La relación humano – animal como construcción social

The human-animal relationship as a social construct

O relacionamento humano animal como construção social

http://orcid.org/0000-0003-0107-4960 Myriam Acero Aguilar 1
Universidad Nacional de Colombia, Colombia
http://orcid.org/0000-0002-6921-7676 Leonardo Montenegro Martínez 2
Universidad Autónoma de Madrid, España

La relación humano – animal como construcción social

Tabula Rasa, núm. 32, 2019

Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca

Las relaciones humano-animal, han desarrollado un propio campo de estudio, cuyo carácter interdisciplinario ha planteado retos y ha abierto nuevas perspectivas sobre este tema tan fecundo e importante en la actualidad. Los Estudios Humano-Animal (EHA), se ocupan de las interacciones entre animales no humanos y animales humanos, exploran los espacios que los animales no humanos ocupan en el mundo social y cultural humano, así como las interacciones de los humanos con ellos. Estas interacciones son visibles en las representaciones simbólicas, la historia, la geografía, la geopolítica, las prácticas cotidianas familiares, la economía local, regional y global, así como las discusiones filosóficas y jurídicas sobre los derechos humanos y de los animales. En este sentido, las relaciones entre seres humanos y animales no humanos, pasan por pensar lo humano, lo animal y la naturaleza, y por supuesto no sólo el lugar de los humanos en la naturaleza, sino de los animales en la cultura y la sociedad, así como su aporte a la construcción de la sociedad humana.

Perro callejero, Curití
Perro callejero, Curití

Leonardo Montenegro

De esta forma, hay múltiples interacciones entre animales humanos y animales no humanos que hacen parte de la mirada de las disciplinas sobre lo social, un ejemplo de esto son las nuevas configuraciones sobre la familia (de la cual ahora hace parte un nuevo integrante –el perro o el gato– que antes estaba en el hogar pero no era miembro del conjunto familiar) que estudia el trabajo social, o la ética animal pensada desde la filosofía que reflexiona acerca de los animales como sujetos de derechos y los «derechos», o no, que tenemos sobre ellos, al decidir sobre su vida, bienestar, protección y futuro. ¿Cuál es el aporte de los animales a la construcción de la cultura y la sociedad humana? Es la pregunta que delinea diferentes trabajos desde la antropología y la historia y que configura sólo una parte de los desarrollos de las ciencias sociales sobre las relaciones humano-animal.

Los dos párrafos anteriores hicieron parte de la convocatoria realizada para este número de Tabula Rasa, dedicado en su parte temática, a las relaciones humano- animal, o como preferimos llamarlo, a las relaciones animales humanos-animales no humanos, pues una de las características de las miradas críticas actuales (no de todas) sobre estas relaciones, es pensar a los seres humanos, como parte del mundo animal, lo cual pareciera como algo lógico y que se sobreentiende, pero no es así. Los estudios tradicionales sobre los animales, sea desde la biología, la historia, la antropología, la medicina veterinaria o cualquier otra disciplina que se haya interesado en los animales, o en la presencia de los animales en el mundo de los humanos, han dejado claro esa división tajante entre la naturaleza y la cultura (así no la mencionen), en que el Hombre produce la cultura (y hace parte de ella) y la naturaleza es algo externo a la sociedad y a la cultura, por lo que el Hombre, no hace parte de ella (de la naturaleza), sino que la controla, la transforma, la usa, la apropia y la convierte en recursos, que deben ser explotados o que deben ser protegidos. Esta ha sido la mirada de la cultura Occidental, una cultura (y las sociedades que hacen parte de ella), patriarcal, falogocéntrica, capitalista, especista, además de racista, sexista y homofóbica. En este sentido, cuando mencionamos que, en esta cultura, es el Hombre el que la produce, nos remitimos a los imaginarios de esta cultura a lo largo de siglos y siglos de existencia social, en que el poder ha estado sobre los hombros de estos Hombres: blancos, heterosexuales, angloeuropeos, cristianos, en que la mujer ha sido considerada como secundaria y exaltada en tanto reproductora y cuidadora, más cercana a la naturaleza que a la cultura.

En este sentido, los estudios humano-animal, se centran en las relaciones de los humanos con los demás seres animales, y tienen en cuenta que la cultura y los seres humanos, han recurrido a los animales como proveedores de recursos, emociones y protección (Díaz, Olarte & Camacho, 2015, p.186). Estos estudios, también conocidos como antrozoología, han puesto el foco de interés en las relaciones humano-animal y se abren a una diversidad de campos y áreas, como la investigación con animales en laboratorios, la importancia económica del aprovechamiento de especies animales para el desarrollo productivo de un país, las relaciones afectivas entre especies de compañía (como entre humanos y perros) y están interesados en todos los campos en que los animales se entrecruzan con los seres humanos, como puede ser la terapia médica con animales, los procesos de domesticación y crianza de determinadas especies o la investigación farmacéutica con base en animales de experimentación (DeMello, 2012). Sin embargo, hay diferencias en cuanto a las disciplinas que estudiaban (y estudian los animales) como la zootecnia o la biología. En aquellos otros campos, el animal ha sido estudiado como un recurso o como un objeto, como lo pueden ser las capas tectónicas en la geología. Los animales no han sido vistos como seres en sí mismos, y algo que es novedoso en este campo, es que el animal pasa a ser considerado un sujeto de vida, y no sólo un objeto de estudio (DeMello, 2012).

Ahora bien, aquí se abren una diversidad de miradas y encuentros (y desencuentros), en la medida en que, en este nuevo campo, confluyen una diversidad de disciplinas: antropología, zootecnia, medicina veterinaria, medicina, derecho, filosofía, historia, y una variedad de miradas desde el feminismo, la ecología, la política, el bienestar social, la explotación humana y animal, el racismo y las construcciones de clase. El estudio de las relaciones humano-animal, tienen una característica en común, el pensar la relación humano-animal como una construcción social, como algo que debe ser debatido, pensado, deconstruido, historizado, empezando por plantear esa relación entre animales humanos y animales no humanos, en que la multiplicidad de seres que se encuentran (y desencuentran) en esta relación hacen parte (de lado y lado) de la naturaleza, como seres biológicos, como integrantes del medio ambiente, como necesitados de él, y como habitantes de este planeta, como seres vivos, seres sintientes, como seres con derecho a la vida.

Los estudios humano-animal, se encuentran así con otras miradas que comparten objeto: las relaciones entre estos seres animales: los humanos, y los animales no humanos, y aquí hay diferencias de enfoques, que son diferencias metodológicas, teóricas, pero también políticas. ¿hablamos de las relaciones humano-animal? ¿de las relaciones entre animales humanos y animales no humanos? Pareciera que es lo mismo, o casi, pero no es así ¿estamos hablando de lo mismo cuando hablamos de estudios humano-animal que cuando hablamos de estudios animales (animal studies)? ¿es lo mismo la zooantropología que la antrozoología? ¿cuál es la diferencia –si la hay– entre una y otra? ¿Por qué se desarrollan, y frente a qué, los estudios críticos animales –critical animal studies–?

Algunas personas plantean que hay que deconstruir esa relación que existe entre naturaleza y cultura, pensarla para saber cómo se implementó en la cultura occidental una relación tal que nos tiene al borde del abismo, como sociedad y como seres vivos, y para lo cual hay que situar la discusión en el desarrollo de la modernidad (Montenegro, 2011).

En Tabula Rasa, hemos tratado de contribuir a esta discusión, con la publicación de este número y el anterior, dedicados ambos a la cuestión animal, desde la zooantropología (Nº 31) y desde los estudios humano-animal (EHA) en este número (Nº 32).

De esta forma contamos con una serie de trabajos que abordan de forma crítica, esta relación entre animales humanos- animales no humanos (como preferimos llamarla aquí) como una construcción social.

En primer lugar, presentamos el artículo de Laura Fernández Aguilera, titulado Feminismos y liberación animal: alianzas para la justicia social e interespecie, en el cual, la autora muestra como los sistemas de opresión heteropatriarcal y especista se han co-constituido, con este fin muestra el desarrollo de un pensamiento binario que se puede conectar con el sistema capitalista, con el colonialismo y el especismo y que está relacionado con la construcción de una masculinidad hegemónica, que se integra con la domesticación y con el control corporal en el marco de una sociedad capitalista, heteropatriarcal y especista.

En el siguiente escrito, El estatus ontológico, epistemológico y ético de los animales de laboratorio. Del especismo a la biofilia y la bioética. Julio Alejandro Castro Moreno, se dedica a desentrañar el pensamiento que existe detrás del uso de los animales de laboratorio, como instrumentos, herramientas, objetos de medición, y no como seres vivos, por lo que indaga acerca del posicionamiento ontológico y epistemológico de dichos animales de laboratorio, para pensar el estatus ético de dichos animales, desde un entrecruzamiento entre la filosofía de la biología, la biofilia y la bioética.

Por su parte, Juan Felipe Guevara Aristizábal, en su artículo, titulado, Desarticulando la evolución del lenguaje. Wittgenstein y los juegos de lenguaje con animales, se acerca a las relaciones entre animales no humanos, y animales humanos, que se establecen a través de la ciencia por medio de conceptos que permiten pensar acerca de lo que se considera humano. Para lo cual, a partir de la filosofía de Wittgenstein, explora la relación establecida con los animales en los presupuestos acerca de la evolución del lenguaje.

En el documento La animalidad patagónica y la modernidad marginal, tres autoras argentinas: Paula Nuñez, Carolina Lema y Carolina Michel, exploran, como el mundo animal ha tenido un impacto sobre la modernidad patagónica argentina, en tanto el reconocimiento de algunos como animales vinculados al desarrollo, y otros como animales que carecen de una vinculación social-económica, permite que unos sean vistos como vehículos de progreso mientras que otros pueden ser condenados a la extinción, esto dentro de un marco de un tipo de modernidad vinculada al colonialismo, todo lo cual permite pensar la dualidad sociedad/ naturaleza como uno de los pilares del pensamiento moderno.

El artículo de Jean Segata, El mosquito-oráculo y otras tecnologías, parte de una etnografía multiespecie sobre las políticas de salud pública basadas en programas informáticos de geolocalización y estudios de ADN para la vigilancia y control de enfermedades relacionadas con el mosquito Aedes aegypti, para pensar como las relaciones humanos-mosquitos pueden ser convertidas/usadas como instrumentos de gubernamentalidad.

El siguiente artículo, se basa en la investigación realizada por Felipe Vander Velden, sobre el tráfico de animales silvestres, en que sostiene que estos seres vivos, son vistos y valorados como adornos, equivalentes a joyas preciosas, que engalanan casas o patios, y cuyo valor se incrementa en tanto están más expuestos a su posible extinción. El autor, en este escrito, titulado: Preciosa naturaleza: los animales como joyas y ornamento en el tráfico de fauna silvestre, analiza la construcción simbólica y material del animal, y su relación con la cultura y con redes comerciales que mueve millones de seres vivos cada año.

El último de los artículos producto de investigación, que se presentan en esta parte de La relación humano-animal como construcción social, la investigadora Myriam Acero Aguilar, presenta en su artículo Esa relación tan especial con los perros y con los gatos: la familia multiespecie y sus metáforas, las construcciones sociales contemporáneas sobre perros y gatos, como integrantes de las nuevas familias multiespecie, mostrando de esta forma, la complejidad de las relaciones humano animal, en un contexto urbano.

Para finalizar esta sección tenemos la entrevista realizada por Jennifer Linares al profesor Iván Darío Ávila Gaitán, quien, desde los estudios críticos animales, aborda temas como el veganismo, la domesticación, la zootecnia, y «el lugar del animal en la biopolítica y el funcionamiento interseccional de la racialización humana y animal».

Referencias

DeMello, M. (2012). Animals and society: an introduction to human-animal studies. New York: Columbia University Press.

Díaz, M., Olarte, M. A. & Camacho, J. M. (2015). Antrozoología: definiciones, áreas de desarrollo y aplicaciones prácticas para profesionales de la salud. European Scientific Journal, 2, 185-210.

Montenegro Martínez, L. (Ed.). (2011). Cultura y naturaleza. Bogotá: Jardín Botánico José Celestino Mutis.

Notas de autor

1 Médica veterinaria, doctora en Salud Pública. Profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia. integrante del grupo de investigación en Estudios Humano-Animal de la Universidad Nacional de Colombia.
2 Antropólogo, estudiante del doctorado en Ciencias Humanas, Universidad Autónoma de Madrid. Integrante del grupo de investigación en Estudios Humano-Animal de la Universidad Nacional de Colombia.

Información adicional

Cómo citar este documento:: Acero Aguilar, Myriam; Montenegro Martínez, Leonardo (2019). La relación humano - animal como construcción social. Tabula Rasa, 32, 11-16.

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