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CUANDO LOS LEONES HACEN LA HISTORIA: EL MARXISMO NEGRO DE WALTER RODNEY 1
When lions write history: Walter Rodney’s black Marxism
Quando os leões fazem a história: o marxismo negro de Walter Rodney
CUANDO LOS LEONES HACEN LA HISTORIA: EL MARXISMO NEGRO DE WALTER RODNEY 1
Tabula Rasa, núm. 28, 2018
Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca
Recepción: 24 Octubre 2017
Aprobación: 10 Enero 2018
Resumen: ¿Qué fue de Walter Rodney?; ¿quién lo recuerda? Una de las mentes más brillantes del Caribe, el historiador que le hablaba a los explotados y oprimidos, el militante nacionalista anticolonial, el orador del Black Power caribeño, el panafricanista socialista, el marxista negro, uno de los últimos radicales negros del Caribe junto a Tim Hector. Este trabajo pretende ser una introducción a la obra del historiador y activista político guyanés. El artículo está compuesto de cuatro partes, una introducción biográfica y tres momentos en que se aprecia su manera de concebir la enseñanza y la historia como instrumento para la liberación de los africanos y su diáspora. Dando cuenta de los movimientos de Rodney en lo teórico y político a partir de su concepción original del marxismo y su uso dialéctico de la clase/raza en tres contextos: Jamaica, Tanzania y Guyana. El objetivo principal de este trabajo, es dar a cuenta del gran legado de un radical caribeño y de la vigencia de muchos de sus planteamientos para pensar y actuar en nuestro presente.
Palabras clave: Black Power, panafricanismo, marxismo negro.
Abstract: What are the whereabouts of Walter Rodney? Who remembers him? One of the brightest minds in the Caribbean, the historian who talked to the exploited and the oppressed, the anticolonial nationalist militant, the speaker of the Caribbean Black Power, the socialist Pan-Africanist, the black Marxist, one of the last black radicals in the Caribbean, along with Tim Hector. This paper intends to be an introduction to the Guyanese historian and political activist. This work is made up of four sections: a biographical introduction, and three moments in which we may observe how he conceived teaching and history as tools for African freedom and their diaspora. As we account for Rodney’s theoretical and political movements departing from his original notion of Marxism and his dialectic use of the notions of class/race in three contexts: Jamaica, Tanzania, and Guyana, this work primarily aims at showing the monumental legacy of a Caribbean radical and the currency of a number of formulations of his as a guide to think and act nowadays.
Keywords: Black Power, Pan-Africanism, Black Marxism.
Resumo: O que aconteceu com Walter Rodney? Alguém se lembra dele? Uma das mentes mais brilhantes do Caribe, o historiador que falava para os explorados e oprimidos, o militante nacionalista anticolonial, o orador do Black Power caribenho, o panfricanista socialista, o marxista negro, um dos últimos radicais negros do Caribe junto com Tim Héctor. O presente trabalho pretende ser uma introdução a obra do historiador e ativista político guianês. O artigo apresenta quatro partes, a saber: uma introdução biográfica e três momentos em que se analisa a sua concepção do ensino e da história como instrumento para a libertação dos africanos e sua diáspora. Evidenciam-se os movimentos teóricos e políticos de Rodney a partir de sua concepção original do marxismo e do uso dialético do par classe/raça em três contextos: Jamaica, Tanzânia e Guiana. O principal objetivo do artigo é dar conta do grande legado de um caribenho radical e da validade de muitas de suas abordagens para pensar e atuar no nosso presente.
Palavras-chave: Black Power, pan-africanismo, marxismo negro.
Mientras los leones no cuenten el cuento,
la historia de la cacería
siempre glorificará al cazador.
Proverbio africano
This is the task of anybody who considers himself
or herself a Marxist. However, because it is fraught with so
many difficulties and obstacles, many people take the
easy route, which is to take it as a finished product rather
than ongoing social product which has to be
adapted to their own society.
Introducción
Al igual que Franz Fanon, Walter Rodney perteneció irreductiblemente a su época y fue consecuente con ese reto histórico, como académico y político. Pero ¿Cuál fue el tiempo en que vivió Rodney?; ¿a qué desafíos se enfrentó como intelectual universitario y activista político? C.L.R. James en una conferencia 3 pronunciada el 30 de enero de 1981 en la Universidad de California, delineó el tiempo en que vivió Rodney, haciendo énfasis en el terreno abonado por una generación de intelectuales negros que lo antecedió, tales como Aimé Césaire, George Padmore, W.E.B. Dubois y el mismo, por supuesto. De acuerdo con James, Rodney pertenece a una generación de caribeños singular. Puesto que pudo estudiar rigurosamente las obras revolucionarias europeas, y al mismo tiempo, apropiarse de la emergente tradición crítica caribeña.
To be born in 1942 was to have behind you a whole body of work dealing in the best way with the emerging situation in the Caribbean and the colonial world. That was Walter Rodney. He grew up in the world of the wars and also in a world where Nkrumah succeeded in securing independence for the Gold Coast and establishing Ghana; then a little later Nyerere did so for Tanganyika, which united with Zanzibar to become Tanzania. Walter had an upbringing and development which many of you cannot quite appreciate, because to you it is natural. To him, it was not it was something new. That is why when he completed his studies, he was able to build on these foundations. The work that had been necessary to motivate him to study Africa and the Caribbean had been done already. That is an aspect of the importance of the personality and particular politics of Walter Rodney. (James, 1981)
Su tiempo de producción académica y activismo político fueron escasas dos décadas -aunque intensamente vividas-, que van de los sesenta hasta inicios de los ochenta del siglo anterior. Fueron las décadas en que se pasó del optimismo al desencanto en el Caribe antillano. El entusiasmo inicial hacia las diferentes apuestas por la descolonización y las independencias en el Caribe, se fueron tiñendo poco a poco en escepticismo y malestar. Las independencias, el Commonwealth Británico, los departamentos de ultramar de Francia o los territorios autónomos del Reino de los Países Bajos, no representaron rupturas radicales con las formas coloniales. La dependencia a los imperios continuó, las desigualdades sociales se mantuvieron y la jerarquía etno-racial permaneció intacta (Quinn, 2008). Concretamente en el Caribe anglófono, la década de 1960 fue vivida con gran intensidad en lo intelectual y en la política como lo describe Norman Girvan:
Federación, independencia y desarrollo económico eran los temas candentes del momento; las ideologías del nacionalismo, el socialismo, la democracia, el rastafarismo y el no alineamiento se hallaban en pugna; la guerra fría estaba en su apogeo. Los acontecimientos significativos que influían en el clima intelectual eran la revolución cubana; la rebelión de Ronald Henry en Jamaica; la campaña desarrollada por el doctor Eric Williams para la devolución de la base naval estadounidense de Chaguaramas en Trinidad; la actividad de C. L. R. James en Trinidad y la ruptura entre éste y Williams acerca del papel del partido de masas; el debate sobre el futuro de la Federación de las Indias Occidentales y el referendo de Jamaica que condujo a su desaparición; el estallido de la violencia etnopolítica en Guyana (entonces Guayana Británica); la llegada del doctor Arthur Lewis como el primer director nativo del entonces Colegio Universitario de las Indias Occidentales; el establecimiento de la Facultad de Ciencias Sociales y la rápida caribeñización del claustro de la Universidad. (2005 p. 11-12)
Walter Anthony Rodney nació en Georgetown (Guyana), en el regazo de una familia de clase obrera inmersa en la vida política, fruto de la unión de Edward Percival, sastre de profesión y Pauline Rodney, ama de casa y costurera. Su padre hizo parte activa del movimiento nacionalista People’s Progressive Party en los años 40, liderado por el indo-guyanés Cheddi Jagan, el cual jugó un papel fundamental en la lucha antiimperialista y en la historia política reciente de la Guyana independiente (Hakim & Marika, 2003). Por esta razón, desde muy joven, Rodney fue consciente de su condición racial y de clase. Su familia tuvo muchas dificultades financieras en sus primeros años de estudios. Rodney era un hombre negro, y como negro, habitaba la zona del no privilegio, ya que, al igual que en todo el Caribe, donde primero se pone en marcha la empresa civilizatoria moderna colonial y capitalista, la clasificación etno-racial del trabajo confinó al negro a lo más bajo de todos los registros de lo humano.
Bajo este panorama, eran escasas las alternativas para escapar de dicha condición de marginalidad. Es así que la educación se convirtió en uno de esos pocos recursos para mejorar la calidad de vida de un afro-guyanés o indo-guyanés con alguna aspiración. De manera que Rodney comienza a formarse en una sociedad que era consciente de que la educación era una de esas vías de fuga para los no blancos. Para la sociedad guyanesa la educación era un privilegio de unos pocos sujetos racializados, que accedían a ésta para salir de la pobreza y vivir bajo los imperativos de la sociedad burguesa. Sin embargo, Rodney estaba muy lejos de esta idea, para él, la educación revestía un compromiso que trascendía el beneficio personal, puesto que siendo una excepcionalidad -un negro de escasos recursos con estudios-, tenía una responsabilidad aun mayor, con su clase social y etnia (Adeleke, 2017).
Rodney estudió en Queen’s College, la escuela superior masculina de Guyana, graduado con honores como el primero de su clase en 1960, logro que lo hizo merecedor de una beca de pregrado en la Universidad de la Indias Occidentales (UWI). En esta, se decidió por la carrera de Historia, la cual siguió en el campus Mona en Jamaica, siendo muy activo en la política estudiantil y defensor de la Federación de Indias Occidentales, graduándose con honores en 1963. Posteriormente, con una beca de la UWI, realiza sus estudios doctorales en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos, en la Universidad Londres, donde obtiene su doctorado con honores en 1966, con la tesis: A History of the Upper Guinea Coast 1545-1800, la cual fue publicada por la Oxford University Press en 1970. Es importante mencionar, que, en estos años en Londres, se involucró en las acciones políticas lideradas por caribeños, en un periodo vibrante políticamente, marcado por un racismo institucional tangible en la Ley de Inmigración de 1962, la cual era una cuasi prohibición a la inmigración de las colonias británicas (Adi & Sherwood, 2003).
En Londres es testigo de la explotación y el racismo del que son objeto los trabajadores provenientes del Caribe y África. Retoma con rigor sus estudios sobre marxismo y se une al selecto grupo de discusión conformado alrededor de C.L.R. James y de su esposa Selma, haciendo parte de este círculo de estudio casi el mismo tiempo que duró su doctorado en Londres, en el que se centraba en el estudio de la Revolución Rusa y la teoría marxista (Adeleke, 2017). El grupo de estudio alrededor de C.L.R. y Selma James llegó a tener veinte miembros, entre los que se encontraban Richard Small, Norman Girvan, como organizadores, y Orlando Patterson, Adolph Edwards, Joan French y Jhon Maxwell -por mencionar algunos de los más distinguidos (Lewis, 1998). Para Rodney esta experiencia fue muy significativa en términos teóricos y políticos, puesto que, por un lado, pudo seguir personalmente los finos análisis históricos de James, que no solo se limitaban a las obras de Vladimir I. Lenin y León Trotsky, sino a su alto nivel de precisión en los detalles del contexto social y los debates teóricos que motivaron la escritura de las obras que discutían (Rodney, 1990) y, por otro lado, porque contribuyó a reafirmar su convicción sobre la práctica revolucionaria, que para él consistía en combinar el intelectualismo riguroso con el activismo político (Adeleke, 2017).
Como él mismo lo reconoció, su arribo a Tanzania en 1966, luego de terminar su doctorado, fue en parte accidental. Rodney perteneció a la generación de caribeños que fue testigo de las progresivas independencias africanas, acontecimiento que despertaba la admiración de radicales negros que sentían la obligación de poner sus pies en el continente africano e involucrarse en los procesos revolucionarios en marcha. El primer destino para estos caribeños panafricanos fue Ghana, pero con la caída de Kwame Nkrumah en 1966 optarían por la Tanzania de Julius Nyerere (Rodney, 1974). Rodney consigue un puesto en el Departamento de Historia de la Universidad de Dar es Salaam, en una sede fuera de la capital del país. A pesar de su decisión de no hacer parte de las pugnas universitarias, hizo parte de las discusiones sobre el rol de la escuela en el socialismo tanzano, siendo enfático en argumentar que, para trascender la educación colonial tan interiorizada, era necesario un nuevo horizonte ideológico socialista. En Tanzania, Rodney empieza a poner en práctica su idea de que las universidades debían estar cercanas del pueblo, y en aquel tiempo, imparte clases de historia fuera de la universidad a estudiantes y trabajadores, tanto en la ciudad como en áreas rurales (Hakim & Marika, 2003).
Posteriormente, Rodney regresa a su alma mater, en Jamaica como profesor de historia en enero de 1968. Rápidamente logra reconectarse con rastafaris, trabajadores y gente de escasos recursos, gracias a sus actividades políticoacadémicas fuera del campus, siendo estos segmentos de la sociedad jamaicana los que posteriormente se convertirán en la base del Black Power en dicha isla. En esos intensos meses, Rodney pronunciaría una serie de charlas que serían publicadas en Londres bajo el título Groundings with My Brothers (1969). Estos discursos alrededor del Black Power en las West Indies, sobre la situación en Jamaica, la historia y la cultura de África y su aprendizaje con los Rastafari, lo convirtieron en el gran ideólogo del Black Power en el Caribe anglófono. El activismo de Rodney prendió las alarmas en el gobierno del partido laborista, quienes aprovecharon que Rodney se encontraba en Montreal asistiendo a la Conferencia de Escritores Negros para negarle su ingreso nuevamente a Jamaica. Los efectos de la prohibición de Rodney provocó una serie de protestas masivas en Kingston con repercusiones en todo el Caribe anglófono, conocidas como Rodney riots.
Como consecuencia de la prohibición, Rodney no extiende demasiado su estancia en Canadá y se instala en Cuba por un periodo de ocho meses antes de volver a Tanzania como profesor de historia, país africano que ya conocía y donde -en ese momento- sus ideas no estaban en contracorriente con la ideología del gobierno (Mattavous Bly, 1985). La Universidad de Dar es Salaam, era para ese entonces, el epicentro de la producción de teorías de izquierda de toda África y donde confluían los movimientos radicales por la liberación africana. En este tiempo, imparte clases de historia, se involucra con estudiantes comprometidos con la liberación del continente negro, tanto en la teoría 4 como en la práctica, visita pueblos de Ujamaa 5 (comunales), brinda charlas en pequeñas escuelas, escribe columnas en periódicos, artículos académicos y su libro How Europe Underdeveloped Africa [1972] (Hirji, 2017). Una de los aportes notables de Rodney, a la oferta académica de la universidad, fue un curso sobre la diáspora negra en América, que permitió a los estudiantes africanos tener una concepción mucho más rica del panafricanismo, logrando ampliar el conocimiento de las luchas de los negros fuera de África, permitiéndoles identificar los aspectos compartidos y las particularidades de cada contexto (Bly, 1985).
En 1974, Walter Rodney decide volver a su país natal, motivado por un ofrecimiento de la Universidad de Guyana para ejercer como profesor de historia africana. A su llegada a Georgetown, se percata que la universidad había desistido de la invitación por presiones del gobierno de Forbes Burnham, el cual le cerró toda posibilidad de ejercer como académico en Guyana. A pesar del bloqueo laboral, Rodney decide quedarse sumándose al partido Alianza del Pueblo Trabajador (WPA), movimiento multirracial de resistencia al régimen de Burnham, convirtiéndose rápidamente en uno de sus voceros principales y símbolo de resistencia (Hinds, 1988). Rodney en esta etapa imparte charlas por todo el país, con su estilo asequible y mordaz, atrayendo más seguidores al nuevo partido, mientras que el gobierno de Burnham se hacía cada vez más autoritario y criminal. Walter Rodney es asesinado el 13 de junio de 1980 al detonar una bomba incrustada en su carro a la edad de 38 años.
The Groundings 6 with my Brothers
Años antes de aquel fatal desenlace, Walter Rodney regresa a la UWI en el campus Mona, Kingston, en 1968, como profesor de historia africana, en un contexto de mucha agitación social y política. Jamaica tímidamente empieza, en ese entonces, a reconocer lo evidente, la realidad racial de la isla. En 1965 se reconoce a oficialmente a Marcus Garvey como héroe nacional y padre del nacionalismo negro, y en 1966 el emperador de Etiopia Haile Selassie visita Jamaica. Pese a ello, otras expresiones del nacionalismo negro, específicamente autores como: Malcolm X, Stokely Carmichael y Elijah Muhammad, fueron prohibidos. Al igual que las publicaciones cubanas, chinas y soviéticas por promover el comunismo (Rodney, 1990). La vigilancia no se limitó únicamente a la prohibición de algunos libros, la UWI también fue objeto de vigilancia y se presentó la persecución de profesores que, a la vista del gobierno, eran «incómodos» o «radicales procomunistas». El hostigamiento, para el caso de los profesores extranjeros, consistía en negarles u obstruir permisos de trabajo, mientras a los nacionales se les quitaban los pasaportes (Ledgister, 2008). Rodney llega en medio de esta atmósfera densa a Jamaica, pero rápidamente se conecta con jóvenes politizados de clase media y baja, que veían en el historiador guyanés cualidades que se salían del molde del académico común. Más allá de sus credenciales académicas, su presencia y su destreza para articular la historia y la política contemporánea, sin alardes, contribuyó a aclarar vacíos sobre la historia de África y el Caribe, cuestionando las narrativas coloniales y burguesas (Lewis, 1994).
Rodney spent eight and a half months lecturing at the University of the West Indies in 1968. The mid-sixties had seen him making decisions that resulted in his rejection of much of what was considered conventional West Indian middle-class values the striving for status, the distancing from one’s social back ground, the imitation of an English accent, the marrying of an English wife or marrying what was considered the next best, a lightskinned woman. Rodney never embraced a conventional West Indian middle-class life-style and the politics that went with because he chose not to and was comfortable with that decision. (Lewis, 1994, p. 9)
Es importante precisar que Walter Rodney no llega a politizar a la juventud jamaiquina, pero sí contribuye significativamente a reforzar la conciencia negra y radicalizarla. No hay que perder de vista que en 1967 toma forma el Black Power en el campus Mona de la UWI, con estudiantes de todo el Caribe anglófono como: Peter Phillips, Garth White, Keith Noel, Jackie Vernon, Maureen Stephenson, Wyck Williams, Marva Henry y John Dowie. Aquí es importante detenerse en una facción del Black Power liderada por Peter Phillips, Garth White y Jerry Small, quienes conectaron el campus de UWI con el activismo cultural y político afrocéntrico del interior de la ciudad (Lewis, 2008, p. 61). Es precisamente este subgrupo, en cabeza de Jerry Small -un «desertor» universitario hacia la vida rastafari y el activismo negro-, que interpelados por los postulados del Black Power conectan con Rodney, logrando entablar una relación 7 enriquecedora y productiva en los escasos meses de su estancia como profesor en Jamaica (Lewis, 1994; 2008). De manera que Rodney concentra su actividad política en los rastafaris, jóvenes urbanos quienes se sintieron interpelados en lo racial y en aspectos de clase, pronunciando discursos dirigidos hacia las comunidades marginadas y los estudiantes radicales de clase media, dándoles una dimensión global de la lucha por la liberación negra y la articulación entre raza y clase, que no era muy trabajados por los diferentes sectores de izquierda de la isla. En estos colectivos heterogéneos vio el potencial revolucionario, observando sus capacidades para la acción política (Lewis, 1994).
Concretamente sobre el Black Power, Walter Rodney pronuncia dos discursos: Black Power, a basic understanding y Black Power, its relevance to the West Indies. En la primera se ocupa de dar cuenta de cómo funciona el mundo blanco, definiendo regiones enteras como negras, describiendo las relaciones de explotación y subhumanización de las poblaciones racializadas por el mundo blanco. Y, por último, la emergencia del Black Power que emerge en Estados Unidos, pero que detenta una genealogía que inicia con Marcus Garvey, quien entendió que la lucha de la liberación negra debía darse a escala mundial.
To begin with, the White world defines who is White and who is black. In the U.S.A. if one is not White, then one is black; In Britain, if one is not White then one is coloured (…). Even the fact of whether you are black or not is to be decided by white people –by white power. (…) The black people of whom I speak, therefore, are non-whites- the hundreds of millions of people whose homelands are in Asia and Africa, with another few millions in the Americas. Further subdivision can be made with reference to all people of African descent whose position is clearly more acute than that of most non-white groups. It must be noted that once a person is said to be black by the white world, then that is usually the most important thing about him; fat or thin, intelligent or stupid, criminal or sportsman-these things pale into insignificance. (Rodney, 1990, p. 16-17)
Sobre Rusia, Rodney particularmente sostuvo, que a pesar de ser blancos y detentar poder, no fueron una fuerza colonial opresora de negros: “The white power which is our enemy is that which is exercided over black peoples, irrespective of which group is in the majority and irrespective of whether the particular country belonged originally to whites or blacks” (Rodney, 1990, p. 18). Para Rodney, los negros son los condenados de la tierra -usando la expresión de Fanon-,carentes de poder en sus propias tierras y arrojados a la pobreza a nivel global por el poder blanco 8 , capitalista y racista.
Su definición de negro resulta interesante, dado que a pesar de que se identifica con la experiencia histórica concreta africana de la trata y la explotación capitalista en las Américas, extiende su definición a todos los cuerpos racializados, dado que tiene muy claro, por un lado, la complejidad multiétnica del Caribe y, por otro lado, la experiencia concreta de servidumbre de los indo-caribeños en Guyana. Como lo ha expresado Bogues, esta definición fue importante en dos sentidos. El primero, porque sentó las bases argumentales para articular políticamente a la población indo-caribeña. El segundo, porque la definición fue lo suficientemente abarcadora para tejer una narrativa histórica, de dominación global racial, desde la colonización de las Américas hasta las luchas anticoloniales y descolonizadoras a escala planetaria (2009). Rodney, con su visión panafricana e internacionalista de la liberación, y su riguroso entendimiento histórico de poder colonial, pudo identificar las rupturas y continuidades de este poder, que para finales de la década de los sesentas tomaba el ropaje de poscolonial (Bogues, 2009).
There is a mistaken belief that black people achieved power with independence, e.g. (Malaya, Jamaica, Kenya), but a black man ruling a dependent state within the imperialist system has no power. He is simple an agent of the whites in the metropolis, with an army and a police force designed to maintain the imperialist way of things in that particular colonial area. (Rodney, 1990, p. 18)
En Black Power, its relevance to the West Indies, Rodney define el Poder Negro como un movimiento y una ideología que llama a ponerle fin a la dominación blanca: «El blanco caníbal capitalista siempre se ha alimentado de los pueblos negros. La sociedad blanca capitalista e imperialista es profunda e inequívocamente racista» (Rodney, [1969] 2017, p. 202). Esto quiere decir, que los pueblos negros puedan tener el control de su propio destino, el cual debe ser anticapitalista, antimperialista y antirracista. En otras palabras, debe encarnar lo antagónico del canibalismo blanco. «El Black Power en el Caribe significa tres elementos estrechamente relacionados: (i) la ruptura con el imperialismo que históricamente es racista blanco; (ii) la toma del poder por las masas negras en las islas; (iii) la reconstrucción cultural de la sociedad a imagen de los negros» (Rodney, [1969] 2017, p. 205).
En esta charla, Rodney se ocupa de aclarar la visión del Black Power frente a las poblaciones no blancas en el Caribe que no se identifican como negras (hindús, chinos, mulatos, mestizos) y blancos caribeños. Para ello, en primera instancia, recurre a la historia del Caribe, dando cuenta de las similitudes degradantes que compartieron los hindús con los africanos esclavizados a su llegada al Caribe, como el trato racista y la reducción a estereotipos. De igual forma, hizo mención a la rebelión de 1938 en Trinidad y Guyana, donde hindúes y africanos lucharon juntos. Frente a los chinos, precisa que, mientras en la República Popular China rompieron con el imperialismo blanco, los que llegaron al Caribe se articularon a la sociedad blanca caribeña explotadora y racista. En lo que respecta al mulato, señala que son ambiguos y ambivalentes, puesto que en algunos momentos de la historia han apoyados las luchas negras, mientras que, en otros momentos, se han inclinado hacia el imperialismo blanco reproduciendo su odio hacia los negros.
El Black Power no es racialmente intolerante. Es la esperanza del hombre negro quien debería tener poder sobre su propio destino. Esto no es incompatible con una sociedad multirracial, donde cada individuo cuenta por igual. Debido a que es el momento en el cual el poder se distribuye equitativamente entre varios grupos étnicos, entonces la importancia de hacer la distinción entre los grupos se perderá. A lo que nos debemos oponer es a la imagen actual de una sociedad multirracial que vive en armonía. Eso es un mito diseñado para justificar la explotación sufrida por los más negros de nuestra población, a manos de los grupos de piel más clara. (Rodney, [1969] 2017, p. 207)
Para Rodney, Jamaica, por ser un país mayoritariamente negro, debía proclamarse como tal y levantar la estrella negra de Garvey. Sobre la base de esta consigna, se tratarán a los otros segmentos poblacionales con los derechos fundamentales de todo individuo, claro está, aclarando: «sin ningún privilegio para explotar a los africanos» (Rodney, [1969] 2017, p. 208). De acuerdo con esta nueva sociedad caribeña jamaicana, que proponía Rodney desde el Black Power, los mulatos, hindús, chinos, mestizos y blancos caribeños, debían escoger de qué lado estaban, si bajo los marcos del mundo blanco capitalista y racista o renunciar a sus privilegios de clase y raza –en caso de tenerlos-, para integrarse en una sociedad de dignidad negra.
En 1968, Walter Rodney asiste al Congreso de Escritores Negros en Montreal, celebrado en la Universidad McGill del 11 al 14 de octubre, el cual contó con la participación de intelectuales como: C. L. R. James, Stokely Carmichael, James Forman, Alvin Poussaint, Ted Joans, Harry Edwards, Richard B. Moore, Richard Small, Rocky Jones, Robert Hill, Leroi Jones, René Depestre, Lloyd Best, entre otros. En esta tribuna Rodney presentó dos trabajos: Declaración sobre la situación de Jamaica en coautoría con Robert Hill 9 y La historia africana al servicio de la liberación negra. En esta última, pronunciada el 12 de octubre de 1968, Rodney, frente a los más importantes activistas, académicos y escritores negros 10 , propuso que se pensara la historia africana articulada con la lucha contemporánea del pueblo negro. Planteó una crítica al uso del concepto de civilización para hacer referencia a la historia africana, y a la persistente necesidad de justificar la humanidad del negro bajo los criterios del hombre blanco. Fue también enfático en señalar que se dirigía a sus hermanos negros y, que su labor se encontraba al servicio de la revolución negra. Frente al papel del historiador expresó:
One must not set up any false distinctions between reflection and action. We are just another facet of the ongoing revolution. This is not theory. It is a fact that black people everywhere, in Africa and in the Western world, are already on the march. So nobody who wants to be relevant to that situation can afford to withdraw and decide that he is engaging in what is essentially an intellectual exercise. The African historian, to me, is essentially involved in a process of mobilization, just like any other individual within the society who says, “I’m for Black Power. I’m going to talk about the way the blacks live down in the South,” etc. That’s a facet of mobilization. The African historian is also involved in that mobilization. (Rodney, 2001, p. 67)
Rodney finaliza su presentación señalando la importancia de conocer la historia y la cultura africana, para ponerla al servicio de la lucha revolucionaria, trayendo la experiencia del socialismo tanzano de Julius Neyrere, donde según él, a partir del estudio de la historia cultural de Tanzania, antes de la intervención colonial, encontraron insumos para construir la base de su socialismo. No obstante, fue claro en precisar que no es una vuelta al pasado sin más, es una dialéctica en la cual es necesario determinar los rasgos tradicionales útiles para la revolución. Rodney cierra su discurso invitando a sus hermanos y hermanas a reconstruir la historia africana desde categorías propias, distintas a las usadas por los europeos para reconstruir la suya, dado que: «no puedes usar los mismos términos de referencia del opresor» (Rodney, [1968] 2001, traducción propia).
Para el gobierno del Partido Laborista de Jamaica (JLP), Walter Rodney representaba un peligro para la seguridad nacional, dado que veían en él una persona capaz de articular muchos sectores descontentos con gobierno de ese entonces. El primer ministro Hugh Shearer llegó a expresar que Rodney era un negro comunista que quería destruir literalmente a todos los de piel clara, asociado con semi-analfabetos, desempleados y personas del movimiento rastafaris (Ledgister, 2008). El 15 de octubre de 1968 aterriza Rodney en Jamaica, proveniente de Canadá, y el gobierno de Shearer le niega la entrada al país con una orden de exclusión, enviándole en el mismo avión de regreso a Canadá (West, 2008). Las consecuencias de dicha prohibición provocaron manifestaciones en Jamaica conocidas como Rodney riots 11 , lo que es recordado, junto con la revolución de febrero de Trinidad y Tobago de 1970 como los dos acontecimientos determinantes de la post independencia del caribe anglófono (Quinn, 2008).
Rodney se pronunciará al respecto de su veto en una declaración conocida como The groundings with my brothers 12 :
The Government of Jamaica, which is Garvey’s homeland, has seen it fit to ban me, a Guyanese, a black man, and an African. But this is not very surprising because though the composition of that Government – of its Prime Minister, the Head of State and several leading personalities-though that composition happens to be predominantly black, as the Brothers at home say, they are all white-hearted. (Rodney, 1990, p. 60)
Rodney, en este pronunciamiento, llama al gobierno de Jamaica servidor de intereses extranjeros del sistema capitalista blanco, opresor en lo económico y cultural de negros, condenándolos a vivir en lo más bajo de la escala social. Cuestiona contundentemente la idea de la armonía multirracial jamaicana del ‘Out of Many, One People’, señalando que preferirían que el problema fuera el comunismo, antes que la cuestión racial, simplemente porque no tendrían que responder por su responsabilidad neocolonial en la opresión racial (Bogues, 2009). Rodney acto seguido, hace referencia al intelectual negro de la West Indies, describiendo su privilegio en la sociedad, donde la regla es que se incorpore al sistema opresor, gozando del confort de una vida burguesa. Rodney (1990, p. 62) se pregunta: “What do we break out of this Babylonian Captivity?” Y sugiere tres formas: 1) el intelectual académico debe combatir las distorsiones que produce el imperialismo blanco y la cultura blanca; 2) el intelectual negro debe desbordar su propia disciplina y desafiar el mito de la sociedad multirracial en Jamaica; y 3) el académico negro debe estar al servicio de las masas negras. Rodney terminará su discurso desarrollando los dos últimos puntos desde su propia experiencia en Jamaica, haciendo énfasis en la cuestión racial y su aprendizaje con los rastafaris.
Como lo expresó en muchas ocasiones Rodney 13 , el color llegó a convertirse en un concepto fundamental, dado que, en manos del hombre blanco, se racializa y se justifica vilmente la explotación del hombre negro en todo el planeta. Bajo ese contexto, según él, no había otra alternativa que la de identificarse con África, con la negrura, para generar un sentido de unidad orientada a lucha por la liberación de la opresión blanca. Para Rodney, mientras persista la negación de la humanidad del negro, es indispensable manifestar la humanidad como negros (1990). En este sentido se entiende la admiración que demostró hacia el movimiento rastafari, dado que no solo expresan su humanidad como negros, sino que reconocen la importancia de la historia africana y la viven en sus prácticas culturales (Campbell, 2016).
I got knowledge from them, real knowledge. You have to speak to Jamaican Rasta, and you have to listen to him, listen very carefully and then you will hear him tell you about the Word. And when you listen to him, and you can go back and read Muntu, an academic text, and read about Nomo, an African concept for Word, and you say, Goodness the Rastas know this, they knew this before Janheinz Jahn. (…) and when you get that, know you get humility, because look who you are learning from. The system says they have nothing, they are illiterates, they are the dark people of Jamaica. (…) But you learn humility after you get into contact with these brothers. And it is really great. I am giving here now a personal reaction. (Rodney, 1990, p. 67)
El panafricanismo socialista
Rodney fue un intelectual radical, con esa vocación que suele caracterizar al caribeño de pensarse siempre en Relación, esa tendencia cosmopolita, proclive al encuentro con Otros -en términos de Edouard Glissant-. Se reconocía como guyanés, también como pancaribeño y militaba un nacionalismo aún mayor: el mundo negro. Como lo ha expresado Rhoda Reddock, el panafricanismo fue un horizonte determinante en el pensamiento radical caribeño del siglo XX (2014). Empezando por precursores del panafricanismo 14 como el jamaicano Brown Russwurm, pasando por el fundador del concepto, el trinitense Sylvester Williams, y los también trinitenses C.L.R. James, Stokely Carmichael y George Padmore. Rodney también hace parte de esta lista de panafricanistas caribeños. Aquí es importante resaltar el periodo que va de 1968 a 1974, en el que el historiador guyanés regresa a Tanzania. En este periodo de tiempo, Rodney se percata de las huellas coloniales persistentes en la política africana y sus flagrantes contradicciones en tiempos poscoloniales (Young, 2008). Publica en 1970, su tesis doctoral: Una historia de la Costa de la Alta Guinea (1545-1800), donde propuso una nueva lectura sobre la historiografía del negro en África, desechando las interpretaciones prejuiciosas y racistas de los clásicos estudios occidentales sobre el continente (Young, 2008). En este mismo periodo, trabaja en su obra más importante: De cómo Europa subdesarrolló a África, publicada en 1972 (Renton, 2004). Trabajo que se inscribe en la tradición caribeña de reconstruir las historias, ya no desde el relato del cazador, sino desde los silenciados por la cacería, como Los jacobinos negros [1938] de C.L.R. James y Capitalismo y esclavitud [1944] de Eric Williams. En palabras de Rodney:
Este libro deriva de una preocupación por la situación de África contemporánea. Incursiona en el pasado solo porque de otra manera sería imposible entender como el presente llegó a ser lo que es y cuáles son las tendencias del futuro inmediato. En el intento de comprender lo que hoy se denomina «subdesarrollo» en África, los límites de este estudio han tenido que fijarse en épocas tan lejanas como el siglo XV, por un lado, y en el final del periodo colonial, por el otro. […] El fenómeno del neocolonialismo reclama voces para la ejecución de investigaciones extensas que hagan posible reformular la estrategia y las tácticas de la emancipación y el desarrollo africano. […] La esperanza es que de los hechos que se exponen y su interpretación contribuyan en algo a reforzar la idea de que el desarrollo africano solo es posible si se basa en un rompimiento radical con el sistema capitalista internacional, que ha sido el agente principal del subdesarrollo de África en los últimos cinco siglos. ([1972]1982, p. 10)
Como el mismo Rodney lo expone en la cita anterior, su trabajo recurre al pasado para hacer inteligible las condiciones materiales que hicieron posible que el continente africano haya llegado a ser lo que es hasta el siglo XX. Dejando claro que su interés no aspira a la solipsista erudición -o de contribuir al conocimiento en sí mismo-, por el contrario, su trabajo pretendía ser una herramienta que estimulara al desarrollo de políticas que incidieran radicalmente en el desarrollo de África. El libro plantea una notable crítica a las nociones de desarrollo y subdesarrollo, muy en boga desde el gobierno de Harry Truman y su política de «trato justo» desde 1949 (Escobar, 2007). Rodney, en este libro, hace explícito su lugar de enunciación como un panafricanista de la tradición de Marcus Garvey, George Padmore y Alphaeus Hunton (Reddock, 2014). Como lo expresa su colega y amigo en la Universidad de Dar es Salaam, Karim F. Hirji, el libro revoluciona la lectura del pasado y del presente de África, desde lo metodológico, en su contenido y estilo, desbordando el cerco académico e inspirando a muchas generaciones en la construcción de un horizonte antiimperialista, panafricanista y socialista (2017).
Como lo sugiere Robert Hill (1983), rastrear el panafricanismo de Rodney no es una tarea sencilla, dado que los escritos donde hace referencia explícita al panafricanismo son escasos: Aspects of the International Class Struggle in Africa, the Caribbean and America [1975] -en adelante Aicsaca-, documento destinado al Sexto Congreso Panafricano -en adelante SCP-, celebrado en Dar es Salaam del 19 al 27 de junio de 1974, fragmentos de la entrevista concedida al The Black Scholar [1974], marginalmente en Marxism and African Liberation [1975], y en sus charlas en el Institute of the Black World en Georgia, Atlanta en 1975 . En su documento Aicsaca, escrito para el SCP, inicia preguntándose por el prefijo “Pan” y la clase social que determina dicha comunidad, despliega un lúcido análisis de clase en África, planteando los siguientes interrogantes: «¿Qué clase dirige el movimiento nacional?; ¿Cuán capaz es esta clase de llevar a cabo las tareas históricas de la liberación nacional?; y, por último, ¿Cuáles son las clases silenciosas en cuyo nombre se están articulando afirmaciones ‘nacionales’?» (1974, traducción propia). Rodney empieza describiendo el tipo de panafricanismo que caracteriza la era posterior a la independencia como internacionalista y nacionalista, dado que busca la unidad de los países africanos. Bajo esta definición, escudriña en la forma nacionalista, revelando el contenido de clase subyacente, mostrando cómo en la lucha anticolonial, los movimientos de liberación llevaron a cabo alianzas de clase bajo un tipo de idea de «comunidad nacional». Rodney es claro en señalar que, «pese a que la gran mayoría de estos movimientos por la liberación eran obreros y campesinos, fueron los pequeñoburgueses quienes asumieron el liderazgo» (1974, traducción propia). En ese momento, el movimiento liderado por dicha burguesía «encarnaba un espíritu progresista, tanto por su antagonismo con los colonialistas, como por la presión ejercida por los obreros y campesinos» (1974, traducción propia). Para Rodney, el panafricanismo hizo parte de ese espíritu que en algún momento llegó a movilizar la pequeña burguesía, pero que, «por sus mismas limitaciones de clase, aspiraron a una suerte de reformismo negociado con los colonizadores, que desencadenó en una renuncia a los fundamentos del panafricanismo» (1974, traducción propia), es decir África como unidad indivisible.
Ahora bien, de acuerdo con las conclusiones de Rodney, el liderazgo pequeñoburgués representa un obstáculo para avanzar en el panafricanismo como una ideología de la liberación -realmente revolucionaria-, dado que esta clase se había convertido en dependiente del capital extranjero e impulsaba la fragmentación del territorio africano. Siguiendo con su argumentación, Rodney anotaba que los movimientos panafricanistas revolucionarios, debían tomar la iniciativa en el SCP, posición que fueron perdiendo en la era de las independencias, bajo el discurso de la «inexistencia» de clases sociales enunciados por facciones chovinistas y reaccionarias panafricanas. Rodney muestra cómo los regímenes africanos y la pequeña burguesía, crearon un panorama nebuloso. Por un lado, emplearon como estrategia para aniquilar el progresismo, la «apropiación» de sus conceptos con el objeto de banalizarlos. De esta manera la pequeña burguesía evita mostrarse frontalmente opuesta al socialismo y al panafricanismo. Por otro lado, contribuyeron «a crear la ilusión de que la OUA (Organización para la Unidad Africana) representa la concretización de la unidad panafricana» (1974, traducción propia). Siendo dicha organización el principal instrumento legitimador de la fragmentación del continente.
Rodney precisó que, inicialmente, cuando se empezaba a contemplar la realización del Congreso, este se proyectaba como un encuentro de movimientos políticos negros, más no de gobiernos, de ahí resaltaba la importancia de la Conferencia de todos los pueblos africanos, celebrada en Accra, Ghana en 1958, donde la presencia de radicales negros fue protagónica. En contraste, expresó su preocupación por la forma que había tomado el Congreso, perfilándose como un encuentro de Jefes de Estado y, por la posible exclusión de los movimientos de masas anti-gubernamentales del Caribe. Finalmente, Rodney abogaría por el financiamiento de los representantes de los movimientos y organizaciones caribeñas críticas, también por una declaración contundente de apoyo a los movimientos de liberación, y porque los asistentes al Congreso se identificarán con un panafricanismo que contemplara los siguientes puntos:
1) That the principal enemies of the African people are the capitalist class in the U.S.A., Western Europe and Japan; 2) That African liberation and unity will be realized only through struggle against the African allies of international capital; 3) That African freedom and development requires disengagement from international monopoly capital; 4) That exploitation of Africans can be terminated only through the construction of a Socialist society, and technology must be related to this goal; 5) That contemporary African state boundaries must be removed to make way for genuine politicoeconomic unity of the continent; 6) That the Liberation Movements of Southern Africa are revolutionary and anti-imperialist and must therefore be defended against petty bourgeois state hegemony; 7) That the unity of Africa requires the unity of progressive groups, organizations and institutions rather than merely being the preserve of states; 8) That Pan-Africanism must be an internationalist, anti-imperialist and Socialist weapon. (1974)
En la entrevista concedida al The Black Scholar publicada en el mes de noviembre de 1974, Rodney lamentó que grupos como «Ascria (African Society for Cultural Relations with Independent Africa) de Guyana, the New Jewel Movement en Granada y varios grupos como Mjac en Trinidad» fueran excluidos del SCP. Pese a la frustración, consideró que fue necesario que dicho evento desafortunado se diera, para erradicar de una vez por todas, «las visiones románticas sobre el continente africano», que impiden hacer análisis rigurosos sobre las luchas concretas y poder identificar con claridad, «qué fuerzas sociales están representadas en el gobierno y cuál es la forma real de la sociedad», poniendo como ejemplo de este error la caída de Kwame Nkumah en Ghana. Para evitar el romanticismo de África, Rodney propone construir solidaridades entre los pueblos caribeños y los pueblos africanos, claro está, sin ser ingenuo en pensar que se puede pasar por alto el Estado. Su apuesta sería el escoger mejor los aliados de lucha, tanto en los gobiernos, como en los movimientos y organizaciones progresistas y revolucionarios.
En unas charlas impartidas en la primavera de 1975 en Atlanta, Georgia, en el Instituto del Mundo Negro [IBW] (Young, 2008, p. 492), Rodney describe las responsabilidades que se deben tener al hablar de panafricanismo:
To talk about Pan-Africanism, to talk about international solidarity within the black world, whichever sector of the black world we live in, we have a series of responsibilities. One of the most important of our responsibilities is to define our own situation. A second responsibility is to present that definition to other parts of the black world, indeed, to the whole progressive world. A third responsibility, and I think in this order of priority, is to help others in a different section of the black world to reflect on their own specific experiences. (Citado en Young, 2008, p. 492)
En la cita anterior, Rodney deja claro que lo fundamental es tener un buen análisis del lugar de los negros en la sociedad capitalista; continua en orden de prioridad: la divulgación precisa de dicha situación al mundo progresista, – incluso más allá del mundo negro-; y por último, la ayuda a reflexionar con otros hermanos negros sobre sus experiencias particulares. En otras palabras, plantea la importancia de un buen análisis del contexto para desplegar la acción política, en busca de la solidaridad revolucionaria de los pueblos y tender la mano solidaria a otros pueblos negros a partir del diálogo enriquecedor de experiencias concretas.
El Working People’s Alliance en Guyana
Lo que en principio parecía ser un plausible retorno de un distinguido académico a su tierra natal, terminó siendo un asunto de una complejidad abrumadora, que terminaría con la vida de una de las grandes mentes del Caribe. Pese a la revocatoria de la Universidad de Guyana de vincularlo a la Facultad de Historia, y el cierre de todas las posibilidades para ejercer como académico en su país por órdenes expresas de Burnham, Rodney decide quedarse y dar la pelea. Por otra parte, tenía motivos para dejar Dar es Salaam, ya que se había convertido en un intelectual incómodo para las autoridades tanzanas. Su desaliento con el curso que empezaba a tomar el socialismo en Tanzania, hacia un simple dogma nacionalista, lo manifestaba sin reparos en declaraciones y escritos que nunca conocieron la autocensura (West, 2008). Rodney, en su retorno a esta parte del Caribe, pisaba un suelo totalmente diferente a lo vivido como académico y militante Black Power en Jamaica, pero lo conocía muy bien: como guyanés, como estudioso de la historia colonial multiétnica de su país y como activista. Sin embargo, esta vez se enfrentaba a una personalidad política compleja: Burnham, quien fue el único político en el poder que manifestó su apoyo al Black Power. Recibió a líderes de dicho movimiento, que estaban vetados en todo el Caribe (con excepción de Rodney), mantuvo vínculos con militantes afroamericanos y brindó apoyo a movimientos de liberación africanos (Quinn, 2008). Burnham, en un principio, logró lidiar hábilmente con el Black Power de Guyana, encarnado en Ascria, reconociendo algunas de sus demandas, al tiempo que neutralizaba las posiciones radicales incómodas. En 1970 Burnham adopta el socialismo cooperativo 15 , nacionaliza las dos industrias más importantes de Guyana: la Demerara Bauxite Company (Demba) multinacional de bauxita y Bookers, productora de azúcar, e internacionalmente se abre al mundo socialista y no alineado, especialmente hacia China Popular y Cuba, adquiriendo reconocimiento internacional como un líder progresista (Pierre-Charles, 1985; Shankar, 1999). Sin embargo, avanzando la década de los años 70, se hizo cada vez más evidente que el llamado socialismo cooperativo, solo era una fachada de una elite en el poder, que administraba privilegios a unos sectores sociales cada vez más reducidos. Bajo este contexto se da la ruptura de Ascria con PCN en cabeza de Burnham, donde se fractura la lealtad afro-guyanesa con el partido en el poder, dando paso a un periodo de diálogos inter-étnicos (Quinn, 2008). David Hinds describe de manera espléndida la llegada de Rodney a una Guyana vibrante políticamente, y los efectos que tuvo la revocatoria laboral por parte de la universidad en el pueblo y los partidos críticos del gobierno:
It was in this atmosphere that Rodney decided to stay in Guyana despite the denial of employment. While the protest organized by Ascria did not force the government to overturn its decision, it marked the birth of a significant period in Guyana’s politics. First, it provided the opportunity for those dissatisfied with the government’s growing authoritarianism to openly demonstrate their disapproval. Significantly, it was the first time that African Guyanese in the capital city, Georgetown, had taken part in any large-scale protest against the PNC. Second, it took to a higher level the Indian-African solidarity that was first demonstrated during the Land for the Landless campaign organized in 1973 by Ascria and supported by the Indian Revolutionary People’s Associates (Ipra), led by Moses Bhagwan. Third, the protest was the prelude to the announcement in November 1974 of the formation of the Working People’s Alliance, which served as Rodney’s organizational base and a potent medium for the transformation of the country’s politics. (1988, p. 39)
Bajo las mencionadas circunstancias adversas, Rodney aprovecha para dictar conferencias en el exterior y concentrarse en la investigación historiográfica y la organización política (West, 2008; Hakim & Marika, 2003). Se interna en los archivos de Guyana y logra consolidar insumos para dos publicaciones: Las plantaciones de Guyana a finales del siglo XIX (Georgetown, 1979) y Una historia de los trabajadores de Guyana, que fue publicada póstumamente por la Johns Hopkins University Press [1981] (Hakim & Marika, 2003, p. 166). Consecuente con su creencia de que su labor académica debe estar al servicio de la praxis revolucionaria, sus investigaciones le proporcionaron las evidencias históricas «para la unidad de los trabajadores a través de líneas étnicas, incluso cuando la Alianza de los Trabajadores trabajaba en la tarea de la movilización política» (West, 2008, p. 102, traducción propia). Siguiendo el argumento de Guha Shankar, las investigaciones que realizó Rodney en Guyana dotaron de especificidad sus tesis sobre la explotación europea, en clave racial, en el contexto caribeño, donde prefirió no enfocarse en analizar detalladamente «el origen emergencia de la raza y/o etnicidad, sino en las formas en que la explotación del trabajo y los recursos adquirieron un carácter racial» (Shankar, 2008, p. 76). Rodney muestra como desde la llegada de los hindús importados, como remplazo a los recién emancipados negros, en el trabajo en las plantaciones a mediados del siglo xix, los diferentes grupos étnicos y clases sociales que confluyeron allí, instrumentalizaron las identidades y diferencias étnicas con el fin de sacarle el mejor provecho posible. Los colonizadores, por su parte, instrumentalizaron el racismo para subordinar al resto de la población y erigirse –ellos-, como los dignos de detentar el poder y los privilegios. Mientras que los afro-guyaneses e indo-guyaneses, étnicamente fragmentados y excluyentes los unos de los otros, reproducían los estereotipos raciales de los colonizadores, en una lucha por sacarse alguna ventaja en la oferta laboral frente a las clases dominantes (Dupuy, 1996).
En estas investigaciones Rodney puso en evidencia, que no existía un sujeto racial esencial, ni recurrió a la edificación de un sujeto étnico -a partir de insumos empíricospredestinado a liderar la revolución, ni solidaridades raciales espontáneas, ni mucho menos, luchas interétnicas naturales. De hecho, registra cómo en ciertos momentos de la historia de Guyana, indo-guyaneses y afro-guyaneses, más allá de sus diferencias y prejuicios, lucharon juntos contra la clase dominante (Shankar, 1999).
Para 1974, los guyaneses en general empezaban a tomar conciencia de la manipulación étnica promovida por Burnham. Diez años habían transcurrido desde la independencia y del gobierno «socialista» del PCN, sin que hubieran representado cambios «significativos en la vida de la mayoría de la población. La opresión y la explotación continuaba con las nuevas clases dominantes sin que esto tuviera algo que ver con su origen africano o indio» (Dupuy, 1996, p. 124, traducción propia). Bajo esta atmósfera, se entiende que el bloqueo laboral a Rodney exacerbara el descontento generalizando del pueblo guyanés, provocando una gran manifestación de rechazo, compartida tanto por afro-guyaneses como indo-guyaneses en Georgetown. Esta manifestación puede leerse como el preludio al anuncio de la formación del Working People’s Alliance (WPA) (Hinds, 1988); en palabras de unos de uno de sus fundadores, David Hinds, en torno a WPA se articularon los siguientes movimientos o partidos políticos:
The WPA originally was composed of four pressure groups—African Society for Cultural Relations with Independent Africa (AS- Cria), Indian People’s Revolutionary Associates (Ipra), Ratoon, and the Working People’s Vanguard Party (Wpvp). The Wpvp left the alliance in 1975. (Hinds, 1988, p. 39)
Dentro de los principales objetivos del WPA, se encontraba la construcción de una política multirracial, articuladora de los trabajadores, agricultores y profesionales progresistas, con el propósito de edificar una verdadera unidad caribeña. Esta proyección pancaribeña se vio reflejada en sus alianzas con movimientos y partidos socialistas del Caribe, como «el Nuevo Movimiento Jewel (NJM) de Grenada, el Partido de los Trabajadores de Jamaica (WPJ), y el Movimiento de Liberación del Caribe Antiguo (Aclm) de Antigua» (Hinds, 1988, p. 40). Es importante mencionar, que el WPA se asumía socialista y marxista independiente, que, en términos prácticos, quería decir, que no tenía vínculos con el bloque soviético, aunque hizo parte de la Internacional socialista (Hinds, 1988). Para el historiador revolucionario, el WPA fue su plataforma política, en donde pudo instrumentalizar sus hallazgos historiográficos como fundamentos para concientizar al pueblo guyanés y prepararlos para la lucha revolucionaria hacia la toma del poder. En otras palabras, Rodney estaba poniendo en práctica, según él, la primera responsabilidad del panafricanismo: definir la situación concreta en la que lucha el pueblo negro.
En esta labor, de acuerdo con Thomas, Rodney llega al siguiente análisis: 1) el PCN 16 no llega al poder democráticamente, ni por medio de una revolución social; 2) Sobre la base de su arribo al poder, el PCN usaría el Estado para construir la base material y económica de la emergente elite; 3) La tal nacionalización fue una compra pactada con el imperialismo; y 4) Pese a lo costoso de la «nacionalización» para el pueblo guyanés, la adquisición de las industrias fortaleció al Estado y la economía siendo el partido en el gobierno el gran favorecido (1982).
Continuando con su diagnóstico Rodney resaltó la emergencia de una reducida burguesía en el poder; la instrumentalización de la raza para generar divisiones entre el pueblo, la corrupción institucionalizada, la represión política; la banalización de «lo nacional» por la burguesía; y el vaciamiento de los conceptos revolucionarios (Thomas, 1982). Definido el contexto, la política de Rodney, materializada en la estrategia del WPA, consistirá en la auto-organización de la clase trabajadora, las alianzas étnicas y de clase para conformar un gran bloque social anti-dictadura 17 más allá de las diferencias de clases o étnicas y la desobediencia civil. Los métodos fueron: «la educación popular; contra liderazgos en sindicatos y otros grupos; confrontación con la dictadura; amenaza de uso de la fuerza; y movilizaciones de todos los sectores» (Hinds, 1988, pp. 40-41, traducción propia).
En octubre de 1979, sale publicado, en formato de folleto, el ensayo de Rodney “People’s Power, No Dictator”. Donde Rodney expone al pueblo de Guyana el proyecto de WPA, alrededor de un gobierno de unidad nacional para restauración los derechos democráticos. En este ensayo, convoca a la clase media a ser parte de la unidad nacional, bajo el liderazgo de la clase trabajadora, «para acelerar la caída de King Kong». Este fue su último ensayo, antes de su asesinato en Georgetown.
In the midst of national crisis, Guyanese have made some gain. The most dramatic achievement has been the consolidation of racial unity. Africans and Indians are standing side by side in a way that has not been true since 1953. Indeed, we now have a degree of racial unity greater than at any previous time in our history. The WPA has consistently argued that political unity across racial lines was most desirable and possible. The truth of that position is now obvious. The firmest unity is unity in struggle. Guyanese are no longer divided in their struggle for bread and justice. Indian sugar workers and African bauxite workers are making common cause. African lawyers and Indian lawyers both see the need for unity to restore the rule of law. Our racial minorities are joining the new national movement without fear of domination. (Rodney, 1981, p. 76)
Rodney fue asesinado el viernes 13 de junio de 1980 en Georgetown, tenía solo 38 años. Su muerte fue un golpe devastador a los movimientos radicales caribeños en general, y particularmente una gran derrota popular a los movimientos que se oponían al régimen de Burnham. C.L.R. James (1982), sin apasionamientos y con el rigor que lo caracterizaba, sostuvo que Rodney no estudió el arte de la insurrección y citando a Marx recordó que: «la revolución llega como un ladrón en la noche» (1982, p. 135, traducción propia). Para James, Rodney infructíferamente pretendió forzar los tiempos del cambio (Renton, 2004).
Consideraciones finales
Walter Rodney perteneció a una generación posterior a la de C.LR. James, George Padmore o Frantz Fanon, pero al igual que ellos, desarrolló un marxismo singular, eso sí, beneficiándose del legado radical y creativo de sus antecesores. Rodney no fue un marxista-leninista, en el sentido que imponía la ortodoxia de los partidos de izquierda de Granada, Jamaica o Guyana a finales de los años 70 (Lewis, 1994), lejos de las lecturas dogmáticas, Rodney calibanizó el marxismo, considerándolo un método y una ideología que, en sus diferentes planos, debían adaptarse creativamente a los entornos concretos. Esto se evidencia claramente, en su tratamiento de las nociones de clase y raza, donde de acuerdo al contexto, una de ellas adquiría mayor centralidad –determinación-. Como el tema de raza en The Groundings en Jamaica o, la clase en su crítica a la pequeña burguesía negra en la África poscolonial y, trabajando en función de la clase en su propuesta de articulación multiétnica en el WPA de Guyana. Como revolucionario fue consecuente con la idea de tomar distancia del habitus burgués y de los privilegios cómo académico reconocido. Fue un convencido de la importancia del papel del intelectual universitario en la trasformación radical de la sociedad, estando al servicio de los explotados y oprimidos. Como historiador contribuyó a desmantelar los relatos eurocéntricos y racistas de la historia cultural de África y promovió la conciencia histórica de los africanos y su diáspora. Sacó el conocimiento histórico de la universidad y lo llevó a los campos, barrios y guetos. En el plano pedagógico tomó en serio los conocimientos y epistemologías de los sectores marginalizados de la sociedad, como en sus reuniones con los rastafaris en Jamaica.
Como bien lo expresó Paul Buhle, «con el asesinato de Rodney y la invasión de Estados Unidos a Granada, una era realmente había llegado a su fin» (2013, p. 62, traducción propia). No obstante, la situación en el Caribe y en el mundo negro, al que dedicó su lucha, no mejoró en lo absoluto. Bajo otras formas, el capitalismo, el racismo y el imperialismo se han mantenido inamovibles a escala global, aunque con particularidades locales. De allí la importancia de volver a Rodney y su legado en busca de inspiración. Rodney como político no logró transformar la historia, pero gracias a él y a otros leones, la historia de la cacería nunca será la misma.
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Notas
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