Tendencias contemporáneas en relación con la investigación y la intervención en trabajo social: propuestas [1]

Contemporary trends in social work research and intervention —A proposal

Tendências contemporâneas em relação à pesquisa e intervenção na Assistência Social: propostas

Uva Falla Ramírez [2]
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Colombia
Sandra del Pilar del Pilar Gómez C. [3]
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Colombia
Ramiro Rodríguez [4]
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, Colombia

Tendencias contemporáneas en relación con la investigación y la intervención en trabajo social: propuestas [1]

Tabula Rasa, núm. 27, 2017

Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca

Recepción: 25 Enero 2017

Aprobación: 03 Marzo 2017

Resumen: El artículo se desarrolla en tres momentos: el primero la relación entre la investigación y el trabajo social, que retoma los productos de las reflexiones teóricas producto de las investigaciones «La intervención de trabajo social en el campo de las tecnologías políticas de gestión y gobierno de las poblaciones. Fase II. 2017» y «Aproximación histórica a las condiciones de posibilidad de la identidad profesional del Trabajo Social en Colombia. Fase II 2017». El segundo, presenta la reflexividad en la práctica profesional. Finalmente, se examinan algunas propuestas sobre la relación entre teoría y práctica en la investigación y en la intervención en Trabajo Social.

Palabras clave: teorías sociales clásicas y contemporáneas, trabajo social contemporáneo, Intervención profesional, Investigación social.

Abstract: This paper unfolds in three moments: first, the relationship between research and social work, retakes the outcomes of theoretical reflections resulted from research projects “Social work intervention in the field of political management technologies and population governance”. Second stage, 2017, and, A historical approach to the conditions of possibility for professional identity in Social Work in Colombia, Second stage, 2017; the second one reflects upon professional practice. Finally, several proposals are examined on the relationship between theory and practice in Social Work research and intervention.

Keywords: classical and contemporary social theories, contemporary social work, professional intervention, social research.

Resumo: O artigo se desenvolve em três momentos: o primeiro trata da relação entre pesquisa e Assistência Social, que usa os produtos das reflexões teóricas resultantes da pesquisa «A intervenção da Assistência Social no campo das tecnologias políticas de gestão e governo das populações. Fase II 2017»; o segundo momento consiste em uma apresentação sobre a reflexão na prática profissional. Finalmente, são examinadas algumas propostas sobre a relação entre teoria e prática na pesquisa e na intervenção no campo da Assistência Social.

Palavras-chave: teorias sociais clássicas e contemporâneas, Assistência Social contemporânea, intervenção profissional, pesquisa social.

Paris
- 2017
Paris - 2017

Johanna Orduz

La investigación social en trabajo social

Los estudios permitieron identificar tres tendencias en el hacer investigativo:

La investigación diagnóstica: lleva al análisis de situaciones sociales en

un momento complejo que nos desafía a conocer lo que está sucediendo en una determinada representación de la realidad que denominamos situación, incluyendo lo que está sucediendo a quienes están actuando sobre y dentro de los límites de esa realidad. (Escalada et. al., 2004, p. 76)

Toda situación social que se identifica desde el diagnóstico social es resultado de la relación entre estructura social y acción de los sujetos que están inmersos y actuando en esa situación, constituyendo que esa complejidad devenga en un conocimiento que implique la interacción de esa relación. De ahí que el análisis situacional componga unas fases que tienen por un lado un componente empírico como identificación y caracterización de la problemática, la determinación del campo social en el cual se encuentra inmersa la problemática, la identificación de las múltiples características que lo constituyen como la presencia de los agentes sociales: instituciones, personas, fuerzas sociales, etc. Por otro lado, la investigación diagnóstica concibe las situaciones en campos estratégicos en que relaciones de poder actúan generando unos efectos específicos promoviendo la reacción de los agentes comprometidos.

Pero como se ha señalado ésta practica de investigación que actúa en la relación estructura acción social, legitima la permeabilización de las diversas teorías sociales que estan discutiendo esta relación: positivismo, estructuralismo, funcionalismo, sociologia comprensiva, fenomenología, entre otras. Por ejemplo desde el positivismo, los sujetos sociales son tratados como beneficiarios, clientes, usuarios en que las relaciones con el trabajador social mantienen la distancia que el positivismo exige entre el sujeto y el objeto a conocer. De distinta manera el estructural funcionalismo considera la realidad de los sujetos de la acción como un sistema social donde los roles, estatus, normas y valores conforman una estructura que apunta a la estabilidad y equilibrio del sistema, con el imperativo de funcionalidad que contribuye a determinar como funciona esa estructura (Parsons, 1999).

Desde una perspectiva weberiana, la investigación diagnóstica se operacionaliza desde el instante en que el Trabajador Social actúa en función de la población más necesitada ajustando sus decisiones, a una acción racional con respecto a fines (Weber, 2014). En este sentido, la labor del investigador es comprender el sentido que los sujetos le dan a la acción en la que se encuentran inmersos. Desde la perspectiva fenomenológica, tal como lo plantea Schütz (2003), se busca indagar como los sujetos desde sus experiencias vitales construyen la realidad en la cual estan viviendo, teniendo en cuenta elementos como la acción como proyecto preconcebido, la indagación de los motivos presentes en esas acciones, la situación biográfica de los sujetos etc.

En síntesis, tal como lo plantea Escalada y Fernández (2004):

la investigación diagnóstica, es un tipo específico de investigación empírica que nos permite comprender los hechos sociales «situados» o «contextualizados» brindandonos un doble resultado. Por un lado una cosmovisón orgánica y dinámica de los problemas sociales y las determinaciones de éstos, precisando la magnitud cuali-cuantitativa de los mismos, desde los cuales se pretende generar un proceso de intervención profesional. Por otro lado la investigación diagnóstica nos brinda una delimitación de los espacios estratégicos para la acción. (p. 77)

La investigación aplicada y de fundamentación en Trabajo Social

Laconfiguracióndeéstarelaciónentrelainvestigaciónaplicadaylafundamentación en trabajo social, privilegia los métodos de investigación cualitativos con una perspectiva compresiva-interpretativa, sin descartar lo cuantitativo.

En este sentido lo cualitativo busca la construcción de conocimiento, formulando entre otras categorías inductivo-deductivas (Bonilla, 2005), o simplemente desde la perspectiva comprensiva determinar lo categorial. En otras palabras, por vía de análisis permite llegar al conocimiento del objeto estudiado, sin dejar de lado, las consecuencias prácticas que este análisis promueve para generar respuestas a los problemas sociales que indaga.

De esta manera la investigación aporta al Trabajo Social una construcción de carácter interaccional, donde el usuario y trabajador social entablan una relación de carácter recíproco.

[…] se puede plantear que el sujeto social tiene la capacidad de decisión frente a los aspectos esenciales de la intervención. Desde esta perspectiva la intervención tiene un carácter que involucra toda la esfera social del sujeto y ello implica la integralidad de los métodos. (Falla, 2014, p.128)

Aunque no es del todo una relación directa, se puede plantear que el Trabajo Social pensado desde esta perspectiva se asocia con las teorías de corte sociológico e incluso antropológico.

La investigación en la intervención del Trabajo Social

Desde esta perspectiva la investigación tiene que ver con procesos de recuperación de la memoria y de escenarios de participación social. La intervención profesional se asocia desde esta perspectiva a corrientes críticas, comprensivas, fenomenológicas etc,. Desde estas condiciones fundamentan la acción de la investigación, tomando como referente la realidad de la vida cotidiana, pero tambien puede contemplarse esa acción,en sentido crítico, pensando la realidad social como una totalidad negativa. En este sentido, la intervención profesional busca la promoción de un pensamiento que promueve la liberación social superando las contradicciones que condicionan esa realidad. Este, «[…] proceso de cambio es a través de la educación; los programas tienen una orientación hacia la acción para la transformación de la vida colectiva; la acción constante, hasta lograr el estado ideal, justo» (Falla, 2014, p.130).

A partir de lo anterior, asumir la intervención y la investigación desde algunas de las tendencias presentadas, implica desarrollar una intencionalidad ética- política. Que involucra una mirada crítica reflexiva, propositiva y consciente de la intervención y de la investigación con los sujetos sociales, como actores sociales protagónicos, con intereses, necesidades y expectativas frente a su contexto social.

En ese sentido, es instaurar la necesidad de una investigación que a partir de la experiencia con los sujetos sociales permita contrastarla con la realidad. Víctor Yáñez plantea un «[…] campo de observación, definir y escoger en él las áreas de competencia disciplinaria, focalizar la matriz de convergencia de las mismas, para desde allí objetualizar la realidad de investigación/intervención» (Yañez, 2013, p. 246). Es decir de lo que se trata es de volver a ese camino que nos lleva a establecer la relación «entre experiencia y pensamiento, volver a descubrir el discurso no sobre cómo pensar en Trabajo Social, sino sobre qué pensar[…]» (Yañez, 2013, p. 246). Se trata de volver a la cadena de datos que arroja cierta información, para rastrear las huellas que puede generar un conocimiento.

La reflexividad en la intervención y su relación con la investigación

Pensar el espacio epistemológico desde lo disciplinar en el Trabajo Social, conducen a los procesos de investigación e intervención, a servir de elementos teóricos y metodológicos que llevan a revalorizar las condiciones de la acción.

En ese sentido, Gutiérrez, al retomar el concepto de reflexividad desde Bourdieu (2005), da cuenta que:

tanto de su carácter práctico como de su carácter generador de sentido, […] tiene por objetivo captar las opacidades de la práctica de la sociología y su lógica teórica, ese mismo movimiento apunta, en este autor, a alcanzar una transparencia de lo social al final del camino, erradicando de esta manera toda opacidad y deteniendo, por tanto, el movimiento reflexivo en ese punto. […] En este sentido la sociología es, para Bourdieu, un instrumento de liberación, capaz de impulsar una «toma de consciencia» de aquello que ella devela con su práctica. (p.9)

De modo que la categoría de reflexividad permite estudiar a los agentes sociales en los momentos en que reflexionan sobre sí mismos, sobre la realidad en la que actúan, sobre los saberes que los invitan a establecer una relación particular entre «naturaleza y cultura» (Mosquera, 2006, p.139). Retornar a nuestra práctica de manera reflexiva permite crear investigaciones en las cuales los actores muestren la comprensión de sus acciones en la práctica misma.

Acudir a la reflexividad lleva a encontrar nuevos posicionamientos epistemológicos. En ese sentido Mosquera (2006), expresa que, para recorrer nuevos conocimientos, es necesario hacer invenciones epistemológicas, es decir, hay que romper con los moldes de construcción de las investigaciones que se han hecho porque el mismo molde puede llevarnos directamente a las conclusiones que queremos evitar.

[…] para las y los profesionales en ciencias sociales, se les plantea un reto en tanto por un lado cuentan con un conocimiento que proviene de la formación académica […] que sin duda alguna es importante, pero es en ese conocimiento que proviene de la experiencia en el que se evidencia la «existencia de factores constituyentes de la práctica profesional, que requieren de habilidades y competencias del práctico ante la singularidad, la incertidumbre y los conflictos de valores». (Mendoza, citado en Meruane & Salazar, 1998, p.30)

Pero estas disposiciones igualmente operan en las trayectorias históricas de los individuos, lo que indica la posibilidad de cambio a partir de estrategias y trasformaciones en las prácticas que adelantan los agentes.

Por eso, en este punto, cabría desarrollar un poco más la disertación del propio Bourdieu respecto a la distinción entre «teoría y práctica científica» (Suárez, 2006, p.8). Bourdieu, hizo un llamado referido a la superación de las antinomias en el sentido en que su propuesta está basada antes que nada desde una perspectiva relacional, entre la sociedad y los individuos que la componen.

De ahí que los conceptos centrales en su pensamiento social sean los de campo y habitus, nociones que muestran lo relacional y que por tanto no pueden entenderse desvinculadas. Al respecto afirma Suárez:

la aprehensión del mundo social tiene dos momentos, 1) el objetivista y 2) subjetivista, los cuales mantienen una relación dialéctica. Por un lado, hay que construir estructuras objetivas, para luego recoger las representaciones subjetivas de los agentes, los cuales les dan soporte y fundamento a esas representaciones subjetivas y determinan el conjunto de coacciones estructurales que inciden en la interacción; en el segundo momento, estas representaciones deben ser reapropiadas en el análisis para dar cuenta de las luchas diarias en que los individuos y grupos intentan transformar o preservar estas estructuras objetivas. (Suárez, 2006, pp. 8-9)

Estas formas como tal, posibilitan a los agentes un saber que les permite actuar en el mundo. Por eso, en este punto, es conveniente aclarar el concepto de habitus de Pierre Bourdieu. El habitus se concibe como una «especie de sentido práctico de lo que hay que hacer en una situación determinada» (Bourdieu, citado por Suárez, 2006, p. 9); Suárez resalta que:

el corazón de la teoría de Bourdieu es: la acción social, la misma que está empujada por un sentido práctico (habitus). En ese sentido, la teoría de la acción sugiere (con la noción de habitus), que la mayor parte de las acciones tienen como principio algo absolutamente distinto de la intención, es decir disposiciones adquiridas que hacen que la acción pueda y tenga que ser interpretada como orientada hacia tal o cual fin sin que quepa plantear por ello qué principio tenía el propósito consciente de ese fin. (Suárez, 2006, pp.10-11)

La importancia del habitus, radica en que permite adentrarse en la experiencia y en el conocimiento acumulado de los agentes en relación con sus prácticas en un determinado espacio social y en las maneras como éstos establecen independencia frente a las determinaciones externas en las que deben tomar decisiones.

Bourdieu & Wacquant, (2012), expone un análisis minucioso de la noción de reflexividad y del papel que cumple la misma en la obra de Bourdieu:

Es importante que los individuos tengan un conocimiento práctico del mundo e inviertan este conocimiento práctico en su actividad habitual […] El punto de vista subjetivista o «constructivista» se interesa por esta «objetividad de segundo orden». En contraste con el objetivismo estructuralista, asevera que la realidad social es una «realización aleatoriamente desarrollada» por actores sociales competentes que construyen continuamente su mundo social mediante las «ingeniosas prácticas organizadas de la vida de todos los días» (Bourdieu & Wacquant, 2012, pp. 32-33).

Así la reflexividad aporta a los procesos de investigación e intervención porque la intervención es un ejercicio en el que muchas veces la experiencia del trabajador social no se tiene en cuenta a pesar de que requiera un conocimiento que es necesario hacer evidente, para garantizar el descubrimiento de aquello que no se ha pensado. Lo que no impide que muchos saberes estén ligados a instituciones de poder, como la familia, la escuela, la comunidad y en general a aquellas en las cuales el trabajador social interrelaciona en su práctica cotidiana. Entonces es posible entender que la sociología ayuda a «develar las estructuras más ocultas de los diferentes mundos sociales que constituyen el universo social, y también los “mecanismos” que tienden a asegurar su reproducción o su transformación» (Bourdieu, 2013b, p.13).

Con Bourdieu, se trata entonces de identificar que existe una base que es la investigación social y de cómo esta, le apuesta en términos de lo planteado por Yáñez (2013) a las prácticas de los trabajadores sociales, al desarrollo de nuevos conocimientos, a la pertinencia de sus iniciativas para la intervención en el marco de los contextos y de los campos en los que se genera.

Las propuestas

Los elementos ontológicos epistemológicos, teóricos, metodológicos, éticos, estéticos, incluso ecológicos, que son implícitos tanto en la investigación como en la intervención, les permiten a los trabajadores sociales que se cualifique y potencialice la intervención. Los fundamentos los proporcionan las teorías sociales clásicas, contemporáneas y posturas de pensamiento posmoderno. En el trabajo social de hoy, ya lo decía Vélez (2003); se configuran estas tendencias,

[…] ligados a las tendencias paradigmáticas, entre ellos se puede mencionar: Tradicionales, Críticos y Contemporáneos. En estos últimos se presentan los convergentes /integradores, de sistemas, ecológico, comunicacional, todos ellos inspirados en determinadas escuelas o corrientes de pensamiento que marcan tendencias, orientan formas específicas de actuación, y definen énfasis, principios y técnicas. (pp.80–83)

Por lo tanto, es importante que la intervención contenga los elementos señalados que aporten elementos de análisis e interpretación sobre la realidad social y permita asumir una postura ética, política y estética en la práctica cotidiana de la intervención y de la investigación.

Ante la diversidad de estos lineamientos conviene que los trabajadores sociales en el ejercicio su cotidianidad se hagan preguntas no solo referentes a lo epistemológico, teórico, conceptual, etc., sino que también visualicen su intervención desde dimensiones ético, políticas, estéticas y ecológicas, más consecuentes con las nuevas prácticas que desarrollan los sujetos en esta época de cambio e incertidumbre social.

La propuesta incluye una mirada al pensamiento clásico, que se enlace con lo contemporáneo para que el Trabajo Social no pierda su horizonte histórico de formación, pero también pueda asimilar las nuevas tendencias que convergen hacia la comprensión de un mundo globalizado. Una formación del trabajador social busca apropiarse de estos planteamientos por cuanto ellos proveen los argumentos para lograr la comprensión, explicación, pero también situar al trabajador social en un campo de ejercicio de poder en el que confluyan otras fuerzas que permitan acercarse a la realidad y por ende al ejercicio de la intervención con una visión más correlativa con los fenómenos que atañen al mundo de hoy. Entre otras tendencias, se pueden señalar las siguientes:

Marx y el sistema capitalista. Las relaciones sociales y el sistema socio histórico, hacen de esta corriente un objeto innegable de interés para la investigación y la intervención en el trabajo social. Dado que el estudio de la economía política busca encontrar cuales son las leyes que rigen el sistema capitalista. En este sentido, el trabajo en el capitalismo es una condición negativa que el sistema necesita para poder funcionar, y que soporta las leyes de producción, distribución y circulación, todo ello inmerso en contradicciones que se evidencian en la relación entre la producción social y la apropiación privada. De ahí, que el trabajo siendo un área específica de la intervención implica que el trabajador social entienda que esa condición es negativa y por tanto la pueda involucrar dentro de sus propuestas de investigación, adjuntando la metodología que el mismo materialismo histórico propone para indagar los fenómenos sociales. Esto es indagar el origen histórico del fenómeno, examinar las diferentes transformaciones en el tiempo, su devenir histórico para llegar a ser lo que es en el presente actual.

Weber y la comprensión. Su interés tipifica la racionalidad que caracteriza la sociedad moderna, entendida como la serie de fenómenos que tienden a ser estudiados dentro de tipologías weberianas de acción, tanto respecto a fines, a valores o la acción vista dentro de lo tradicional. En todas ellas el trabajador social puede encontrar el marco investigativo que le soporta sus indagaciones que hace sobre la realidad en la que piensa intervenir. Por ejemplo, se puede plantear desde el Trabajo Social los asuntos de la economía en un país, o lo que tiene que ver con las políticas públicas sociales o con la organización en los centros de producción y de venta de bienes y servicios, o con la organización en los centros educativos, etc.; Cada una de estas instituciones implica un tipo de racionalidad que se extiende a diversos ámbitos del mundo de la vida de una sociedad (religión, economía, derecho, política, familia, ecología etc.). «En la actualidad, todas estas características del capitalismo occidental deben su importancia con la organización capitalista del trabajo […] Un cálculo exacto -fundamento de todo lo demás- solo es posible sobre la base del trabajo libre» (Weber, 1984, p. 30).

Solamente para señalar que el trabajo constituye para las teorías clásicas un elemento indiscutible de indagación, ya que son los hombres quienes a través de su fuerza de trabajo producen el sistema capitalista. Y en esta línea, el Trabajo Social no puede negarse a formar parte del saber que las ciencias sociales le proveen a través de sus propias indagaciones como la que se plantea frente al trabajo humano.

Comte y el positivismo. La superioridad social según A. Comte, se refiere a lograr que la humanidad llegue al estadio positivo, donde sería posible la configuración de las leyes de la vida social; que conformaran los fundamentos intelectuales para lograr que la sociedad salga del caos. Solo el principio positivo de la observación y el método científico, base de todas indagaciones posibles del mundo social, permitirá superar el pensamiento que el mundo funciona de acuerdo con los planteamientos provenientes de los estadios teológico y metafísico (Comte, 1987). Esta superioridad positivista, se refleja también en la concepción de una sociedad orgánica, en que el todo predomina sobre las partes. Se justifica de esta manera la concepción de una sociedad disciplinaria con claro ejercicio de dominio político sobre la sociedad.

Particularmente en lo se refiere a los derechos humanos, como un área de investigación e intervención del Trabajo Social, el positivismo al dar fin a la historia declara a éstos como unos dogmas que tuvieron importancia en la lucha contra los regímenes de soberanía autocráticos, pero que ahora en la nueva situación pierden su preeminencia, porque no pueden ser principios orgánicos e impedirían la reorganización de la sociedad. Desde esta perspectiva, la capacidad predictiva del conocimiento científico, contribuye a superar el espíritu revolucionario que todavía persiste herencia de la metafísica, con el control que desde la ciencia logra al ejercer su función de política y moral. Desde esta perspectiva el positivismo es un proyecto político claro de reorganización y de restauración del orden social (Zeitlin, 1982).

Michel Foucault y el poder. La intervención en el Trabajo Social, estudiada desde la perspectiva de Foucault, es la forma en el que confluyen distintas fuerzas que aluden a acciones y reacciones por efecto de prácticas, metodologías y saberes que la intervención logra poner en relación. Sin duda desde la perspectiva de Foucault, es posible entrar a examinar de qué manera la investigación desde la intervención del trabajador social se constituye en un ejercicio disciplinario que busca en esencia construir expedientes (diarios de campo, registros, etc.) sobre la individualidad. En este sentido el trabajador social, encuentra desde esta perspectiva una manera de abordar la realidad social, buscando por un lado las fuerzas de carácter disciplinario que llevan a concebir la realidad desde una doble dimensión: producción de una fuerza de trabajo potencialmente útil, pero a la vez políticamente obediente; pero por el otro posibilita también la búsqueda genealógica de los procesos que constituyen la intervención y la investigación.

En concreto, para Foucault la pregunta por el poder no trata sobre lo que es, sino sobre su ejercicio, cómo operan esas fuerzas en la intervención profesional y la manera en que se instala en los cuerpos sea este trabajador social, usuario, ciudadano o los beneficiarios de las políticas públicas.

Bourdieu y la reflexividad. Cobra sentida el pensamiento de Pierre Bourdieu con la teoría de los campos, que, junto con las nociones de reflexividad, capital, habitus e illusio constituyen entre otras unas de las nociones de las ciencias sociales contemporáneas que aportan a la lectura de la intervención en el trabajo social

la reflexividad implica presentar razones [5] a los motivos por los cuales se actúa, […] develar cómo se van incorporando los intereses individuales a un proyecto colectivo en el que un sentido de la acción se orienta hacia la construcción de lo político. […] La reflexividad involucra a los sujetos a pensar sobre sí mismos, sobre las instituciones y sobre sus identidades. (Torres, 2011, p. 330)

De lo que se trata entonces es de reconstruir el contexto en el que se desarrolla la intervención para que acudan al conocimiento que la experiencia les ha dejado, es decir, «aplican el habitus adquirido en el propio campo» (Bourdieu, 1999, p. 261). Ese acumulado de predisposiciones colectivamente alcanzadas, los hace portadores de un saber que les permite realizar sus mejores jugadas en el espacio del juego. Entonces, el habitus los hace portadores de un saber con qué generan una posición en torno a las situaciones que enfrentan.

Situaciones que como bien lo expresa Bourdieu (2013a), en «el sentido práctico» generan una relación o vínculo entre habitus y prácticas, en tanto el primero, «como todo arte de la invención, […] permite producir prácticas en un número infinito, y relativamente imprevisibles […], pero limitadas no obstante en su diversidad» (Bourdieu, 2013a, p. 90). Al hacer referencia a las prácticas, expresa que éstas ameritan para su explicación la condición de ser vinculadas a aquellas «condiciones sociales en las que se ha constituido el habitus que las ha engendrado con las condiciones sociales en las que éste opera» (Bourdieu, 2013a, p.90).

Así, los aportes de Bourdieu, al Trabajo Social giran en torno a la comprensión de los habitus que se encuentran impresos en los procesos que se generan en la intervención, al igual que permite realizar un análisis de las fuerzas que se entrecruzan en cada uno de los campos en los que se adelanta la intervención y la investigación. El análisis de estas fuerzas en cada uno de los campos permite un renombrar acorde a las fuerzas que se generan en los campos y que como tal aportan capital simbólico a la intervención.

Anthony Giddens y las prácticas reproducidas. En las Nuevas Reglas del Método Sociológico, Giddens (2012), plantea para la intervención y la investigación, otro referente de la teoría social. Introduce al debate «el acento en las prácticas reproducidas» (Giddens, 2012, p.15) plantea la importancia del fluir de la acción, en atención a que «cada momento de atención reflexiva retoma reglas y recursos, y los reconstituye»; (Giddens, 2012, p.16).

El concepto de dualidad de estructura y el de la lógica del análisis social van unidos; … [pues] ni en el nivel de una lógica ni en el de nuestra vida cotidiana práctica podemos salirnos del fluir de la acción, resulta esta tributaria sea de las instituciones sociales más rígidas sea de las formas más radicales de cambio social. (Giddens, 2012, pp.15-16)

El aporte de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, (1987) en relación con la investigación e intervención, se basa en la construcción de la realidad social de manera discursiva, en que las identidades sociales surgen como producto de procesos de identificación y elaboración discursiva. Laclau en la Razón Populista (2014) expresa que el discurso:

[…] constituye el terreno primario de la constitución de la objetividad… [no se restringe] a las áreas del habla y la escritura, como hemos aclarado varias veces, sino un complejo de elementos en el cual las relaciones juegan un rol constitutivo. Esto significa que esos elementos no son preexistentes al complejo relacional, sino que se constituyen a través de él. Por lo tanto, «relación» y «objetividad» son sinónimos. Saussure afirma que en el lenguaje no existen términos positivos, sino solo diferencias: algo es lo que es solo a través de sus relaciones diferenciales con algo diferente. Y lo que es cierto del lenguaje concebido en sentido estricto, también es cierto de cualquier elemento significativo (es decir, objetivo): una acción es lo que es solo a través de sus diferencias con otras acciones posibles y con otros elementos significativos –palabras o acciones– que pueden ser sucesivos o simultáneos. (Laclau, 2014, p.92)

Su apuesta teórica y política permiten pensar en: «[…] en crear un vocabulario político que sirva para dar voz a las reivindicaciones de los diferentes grupos minoritarios que sufren los efectos dislocadores de la globalización» (Lois, 2009, p.449). Vocabulario, que debe ser incorporado para analizar las diversas situaciones sociales que aborda en la intervención en su práctica y la investigación en el trabajo de campo.

Alfred Schütz y la perspectiva fenomenológica. Con Schütz, se busca comprender la praxis desde el referente de la vivencia de los sujetos comprometidos en ella. La importancia que le da la fenomenología a la acción social permite considerar la intervención y la investigación como un proyecto preconcebido que previamente se formula desde el trabajador social, para luego insertarlo en la realidad. Proyecto que incorpora las vivencias de los sujetos. Varios son los elementos conceptuales que esta perspectiva metodológica puede asimilar el Trabajo Social: el tiempo de la acción, las coordenadas de la matriz social, la importancia de la consciencia, los pensamientos, acciones y significados, las vivencias, la intersubjetividad, el alter ego, entre otros, que llevarían a pensar una investigación y una intervención como una construcción social.

La fenomenología social propone la comprensión interpretativa cuyo método científico para captar el significado subjetivo es la «comprensión motivacional» (Schütz, 1993). Ello implica captar el significado subjetivo a partir del contexto de significado en forma objetiva. Comprensión motivacional que requiere del conocimiento del pasado y del futuro de la vida del actor. Es necesario dice Schütz, «hacer la observación corporal y luego ubicarnos en un contexto más amplio de significado» (1993, p. 57) y esto es el contexto objetivo que es diferente al contexto subjetivo de significado del actor.

Ello implica al Trabajo Social comprender el mundo de la vida cotidiana de los actores sociales situándolos a partir de las experiencias significativas que los ubican en el mundo como sujetos únicos con perspectivas e intereses propios pero que están en un mundo que es público y que trasciende en su intención por cambiarlo. De esta manera se constituye la praxis profesional en un mundo intersubjetivo como un proyecto preconcebido de cambio o de transformación con unidad de significado tanto para el/la trabajador(a) social como para los actores sociales con los cuales establece relaciones cara a cara en donde la anonimidad del sujeto queda por fuera de toda intervención profesional.

Consideraciones finales

Es innegable la relación del Trabajo Social con la política pública, la seguridad social y las prácticas sociales como fuentes de conocimiento para el desarrollo de la investigación y la intervención.

Las corrientes teóricas señaladas permiten señalar que el Trabajo Social está permeado por una externalidad que forma parte de su historia y de los mecanismos en que ha venido proyectándose en la realidad social, particularmente en relación con técnicas, metodologías y teorías que hoy son parte del lenguaje con el que el Trabajo Social discute sus fundamentos.

La especificidad profesional y la identidad profesional se constituyen en una línea articulada a la investigación y a la intervención.

Superar los tradicionales análisis binarios: objetivismo-subjetivismo, materialismo- idealismo, etc.; que conduzcan al trabajo social a definirlo en una perspectiva más interdisciplinaria, que integre vertientes teóricas como las ya señaladas y otras de orden filosófico, antropológico, histórico, política, etc.

La necesidad de realizar el ejercicio de reflexión epistemológica permite al Trabajo Social:

Construirse y aportar en la búsqueda de nuevas explicaciones/ comprensiones. Abordar las realidades individuales y sociales desde diversas perspectivas epistemológicas. Comprender y explicar los hechos sociales desde una perspectiva dinámica y dialéctica de la realidad social. Lo anterior implica entender la realidad social como un todo integrado por aristas espirituales, emocionales, sociales, afectivas, culturales, biológicas, relacionadas e integradas. En conclusión, la epistemología permite al Trabajo Social «reflexionar sobre su posicionamiento como campo especializado de conocimiento» (Mardones & Ursúa, 1991, p. 62, citado en Falla, 2014, p.70).

Referencias

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Notas

[1] Este artículo es producto de las reflexiones y discusiones del grupo de Fundamentación disciplinar y tendencias contemporáneas de la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, con ocasión de los proyectos de investigación que viene desarrollando en los últimos cinco años.
[5] La cita en el texto corresponde al texto de (Giddens, 1998, p. 60) sobre la reflexividad referida al control reflexivo de la conducta. En Modernidad e identidad del yo, Barcelona, Península.

Notas de autor

[2] Trabajadora Social, doctoranda en Trabajo social en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Docente Investigadora del programa de Trabajo Social de la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca.
[3] Trabajadora Social, doctoranda en Trabajo social en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Docente Investigadora del programa de Trabajo Social de la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca.
[4] Sociólogo. Docente Investigador del programa de Trabajo Social de la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca.
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