vizenor denomina supervivencia a esta persistencia de prácticas e identificaciones como nación indígena particular. Napoleon y otros estudiosos de leyes indígenas trabajan para articular los órdenes legales indígenas con el objeto de atender los resurgimientos de la forma de gobierno tradicional que surgen de generaciones de supervivencia. Algunos ejemplos de pensamiento legal indígena que practican la supervivencia mediante diferentes géneros, incluyen: Selu, de Awiakta, que estudia la ley Cherokee de relación con la Madre Maíz; Braiding Sweetgrass, de Robin Kimmerer, que halla formas de expresar el pensamiento legal Potowatami por medio de la ciencia ecológica; y Tending the Wild, de Kat Anderson, que documenta las relaciones adecuadas entre los pueblos indígenas de California y los entornos que los sostienen. En su libro final, The World We Used to Live In (El mundo que habitábamos), el preeminente filósofo Sioux, Vine Deloria Jr. (2006) presenta un archivo de relatos de medicina nativa estadounidense que desafían el sentido común occidental. Él da a entender que diferentes órdenes legales indígenas pueden manifestar la física en forma diferente.
La relación legal más importante para los Gwich'in es su relación con el caribú puercoespín. En su cosmología, su mito de creación, ellos proceden de la misma fuente que los caribús. Su ley de relación es el sabio mantenimiento de la salud colectiva por medio de las relaciones caribú-humano. Cuidar de los parientes caribú es una responsabilidad legal. Cualquier amenaza a la continuidad del caribú a punto de nacer se encuentra reglamentada en la jurisdicción Gwich'in.
«Los estadounidenses dependemos del complejo petrolero para satisfacer nuestras necesidades esenciales físicas, culturales, sociales, económicas y espirituales. El petróleo ha provisto nuestras necesidades de vestido, herramientas, armas, techo, medicinas y alimento. Estados Unidos está conformado por 300 millones de personas que viven en muchos tipos de comunidades. La dependencia del uso tradicional y consuetudinario del petróleo es cuestión de supervivencia. Más allá de la importancia de nuestras necesidades básicas, el petróleo también es central en nuestra espiritualidad tradicional. Nuestros cantos y danzas hablan de la relación que tenemos con el petróleo. El petróleo hace parte de nosotros.
En nuestro mito de creación, el big bang, se ha dicho que el universo comenzó con una explosión, una combustión. Se nos ha dicho que hay un pacto entre el petróleo y los estadounidenses. “Los estadounidenses conservarían parte del corazón del petróleo y el petróleo conservaría una parte del corazón del estadounidense”.
Lo que acontece al petróleo les acontece a los estadounidenses. Tenemos una obligación con nuestra generación futura de mantener la integridad de nuestras creencias espirituales, así como nuestra forma de vida ancestral que ha pasado de generación en generación». ~ Emulación performance Somos Petróleo (Drum, 2016)
Las emulaciones de Somos petróleo ponen en boca de los participantes la gramática de las relaciones Gwich'in caribú como relaciones con el petróleo. Hablar de las traducciones del orden legal Gwich'in provoca especulaciones sobre el orden del petróleo. En las discusiones del performance algunos participantes reflexionan cómo las cosas y sentimientos buenos con los que cuentan proceden del petróleo. El performance los obliga a considerar cómo ordenan la vida las relaciones con el petróleo. Pensar con la jurisprudencia indígena indica que las relaciones con el petróleo producen a la vez un orden legal de prácticas que rodea, apoya y agrupa en manada el sistema legal de Estados Unidos. Algunos participantes sienten enojo y tristeza, cuando sus pensamientos y sentimientos dan vueltas entre su simpatía por la posible situación apremiante del pueblo caribú y su autorreconocimiento provisional como pueblo petróleo.
«Somos una nación de gente una, un caribú, este Caribú Puercoespín todos estamos emparentados todos hablamos Gwich'in y eso es lo que somos somos pueblo caribú El caribú es nuestra vida, son nuestras herramientas… es nuestro vestido, es nuestro alimento… y nuestro techo... Así todo, caribú, hacemos danza caribú, hacemos canción caribú, hacemos relato caribú El caribú lo es todo para nosotros, lo que nos hace ser quienes somos». (Sarah James: Indigenous Peoples and Climate Change, 2009)
Sarah James da un impulso a su llamado diplomático con la cosmología Gwich'in del ser caribú. «Somos pueblo caribú» no es solo una reivindicación ética de derechos indígenas y humanos, sino también una comunicación simplificada proveniente de toda una cosmología, y, además, una teoría alterna de ecología humana. En síntesis, una teoría ecológica, de composición e identidad humana, simplificada con el propósito de establecer una comunicación diplomática transcultural. Esta teoría de la ecología humana niega una separación ontológica entre la gente y sus colaboradores caribú. Lo admito, mi selección de citas para emular acentúa el «ser caribú». Presento los pasajes repetitivos que marcan el ser caribú de los Gwich’in con el fin de acercar y acentuar llevando al pensamiento y la palabra, la inferencia, la apropiación, que me llevaron a aventurar, «el ser petróleo».
La carga afectiva de la retórica de ser caribú me conmovió. Hay una urgencia en cerrar las brechas causales que se asumen normalmente entre las personas, su subsistencia y su ser. Según esta lógica, los Gwich'in son caribú, y no solamente causados (simbólicamente) por el caribú. El uso continuado de «somos pueblo caribú» en sus discursos y publicaciones indica que la frase es a la vez efectiva para su causa política e importante para expresar su verdad sobre el ser.
«Somos caribú» expresa las relaciones metafísicas y ecológicas de la gente caribú que están interpenetrando coarticulaciones en lugar de codependencias. Los Gwich’in no solo dependen del caribú, son caribú. La sintaxis que une al caribú y al Gwich’in solo con el verbo «ser» es distinta de las nociones de sentido común que mantienen la separación conceptual entre los humanos y su alimento. Una separación conceptual practicada normalmente mediante frases preposicionales y pensamiento infraestructural. Éste naturaliza las sensibilidades de sistemas subordinados, sistemas subordinados que existen y se consideran importantes, pero no esenciales en términos ontológicos para la composición de la personalidad. Preposiciones como «con», «de» y «para» realizan distribuciones conceptuales de que instauran límites espaciales, temporales o agentivos. Límites que separan a las personas de aquello de lo que dependen, y de las relaciones que las componen. Sarah James usa en ocasiones descripciones preposicionales de relaciones Gwich'in-caribú como «depender de», «hecho de». Pero a lo largo de casi treinta años de trabajo diplomático, James y otros portavoces Gwich'in siguen hablando de «hacer caribú» y «ser caribú». Mantienen su teoría caribú de la ecología y la identidad. No hay humanidad Gwich'in sin caribú. Los Gwich’in están luchando; no, mejor dicho, se están expresando desde sus vidas. Su mundo, su cosmos está enactuado a partir de la hermandad con el caribú, o más bien, por el hacer y el ser caribú.
La migración y cría del caribú traza los ciclos del tiempo. Los movimientos y el territorio del rebaño, y su coreografía de los cazadores, delinean el lugar y la jurisdicción legal de los Gwich’in. Las herramientas y materiales de construcción del caribú componen los lugares donde habitan los Gwich’in. Los Gwich’in que tienen herramientas de caribú, que hacen artículos de caribú, que cazan al caribú, que llevan al caribú, y trabajan con pieles, formas, manos y cuerpos, habilidades y memorias. La adquisición de motonieves y rifles, balas y gasolina, es principalmente para la caza del caribú. El uso de la tecnología industrial entre los Gwich’in sigue densamente interrelacionada con el caribú. Los espacios, domésticos y en el campo, están llenos de aromas y sonidos de caribú, o su ausencia re-marcada. El testimonio Gwich'in intenta traducir y transponer un repertorio de prácticas corporales vivientes en palabras de archivo con fines políticos. Las prácticas y experiencias que enactúan los espacio-tiempos, y refuerzan la verdad ontológica de estos espacio-temporalidades de una generación a otra están integradas al caribú. Comer, cazar, viajar, vestirse, dormir, cantar, danzar y hablar es ser caribú. Caribú es el verbo ser. Para los Gwich’in, su pueblo y el caribú han coevolucionado. Sus orígenes son los mismos. La historiografía Gwich’in comienza con el caribú. Su mito de creación describe un ancestro común del pueblo y del caribú, y su correlación anatómica que permanece. «Los Gwich’in conservaban parte del corazón del caribú y el caribú conservaba parte del corazón de los Gwich’in…» (Comité Directivo Gwich’in, 2004). La común anatomía de diversas partes del cuerpo desarrolla un sistema de relaciones en unidad ecológica. El pueblo y el caribú han devenido juntos y, a la vez, permanecen críticamente separados entre sí. Izhik gwats’an gwandaii goodlit, «el lugar sagrado donde se da comienzo a toda la vida». Toda la vida comienza donde crían los caribús. Para los Gwich’in los principios primigenios y las causas de la existencia, la metafísica, son los nacimientos de los caribús.
«Somos una nación de gente una, un petróleo, este complejo petrolero todos estamos emparentados todos hablamos inglés y eso es lo que somos somos pueblo de petróleo El petróleo es nuestra vida, es nuestras herramientas, es nuestro vestido, es nuestro alimento y nuestro techo. Así todo, petróleo, hacemos la danza del petróleo, hacemos la canción del petróleo, hacemos el relato del petróleo, el petróleo lo es todo para nosotros, lo que nos hace ser quienes somos». ~ Emulación performance Somos Petróleo (Drum, 2016)
La ecología del petróleo, el enredo de relaciones del petróleo, por lo general, se entiende y se expresa como infraestructura subordinada. Como una cuestión de control y dominio. La sintaxis de las preposiciones al hablar o escribir sobre el petróleo anota, enactuando, ambas posiciones y límites relativos en términos de espacio, tiempo y agencia, y refuerza un cortafuegos conceptual entre la personalidad y el petróleo. «Somos petróleo» suspende temporalmente la separación emocional, que hacen los participantes, de su personalidad, su humanidad ante el complejo del petróleo. El complejo del petróleo describe una combinación de seres humanos, prácticas, instituciones, dispositivos técnicos y petróleo atrapados en una configuración dinámica. En Norteamérica, el carácter compuesto y distribuido de las acciones capacitadas por el petróleo dificulta separar a los humanos y sus instituciones de las tecnologías petroleras. Yo soy un complejo petrolero. Tengo un complejo petrolero, que apunta a la personalidad del petróleo, la cosmología del petróleo y la conciencia ecológica del petróleo.
La supresión de las preposiciones del petróleo para producir una sintaxis que imite las afirmaciones cosmológicas de los Gwich’in-caribú, experimenta con las relaciones del petróleo expresándolas integralmente. Reconociendo por medio del palabrear que nos encontramos en múltiples colaboraciones con el petróleo.
Usualmente, no envolvemos con nuestro sentipensamiento la forma como estas colaboraciones configuran y atan nuestro mundo, y, a la vez, a la conciencia ecológica actual. El artista y pensador Brett Bloom describe este entrelazamiento como subjetividad del petróleo. La subjetividad formada por capas de subsistencia y producción del petróleo; subjetividad situada y en constante generación de creencias, sabores, hábitos de clase y formas de expresión del género.
El petróleo proporciona principalmente combustibles líquidos para mover cuerpos y bienes materiales (Bridge y Le Billon, 2013). El transporte basado en el petróleo impulsó las ganancias y el crecimiento de los siglos XX y XXI (Cowen, 2014). Los combustibles y automóviles baratos a base de petróleo conspiraron para crear los suburbios. En estos días, la mayoría de zonas «rurales» de Norteamérica, por medio del petróleo se han convertido en suburbios enrarecidos. Las vías modelan los paisajes y distribuyen las explotaciones de recursos. Las ciudades se construyen y configuran alrededor de los automóviles. ¿Cuánta área de su pueblo o ciudad se destina a movilización y estacionamiento? El petróleo mueve los tractores, las cosechadoras, sembradoras y aplicadores de pesticidas que cultivan nuestro alimento. Los pesticidas y fertilizantes derivados del petróleo y el gas natural alimentan nuestros cultivos. Camiones, trenes y barcos transportan los productos agrícolas hasta procesadoras de alimentos y tiendas de víveres. Materiales derivados del petróleo se transportan entre las plantas de producción para fabricar las cosas que llenan y constituyen nuestros hogares.
Nuestras expectativas de atención médica, salud, son una compilación de acciones del petróleo, desde el parpadeo de las luces de las ambulancias a toda velocidad, hasta los tubos plásticos, los guantes desechables y la síntesis de medicamentos. ¿Cómo podemos comprender el hecho de que aspectos como la movilidad, el hogar y la salud estén afirmados sobre una base de relaciones de flujos de petróleo? Nuestras percepciones sobre seguridad, confort y buen-vivir se derivan de las repetidas colaboraciones con el petróleo. Colaboradores del petróleo. El imaginario de la prosperidad económica en Estados Unidos está entrelazado con el petróleo y configura la democracia y la política internacional (Huber, 2009; Mitchell, 2013; Watts, 2006).
En Estados Unidos, no se permite a los nuevos padres sacar a su bebé del hospital sin una silla de bebé para autos. Considere las relaciones del petróleo insertas en el sexo, que se supone que se da solo entre personas. Autos, camas, edificios, cobijas, almohadas, sábanas, sin mencionar el látex, los juguetes y condones son todos relaciones con el petróleo. ¿Cuándo siento placer se trata de la sexualidad petróleo? El placer y la felicidad, los detalles íntimos del ser, los sentimientos, el mundo, el sustento vienen del petróleo. Las emulaciones sobre el petróleo del discurso del caribú en los Gwich'in son una riesgosa intervención performática que impacta ligeramente, usando la sustitución para estimular pensamientos y sentimientos extraños sobre la composición cotidiana en la ecología del petróleo. «Arriesgar» significa a la vez aventurarse a hablar y poner algo en riesgo de perderse (hazard, v., n.d.). En el ensamblaje de las composiciones del petróleo y el cambio climático, el pensamiento creativo demanda formular adivinanzas, apostar, arriesgar, ir a la deriva, equivocarse.
Este artículo arriesga por medio de paralelos, una parábola, buscando la alegoría y arriesgando la parodia. La parábola de la cosmología Gwich'in amenaza ser una lección didáctica para las gentes del petróleo. Y la copia cruda de los Gwich'in podría descartarse como una parodia trivial. Sin embargo, espero la alegoría. Espero que la alegoría convierta el intervalo entre los paralelos de los seres caribú y petróleo en reverberaciones densas de confusión, frustración, pena y diversión. Los paralelos entre el caribú y el petróleo, la diplomacia y el performance, el ser y la capacitación infraestructural, la cosmología ecológica y los tropos racializantes invitan a los lectores a realizar sus propias comparaciones dinámicas. Espero que este ensayo provoque desacuerdos, reservas y comparaciones contrarias. Por ejemplo, existen diferencias numerosas, posiblemente, tal vez, innumerables, profundas e importantes entre el sustento del petróleo y el del caribú. El uso frugal del caribú, y, en general, el ciclo equilibrado de nacimiento y renacimiento humano-caribú tiene una configuración y duración muy distinta a la explotación, quema, reforma y tratado del ciclo del carbón-petróleo-vida. Probablemente, estarán experimentando la miríada de diferencias y desacuerdos tiradas por el caño por esta retórica forzada de comparación entre el caribú y el petróleo usando la parodia, la parábola y la alegoría. Lo(a) invito, estimado(a) lector(a), a compartir mi experiencia del discurso diplomático de los pueblos indígenas que incita mi reconocimiento de las composiciones del petróleo.
«No estaría aquí sentado hablándoles ahora si no fuera por el caribú puercoespín, es nuestra vida, es por lo que hemos vivido y en torno a lo cual gira toda nuestra vida…. más del ochenta por ciento de nuestra dieta es consumo de caribú. Es importante para nuestra gente. No solo es importante como fuente de alimento. Es importante por motivos espirituales, culturales, emocionales y físicos. Es nuestro estilo de vida —mucha parte de ella gira en torno al caribú… No creo que haya palabras en la lengua inglesa para expresar cuán importante y absorbente es la protección de este rebaño». (Sherry & Vuntut Gwitchin First Nation, 1999)
«No estaría aquí sentado escribiéndoles ahora si no fuera por el petróleo. Es nuestra vida. Es por lo que hemos vivido y en torno a lo cual gira toda nuestra vida… Casi un cien por ciento de nuestra dieta es consumo de petróleo. Es importante para nuestra gente. No solo es importante como fuente de alimento. Es importante por motivos espirituales, culturales, emocionales y físicos. Es nuestro estilo de vida —mucha parte de ella gira en torno al petróleo… No creo que haya palabras para expresar cuán importante y absorbente es el petróleo para mi pueblo» ~ Emulación performance Somos petróleo (Drum, 2016)
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Notas